Opinión

El viajar tiene diferentes motivos, algunas personas viajan por trabajo, otros por necesidad y otros más llegamos a viajar por que así lo elegimos. Pero si analizamos el proceso que involucra un viaje es muy parecido a leer un libro, ver alguna película o escuchar algo de música, pues no esperas ese ansiado viaje para que termine, no lees un libro con la necesidad de finalizarlo cuanto antes, y cuando reproduces tu canción favorita la repites cuantas veces necesites porque no es suficiente, así mismo es viajar. Elegí viajar, elegí Colombia, elegí la UdeA.

Ahora bien, leer un libro puede ser mejor con una taza de café y la lluvia como fondo, una película puede ser excelente con tu persona favorita y probablemente esa canción será mejor con audífonos o en compañía de tus amigos. Y pues, es exactamente lo mismo con viajar, pues encuentras lugares, personas, momentos que hacen que ese viaje sea tan único que no podrás cambiarlo.

En este caso fue Colombia, un país que puede parecer que está lejos del mío, México, y fui a comprobar que no es así. Saludar y que te respondan con una sonrisa, poder hacer amigos en menos de 5 minutos, sentir el caos de la ciudad acompañado con arte al natural, poder estar en un río, la costa, el eje cafetero, la selva, el desierto o una sierra nevada; eso es Colombia, un país que sabe cuánto vale, pero, sobre todo, lo que puede valer. Un país que te enseña a sorprenderte del futuro y del pasado, que lo simple y lo extraordinario no están “peleados”, que en Colombia se come de todo y con todos…que antes de ser mexicano, alemán, chileno o francés eres un parcero más.

Este viaje me acerco a un mundo más pequeño, la UdeA, la universidad más amigable que he conocido, una universidad referente en el país y que demuestran con creces. Profesores, alumnos, compañeros, instalaciones y un ambiente universitario que lo que busca es realmente  eso, sentirse universitario, sentirse colombiano desde lo extranjero y sobre todo, sentirte UdeA.

Mi estadía en la universidad fue increíble, encontrar la unión de las facultades, los profesores que te retan que buscan explorar hasta el lado más creativo que puedas tener; además de las amistades que puedes conseguir. La cultura de una ciudad que alberga a personas de Cali, Bogotá, Pasto, Cartagena, Santa Marta, Pereira y que aprender a hablar en lenguas es tan necesario como abrir tu mente a lo desconocido.

Después, encuentras un programa parcero que hace sentir que el mundo es realmente pequeño; tan pequeño, que puedas sentir que ese colombiano que conociste en el almuerzo se convertiría en tu mejor amigo, o que un alemán es tan parecido a ti, que hace sentir que conociste más países de lo que tenías pensado, un programa parcero que busca que todos los que están ahí, estén para ayudar, para servir. Un programa donde te enseña todos esos lugares tan sorprendentes que ese país tiene escondidos.

Viajar no es fácil, pero vivir sin viajar tampoco lo es, el viajar puede parecer difícil, pues te impone retos, dudas, miedos e incertidumbres, pero al final del día podrás decir, aquí estoy, siendo completamente afortunado de haber hecho ese viaje que me enseño de todo, lo bueno y lo malo, me enseñó que hay personas que pueden valerlo todo y otras más que nunca lo van a valer, me enseñó que se viaja siendo mexicano para llegar a ser extranjero, me enseñó que el conocimiento puede combatir la intolerancia y la estrechez de mente, me enseñó que tienes hermanos del otro lado del mundo y que en Colombia se sonríe sin idioma.

Pero como todos los libros, todas las películas y toda la música, en algún momento tienen que terminar, y así fue, regresé a mi país, a mi ciudad y a mis costumbres. Fue difícil dejar lo que tenía, sentir lejano ese país que te trató increíble, decirle adiós a la universidad y pensar que no podrás ver a todas esas personas que conociste, pero al final de todo tú tienes la última decisión de querer repetirlo, porque no viajas para escaparte de tu mundo, sino para que tu mundo no se te escape.

800 caracteres fueron pocos para describir mi gran experiencia en Colombia, así que podría resumirlo en: ¡Viaja más! Ha pasado el tiempo y no regresé de Colombia, la traje conmigo.

Nota

Este es el espacio de opinión del Portal Universitario, destinado a columnistas que voluntariamente expresan sus posturas sobre temáticas elegidas por ellos mismos. Las opiniones aquí expresadas pertenecen exclusivamente a los autores y no reflejan una opinión o posición institucional de la Universidad de Antioquia.