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Por María Fernanda Ojeda Álvarez, Maestra en Políticas Públicas, Universidad de Antioquia e investigadora del GER

Reflexiones sobre mi experiencia en la Escuela Complutense de verano 2021

La participación en un curso en el exterior es una experiencia enriquecedora académica y profesionalmente. En el año 2020 me postulé a una beca otorgada por la Fundación Carolina, Fundación Carolina Colombia y el ICETEX en el marco del Programa institucional Becas Belisario Betancur; el curso se realizaría en julio de ese mismo año, sin embargo, debido a la emergencia sanitaria por la pandemia de la COVID-19, la fecha del curso fue pospuesta. Finalmente se pudo llevar a cabo entre el 15 de noviembre y el 3 de diciembre de 2021 en Madrid, España.

Las clases se llevaron a cabo en la Universidad Complutense de Madrid en la edición de la Escuela de Verano Complutense del año 2021. Al programa de becas asistieron alrededor de 100 mujeres y hombres jóvenes provenientes de distintas regiones de Colombia con diversas pertenencia étnicas; asistieron a cursos de políticas públicas para el desarrollo en el marco de la Agenda 2030; BigData geolocalizado: herramientas para la captura, análisis y visualización; creación y dirección de empresas social y medioambientalmente responsables; creatividad e innovación en comunicación digital y redes sociales; y el enfoque de género en la política y en las políticas públicas. 

Es importante destacar que muchas de las personas que viajaron, además de crecer profesionalmente, buscan impactar positivamente en sus comunidades. Muchas de ellas han trabajado con comunidades y son asociadas en colectivos y grupos que realizan trabajo comunitario con diferentes grupos poblacionales. 

Las becas que fueron otorgadas incluían los costos de matrícula en la Escuela Complutense de Verano, tiquete aéreo de ida y vuelta en clase turista a Madrid desde Bogotá, seguro médico no farmacéutico y apoyo económico para manutención y alojamiento. 

El curso al que asistí se llamó “Enfoque de género en la política y en las políticas públicas” y el objetivo fue profundizar en conocimientos y herramientas para la transversalización del enfoque de género en estos ámbitos. En cada sesión se abordaron temas diferentes como el enfoque de género en las instituciones, evaluación de políticas de igualdad, redes feministas transnacionales, género y agenda 2030, entre otros asuntos. Las clases eran impartidas en su mayoría por profesoras expertas en el tema. 

Las compañeras de clase eran jóvenes mujeres provenientes de las regiones del Caquetá, Cauca, Cundinamarca, Sucre y Chocó; la mayoría tiene profesiones relacionadas con las ciencias sociales y humanas. Sin duda, las clases fueron enriquecedoras gracias a los aportes y a las discusiones que propusieron todas ellas, que compartían sus vivencias y conocimientos que reflejaron el compromiso para la transformación social de sus comunidades. 

La participación en este curso me permitió reafirmar la importancia de incluir el enfoque de género en todo tipo de programas, planes o políticas sin importar el tema que traten, ya sea medios de transporte, economía o ecología. Es indispensable realizar un análisis diferenciado de cómo estas políticas impactan a mujeres y hombres. 

El desarrollo del curso dio paso al intercambio de experiencias y conocimientos en relación con el feminismo y al movimiento de mujeres en Colombia y España, y pude observar las apuestas comunes y disímiles entre el movimiento de mujeres y feminista de Europa y el de América Latina. Así mismo, fue constante en todo el curso reconocer el lugar de enunciación de cada mujer, y como su experiencia es atravesada por otras vivencias a partir de la clase y la raza y el impacto de estas en su vida cotidiana. 

Escuchar las diversas voces de las compañeras del curso me permitió ver en perspectiva el movimiento de mujeres y feminista en Colombia. En las discusiones en clase se debatió sobre las apuestas de diferentes movimientos de mujeres en el país y de la necesidad de analizar las apuestas de mujeres y feministas desde una perspectiva histórica. Muchas compañeras expresaron su interés de incidir en la transformación social de sus comunidades para favorecer la equidad de género. 

La Fundación Carolina, sede España, también organizó actividades extracurriculares para las becarias como un tour por la ciudad y actividades de voluntariado. Yo elegí participar en un voluntariado ambiental en el cual hicimos   recolección de residuos cerca del río de la ciudad. De este modo, fue posible tener una aproximación al panorama ecologista de la ciudad. 

Vivir por esa corta estancia en ciudades capitales de Europa como Madrid, que recibe numerosas personas de diferentes lugares del mundo, permite conocer las bases culturales y sociales de Occidente. Experimentar la vida como migrante permite reconocer la importancia de las relaciones políticas y económicas internacionales y de la creación de espacios que posibilitan el diálogo y el reconocimiento de la diversidad cultural de los grupos humanos.

La participación en este tipo de encuentros académicos me permitió conocer nuevas perspectivas y herramientas útiles para la transversalización del enfoque de género. Además, pude tejer redes para incidir en la construcción y la consolidación de análisis de diferentes temáticas con perspectivas de género. 

Este año nuevamente está abierta la convocatoria de la Fundación para diferentes programas de posgrado y educación complementaria. Hay becas en diferentes universidades de España y diferentes áreas. En este vínculo se puede encontrar más información: https://gestion.fundacioncarolina.es/programas