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«En Europa en general, en los Estados Unidos y en algunos países de América Latina se está dando un retroceso intelectual y normativo, en el sentido de una nueva transformación de estas sociedades en la dirección de la defensa de un individualismo extremo, centrado en la protección de las libertades individuales y el derecho a la propiedad. Este retroceso intelectual y normativo es experimentado por la gente como una «libertad ofendida» de la cual surge una nueva forma del liberalismo: el liberalismo autoritario».
Un grupo de investigadoras de la Escuela Interamericana de Bibliotecología creó la cartilla «¿Cómo buscan quienes buscan?», uno de los resultados de la investigación: «Búsquedas individuales por verdad, justicia y reparación en escenarios de justicia transicional en Colombia». En esta guía las víctimas directas e indirectas del conflicto armado encuentran información clave a la hora de reclamar sus derechos ante las instituciones que representan al Estado; además, destaca la importancia de crear y preservar el archivo personal que, además de ser el soporte de la búsqueda, es un testimonio de resistencia.
Construir un estilo de vida saludable, en el que el ejercicio y la alimentación balanceada sean protagonistas, es una apuesta por mejorar la calidad de vida. Sin embargo, incursionar en un programa de entrenamiento físico e iniciar el consumo de suplementos alimentarios sin el acompañamiento de profesionales idóneos pone en riesgo la salud.
«No basta con que exista un informe extenso, riguroso y digitalizado. La verdad necesita circular, conmover, mover, doler y transformar. Necesita ser contada en los colegios, discutida en los medios de comunicación, apropiada por las comunidades, convertida en acción política. Porque la verdad sin acción son relatos estancados».
«La peculiaridad que nos identifica, si es que tal cosa existe, sería una forma particular de mirar nuestro país y de mirarnos a nosotros mismos. Ambivalente y ambigua, nuestra mirada es un engranaje del orgullo por el país en el que nacimos y la decepción de un país que nunca ha estado bien. Es muy probable que otros pueblos, seguro, sientan una pasión parecida por su país y una desilusión similar por su situación. Sin embargo, tan profundas son las heridas de nuestro país y, paralelamente, tan grande es la devoción que por este país sentimos, que es allí, en los altos grados de nuestro afecto y en los altos grados de nuestro desencanto, que se halla nuestra propia identidad».