Opinión

La extensión universitaria¹ es una conquista y un aporte de la universidad latinoamericana al Sistema de Educación Superior en el mundo.

Fue exactamente en 1918, durante la reforma de la Universidad de Córdoba de Argentina, que la comunidad universitaria en una histórica acción social logró que por primera vez se concibiera la extensión universitaria como eje misional, a fin de fortalecer la función social de la Universidad.

Durante estos 100 años de existencia la misión de extensión universitaria ha venido consolidándose lenta y pausadamente a través de procesos evolutivos, que la tienen hoy en día en vía de emancipación y “al alcance de su mayoría de edad”, siendo aún la menor y la más joven de las tres misiones básicas que la sociedad y la ley le confieren al Sistema de Educación Superior.

La historia nos enseña que la docencia es la primera y más antigua misión seguida de la Investigación. La extensión de más reciente aparición, permanece como “la cenicienta del paseo” universitario.

Hoy en día, las juiciosas apreciaciones de los universitólogos nos muestran a la extensión en la universidad como el eje que:

1.    Debe favorecer la vinculación de la investigación y la docencia con la realidad social.

2.    Debe ser el puente que comunica el hábitat universitario del investigador y el docente con el hábitat comunitario.

3.    Debe ser el eje misional que promueva el vínculo de los procesos de investigación y la docencia con la realidad social.

4.    Y debe estar abierta a otros deberes que “los signos de los tiempos” le asignen.

En el contexto de los deberes expresados anteriormente, la misión de extensión como acción social universitaria responde a los principios de compromiso social de la universidad, realizada mediante la investigación y la docencia, de tal manera que la triple misión universitaria termina significada como una sola: La de la acción social universitaria a través de la investigación y la docencia.

En este orden de ideas, para que el deber ser de la función social de la Universidad se haga realidad es necesario que se fortalezca aún más el proceso de la misión de extensión en el currículo universitario, tal como se viene haciendo con el proceso de inserción de la función de investigación en el currículo, hecho que en Colombia se iniciara, con gran auge, a partir de 1968 cuando una histórica acción social de la comunidad universitaria logró que la universidad colombiana concibiera a la misión de investigación como el eje misional, que hoy la proyecta científicamente ante el mundo con lujo de competencia.

La Universidad tiene que establecer en su currículo que la misión universitaria de extensión, a través de la investigación y la docencia, debe hacer parte del perfil profesional del educando y el docente, estableciendo un sin número de valores y aptitudes profesionales que lo hagan un ciudadano ejemplar consciente de sus responsabilidades éticas y sociales.

Este perfil debe transversalizarse al Plan de Estudios de cada carrera de pre y posgrado, de tal manera que le permita a la comunidad universitaria interactuar con su entorno social desde los comienzos de su formación profesional.

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¹Con información de: Del Huerto M. María Helena. (2018). La Reforma universitaria de Córdoba: pionera en el legado latinoamericano de universidad popular. En: Revista Cubana de Educación Superior La Habana, Cuba.

Nota

Este es el espacio de opinión del Portal Universitario, destinado a columnistas que voluntariamente expresan sus posturas sobre temáticas elegidas por ellos mismos. Las opiniones aquí expresadas pertenecen exclusivamente a los autores y no reflejan una opinión o posición institucional de la Universidad de Antioquia.