21 profesores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia se certificaron como instructores en simulación como herramienta docente, gracias al curso impartido por el Hospital Virtual de Valdecilla en asocio con el Center of Medical Simulacion de Harvard. Del 18 al  21 de octubre, vivieron cuatro días de intenso trabajo en los cuales aprendieron métodos efectivos para el entrenamiento de habilidades clínicas, cognitivas y de comportamiento para formar mediante la simulación.

La Facultad se convierte en la primera institución de América Latina que solicita la capacitación como instructores de simulación de un grupo profesores, un gran esfuerzo que demuestra el compromiso institucional en fortalecer la formación médica  en competencias clínicas y en habilidades para la toma de decisiones éticas,  para facilitar la comunicación y  trabajo en equipo. Actualmente la falta de estos elementos causan el 70% de las complicaciones en los hospitales.

En este curso se han capacitado cerca de 3.500 instructores en países como Hong Kong, Singapur, Canadá, Australia, Inglaterra; en Latinoamérica se han realizado 26 versiones del curso en español en países como Chile, Argentina, México y Colombia, siendo esta la  vigesimoséptima versión de este curso en habla hispana.

José María Maestre Alonso, director docente del Hospital Virtual de Valdecilla y director de programas en español para Latinoamérica del Center for Medical Simulation en Boston,  explica la importancia de esta capacitación para complementar las capacidades de nuestros docentes. “Son agentes de cambio que facilitan el desarrollo de las personas y las organizaciones en Salud. Las competencias que desarrolla un profesional de salud en las prácticas clínicas, deben ser complementadas por otras para ser educadores, para formar al otro y facilitar su proceso de comprensión. El educador necesita facilitar el cambio de las personas y esto exige otro tipo de base de conceptos, teorías, habilidades y aptitudes de lo que es la pura clínica”.

Algunas de las competencias que desarrollaron los profesores de los diferentes programas de la Facultad que hicieron parte del curso fueron: la creación de espacios seguros desde el punto de vista psicológico, que le permite al aprendiz cuestionar sus propias creencias y prácticas, facilitar el diseño de actividades clínicas simuladas que se asemejen a las reales, así tengan una connotación diferente por el enfoque de la situación al cumplimiento de objetivos de aprendizaje. También se ejercita en el profesor como instructor de simulación el liderazgo para llevar acabo el debrifing, una conversación que ocurre entre dos o más personas después del evento de simulación, analizar las acciones, los procesos de pensamiento, las emociones y las habilidades psicomotrices en juego, para que se puedan mejorar o sostener en la práctica en el futuro. 

Liliana Carvajal Laverde, coordinadora de prácticas de Instrumentación Quirúrgica, quien participó  en esta capacitación en España en meses pasados y apoyó al Centro de Simulación en el montaje de este curso en la Facultad, asegura que con este evento se cambió la forma de concebir la simulación como algo netamente desde lo tecnológico, “ahora estamos conscientes que se trata  de estrategias y métodos para el desarrollo de aptitudes y actitudes frente a su quehacer como profesional de la salud en formación”, comentó. 

De esta actividad fue destacable la disposición de los docentes, quienes con gran compromiso y vocación participaron de forma activa en todas las actividades. Se involucraron más allá de su oficio y de sus títulos académicos, estuvieron involucrados desde su ser. 

Después de esta enriquecedora experiencia para la Facultad, queda en cada uno de nuestros docentes el verdadero reto, aplicar en sus proyectos docentes los principios aprendidos  y replicar  como instructores a los demás docentes en métodos que permiten hacer de este innovador método de enseñanza un aporte a la  transformación del ejercicio de las áreas de la salud y por ende a mejorar la calidad de vida de la población.

“La enseñanza más grande este curso es la forma como me comunico con los estudiantes, ya que con los contenidos que se dieron, me facilita encontrar dónde están las dificultades de mi estudiante al llevar la teoría a la práctica, que no es falta de conocimiento, sino una concepción diferente del mundo. Todo en un ámbito de respeto y de producir conocimiento en una forma colaborativa”, comenta el profesor Santiago Patiño Giraldo, profesor del Departamento de Medicina Interna.

Una de las bondades de la simulación es estandarizada en el currículo es que permite programar las actividades de entrenamiento en el día y la hora en que se requiere, haciendo un abordaje de la enseñanza en equipo entre todas las especialidades, no aisladas como en la educación convencional.  “Permite eficiencia en los tiempos para enfrentarse a las competencias clínicas de cada especialidad, para que en el momento del encuentro con el paciente real,  los conocimientos estén más afianzados y tenga más impacto”, asegura el instructor Maestre Alonso.