Z7_89C21A40LGRJC0A6CAE7SVL2O1

Teclas de Ayuda de acceso Rápido

ALT + 1 Inicio

ALT + 2 Noticias

ALT + 3 Mapa de sitio

ALT + 4 Búsqueda

ALT + 5 Preguntas frecuentes

ALT + 6 Atención al ciudadano

ALT + 7 Quejas y reclamos

ALT + 8 Iniciar Sesión

ALT + 9 Directorio telefónico

Letra:

Contraste:

Clic aquí para ir a la página gov.co
martes, 16 de abril 2024
16/04/2024
Síguenos
Z7_89C21A40LGRJC0A6CAE7SVL240

Listado

Z7_NQ5E12C0LO02E0QOBJGLM10OC2

Alicia en el corazón de una cereza

Autora: Mónica Moreno Torres. Profesora de la Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia. Asesora de Prácticas Pedagógicas de la Licenciatura en Literatura y Lengua Castellana. Coordinadora del grupo de investigación en Didáctica de la Educación Superior.

Prólogo

De un modo narrativo Alicia en el corazón de una cereza pretende ilustrar posiciones fecundas desde las cuales asumir el conocimiento, sea como estudiante o sea como maestro. El sentido de este texto se va decantando conforme se aterriza su carga simbólica.

Así como otrora estuvo en el espejo, ¿qué significa ahora que Alicia esté en el corazón de una cereza? Esto plantea tres cuestiones principales: llegar al sitio descrito, por qué al corazón y por qué de una cereza. Llegar implica un cómo, un método, la mejor manera de; estar en el corazón de algo es estar en su médula, donde se concentran todos sus impulsos vitales, donde se puede sentir más; y una cereza es lo más preciado, la guinda del pastel.

Para llegar a la cereza, símbolo en este caso del conocimiento, juegan un papel fundamental la palabra, la experiencia y los personajes. La cereza misma encarna una palabra cuyo sentido se desea conocer. A estas palabras no se tiene acceso de cualquier manera sino que implican un aprestarse a ciertas vivencias de las que se derivarán como mínimo sus nombres, sus ropajes fonéticos. Y a estas vivencias no se accede sin la intervención de un personaje, especie de guía iniciático que aparece del reino de lo súbito o del sueño a ofrecer una respuesta a las más ansiadas búsquedas.

La precariedad de la palabra es señalada en tanto se reconoce el recurso del cuerpo en la fijación de sentido, pues a más de sus presentaciones sonoras o gráficas las palabras se pueden tocar, degustar, ¿oler? La importancia de la palabra se eleva al compromiso de la existencia: la ausencia de palabras pone en riesgo el sentido de la vida, vida puesta en riesgo con el propio deseo de saber. Las palabras son liberadas de esta suerte de representatividad sensorial para cobrar una presencia omnímoda: hay palabras, textos, en el cielo, en un pentagrama, objetos, sueños.

La experiencia a la que se pueda tener acceso está mediada por el encuentro con alguien soñado y olvidado, en este caso Alicia, que representa también lo que se fue y lo que se podría llegar a ser. El camino a un nuevo ser es lo que comporta aventura y peligro: quitar del pellejo las manías de una vida adulta cuesta, en el piso firme aterra la posibilidad de un salto al sin-sentido. Mas si no hay salto no hay posibilidad de encuentro consigo mismo y con ello se escurre toda posibilidad de sentido. Aparecen en este punto dos preguntas: ¿por qué en la posibilidad de encontrarse se signa el sentido de la vida?, ¿cómo ignorar el miedo?

Acaso la vida se trate de probar una cereza, y delectarse. De ir directamente al encuentro de las cosas, pues el conocimiento a que aspira nuestra naturaleza, esa ida, es indelegable. En el conocimiento de las cosas me conozco yo, lo que sepa de lo otro y de los otros me reporta a mí: penetra uno una esfera desde la cual uno se ve a sí mismo acurrucado: es como uno libra el encuentro con su espejo, luego brinca, rompe la pompa y sale a repartir hallazgos. El miedo se ignora durmiendo, o por lo menos soñando, y acompañado: la aspirante a maestra es nada sin Alicia, Alicia es nada sin Dumpty y Cheshire.

Acompañar en un camino de aparentes sin-sentidos parece conjurar todos los miedos. Esta compañía permite cruzar un umbral: adentrarse en el espejo o pasar del borde al corazón de la cereza. Curiosamente esta compañía liberadora-adentradora plantea un diálogo de palabras locas que hay que saber jugar, como si nos dijeran que nuestro gran error siempre fue habernos querido comunicar, y que solo a partir de concertar la incomunicación nos devendrá la belleza. Es decir, apostando al extravío nos encontraremos, tocando la locura quedaremos cuerdos.

Jesús Alberto Echeverri Sánchez

 

Alicia en el corazón de una cereza
Mónica Moreno Torres

Versión audiovisual de los textos 

 

Lista de reproducción completa

https://www.youtube.com/watch?v=BIUy8LDpOtg&list=PL6d5rSzAD8N9otAtxBrzBkA9ZdX1lhCp_

 

Z7_89C21A40LGRJC0A6CAE7SVL241
Z7_89C21A40LGRJC0A6CAE7SVL2K2
 
Universidad de Antioquia | Vigilada Mineducación | Acreditación institucional hasta el 2033 | NIT 890980040-8
Recepción de correspondencia: calle 70 No. 52 - 21 | Apartado Aéreo 1226 | Dirección: calle 67 No. 53 - 108 | Horario de atención
Conmutador: [57 + 604] 219 8332 | Línea gratuita de atención al ciudadano: 018000 416384 | Fax: [57 + 604] 263 8282
Peticiones, quejas, reclamos, sugerencias, denuncias, consultas y felicitaciones
Política de tratamiento de datos personales
Medellín - Colombia | Todos los Derechos Reservados © 2020