Generales

No es nueva la referencia a la crisis de valores en la sociedad actual y en sus organizaciones. Ello nos exige mirarnos hacia adentro, en procura de encontrarnos a nosotros mismos y reconocer nuestras limitaciones, pero con un espíritu de renovación y fortalecimiento para cumplir el rol que se nos ha asignado.

Se constituye el referente ético, como el instrumento orientador de la actuación de los servidores públicos de la Universidad, inspirados en los más loables  comportamientos, que enmarcan la disposición al servicio público de la educación superior, pues su importancia es  tal para la sociedad, que ella se convierte en el eje orientador de la transformación de ésta, en la cultura, la ciencia y la tecnología, para un desarrollo sostenible con equidad.

La cultura, entendida como lo plantea Jamshid Gharajedaghi, en el prólogo al texto “Pensamiento Sistémico” de Enrique G. Herrscher, cuando dice que “El ADN de un sistema social es su cultura”, esto es, la esencia, la historia, la fundamentación, las interrelaciones de cada uno de los elementos que la conforman, deberá ser el referente permanente para conservarnos, permanecer y crecer, si queremos vivir como organización vital de nuestra sociedad. Los valores como parte de la cutura, son los que nos caracterizan, nos diferencian, nos permiten la generación de confianza ante la sociedad en el cumplimiento de nuestra misión; por ello, fortalecer los valores es fortalecer nuestra cultura, o sea, nuestro ADN.

Es indiscutible que cualquier actividad humana está guiada por ideologías y por ende, marca la forma de entender la sociedad y las personas, la relación entre los individuos y su medio, y las relaciones entre los individuos. Por ello, los valores se hacen relevantes en la medida que las personas se relacionan y son la base para aprender a argumentar, pues como dice el autor Josep Bonil, Genina Calafell, en su artículo “Los retos actuales de la educación científica… “aprender a argumentar desde un marco de valores, significa aprender a entender la postura de las otras personas, a entender el conflicto como forma de aprendizaje y a respetar y a dialogar con la diversidad de formas de entender el fenómeno.”

En la búsqueda del fortalecimiento de valores, la Universidad ha recorrido caminos que han dejado rastros bien importantes, para generar un ambiente de reflexión sobre valores del sistema moral de la Universidad. Estos se han materializado mediante varias acciones. El Programa institucional “UNIVERSIDAD, VALORES Y VIDA: Hacia una ética social”, realizado entre los años 1996 y 2001, generó el ambiente necesario para reflexionar sobre lo ético, desde lo académico para la academia y la sociedad, fiel a la responsabilidad y compromiso del sentido de ser de lo que es la esencia de la Universidad, esto es, constituirse en el foro de los asuntos más importantes que afectan a la sociedad y por ende a Ella.

Mediante dicho programa se realizaron eventos de diferente tipo, que permitieron tratar y reflexionar por la comunidad universitaria aspectos relacionados con lo ético. Un recuento de ellos es el siguiente: “Cambiamos la moral del pecado por la moral del dinero” por Gustavo Álvarez Gardeazábal; “Ética en la Constitución” por Carlos Gaviria Díaz; “Crisis de valores y misión educadora de la Universidad” por Alfonso Llano Escobar, S.J.; “Ética para periodistas” por Javier Darío Restrepo; “Derechos humanos sin fundamentos” por José Olimpo Suárez; “Enseñanza de la Ética en la Universidad” por José María Maya Mejía; “El universo sostenible y la construcción de una ética para la vida” por Gustavo Wilches – Chaux; “Bioética ¿Hasta dónde es posible éticamente manipular la vida humana?” por Guillermo León Zuleta Salas; “Papel de la familia en la crisis y construcción de valores” por Ligia Echeverri Ángel; “Construcción de una ética social” por Beatriz Restrepo Gallego; “Autonomía de la Persona en la Constitución por Carlos Gaviria Díaz; “El valor de educar” por Fernando Savater; “La fragilidad de la democracia” por Francisco Cortés Rodas; “Contribuciones de la ética científica a la bioética” por Carlos Alberto Valenzuela Yuraidini ética   “Justicia distributiva y economía: una nueva visión ética, por María Teresa Lopera Chaves”; “Ética, Desarrollo y Pobreza” por Consuelo Corredor Martínez; “Los desafíos del proceso de paz” por Rubén Darío Jaramillo Cardona; “La Paz: ¿trampa o destino?” por Jaime Jaramillo Panesso; “Lo público y los valores en la sociedad” por Jaime Restrepo Cuartas; “Ética y control” por Carlos Ossa Escobar; “Universidad, sociedad y valores” por Hernán Mira Fernández; “Ética, juventud y educación para la democracia” por José Federman Muñoz G.; “La ética de la acción comunicativa” por Beatriz Restrepo Gallego; “Hermenéutica y ética” por Javier Domínguez Hernández y otros; “De la utopía a la heterotopía: la propuesta ética de Vattimo por Orlando Arroyave; “Ernst Tugendhat: ¿Cómo entender la moral?” Por Francisco Corté Rodas; “Ética y violencia” por Jorge Giraldo Ramírez y otros;  “La formación y el ejercicio de la ciudadanía” por Fabio Giraldo Jiménez.

En el año 2004, se realizó la campaña “Cuida tu Alma”, orientada por los estudiantes con el fin de reafirmar los principios universitarios y valores. Algunos antecedentes considerados en dicha campaña fueron: "DECIDE CON ARGUMENTOS"; "TAMBIÉN SOMOS EL BLANCO"; "ACTO SIMBÓLICO POR LA VIDA" y "LOS UNIVERSITARIOS ENCENDEREMOS UNA LUZ POR LA LIBERTAD".  

La Jornada “Abracemos la Universidad” realizada en el año 2006, se constituyó en un hito renovador de reflexión sobre valores para la Universidad y la Sociedad. En ella se alcanzó a dejar un “Manifiesto para que la Universidad Viva”.  Se dejó en él reflexiones como la siguiente: “El abrazo con que los miembros de esta comunidad acogemos nuestra universidad simboliza estos principios: solidaridad y espíritu de pertenencia; respeto profundo por las distintas posiciones y creencias; compromiso con la Constitución y las leyes que nos rigen. Es desde ahí que mantenemos nuestra expectativa por la defensa de la vida y los derechos fundamentales de todos”.

Connota la calidad y fuerza de los eventos mencionados, no obstante, los nuevos escenarios de preocupación sobre la responsabilidad social de las organizaciones y lo necesario que es la ética en ellas, nos exige retomar de manera consitente, estructurada y sistemática la reflexión sobre la ética para la Universidad y desde la Unversidad.

El desarrollo constitucional ha colocado temas de reflexión sobre lo ético que no debe ser mirado por fuera de lo materializable mediante acciones concretas que permitan determinar nuestra situación con respecto a nuestro sistema moral, confirmando lo expresado por Adela Cortina: “Lo que es necesario, es posible y tiene que hacerse real”. La Universidad debe constituir las acciones de reflexión sobre lo ético como parte inherente a su mismo ser, de manera permanente y sostenible. Es por ello que se propone a la comunidad universitaria la creación de la Comisión Ética para que con su orientación se busque el ambiente ético favorable a la permanencia y sostenibilidad de la Universidad misma.      

Producto de la Campaña de Valores realizada durante el año 2008 y de las iniciativas del proceso para la sostenibilidad y mejoramiento del MECI 1000:2005, se referenciaron los siguientes valores consignados en el referente.

Ver referente ético