Opinión

La denominación “el día de los niños y las niñas en la UdeA”, tiene, al igual que cualquier enunciado, un significado frente a lo que se quiere nombrar; significado que le viene dado, ya sea de una interpretación o de una voluntad, en el mejor de los casos, recoge la comprensión que colectivamente hemos construido sobre el asunto del que se llama la atención. 

En este caso, el asunto es el día, porque niños y niñas, no podrían comprenderse como estrategias para objetivizar el discurso, en tanto, terminaríamos minimizando la presencia de los seres que se quieren visibilizar, a partir de aquello que se nombra.

La conmemoración, sea como recuerdo o acto, sirve al propósito colectivo de “sensibilizar, concienciar, llamar la atención y señalar que existe un problema sin resolver” (Organización de Naciones Unidas), frente a lo cual, los gobiernos, las instituciones y la sociedad en su conjunto, analizan y construyen acciones concretas con las cuales confían resolver las problemáticas identificadas.

Desde 1956, la Asamblea General de la ONU recomendó instituir en todos los países un Día Universal del Niño, dedicado a “la fraternidad y a la comprensión entre los niños del mundo entero” y como forma de recordar el sufrimiento que la guerra causa a niños y niñas, así como, la necesidad de promover acciones para su bienestar.  En Colombia, mediante la Ley 724 de 2001, se establece como “Día del niño” el último sábado del mes de abril. 

Ha sido una tradición, asemejar “el día de los niños” con “el día de los brujos” o “el día de Halloween”, celebración, generalmente nocturna en la cual se realizan actividades como fiestas de disfraces, el “dulce o truco”, bromas y otras relacionadas con “el mundo del terror”.  No obstante, cada vez, es más conocida la diferenciación entre estas dos conmemoraciones. De un lado, la reivindicación de los sujetos y los derechos que se les han atribuido, por tanto, un carácter sociopolítico particular, que implica el posicionamiento de ellos y ellas como sujetos de derecho; y de otro lado, en el mes de octubre, una celebración de diversión y entretenimiento, en donde se hace gran despliegue comercial y se atribuye un significado particular.

En sintonía con la Ley 724 de 2001, la Universidad de Antioquia está llamada al reconocimiento del “Día de la Niñez y la Recreación”, esto es, que su misión de actuar como centro de creación, preservación, transmisión y difusión del conocimiento y de la cultura, aporte en la consolidación de una cultura de la niñez; esto es, el compromiso y disposición para garantizar el cuidado y bienestar de niños y niñas. 

Recientemente, en el informe ¿Cómo va la primera infancia en Medellín?, presentado por la alianza  Medellín Cómo Vamos, se llama la atención sobre el porcentaje de niños y niñas en situación vulnerable, el cual para el año 2017 alcanza el 57%; adicional, se menciona como en la ciudad de Medellín, el balance de protección y ambientes seguros no es tan positivo e, incluso, hay retroceso en algunos indicadores, como maltrato y violencia sexual, entre otras problemáticas que exigen acciones integrales; de allí que la Universidad se una, a la estrategia de los entornos protectores para la primera infancia en Medellín y aúne esfuerzos con la Red Interuniversitaria Buen Comienzo, para articular saberes, acciones y recursos con el propósito de consolidar alternativas que permitan apoyar el proceso de Atención Integral a la Primera Infancia.

De esta forma, denominar, celebrar y conmemorar “el día de los niños en la UdeA”, podría convocarnos a una reflexión colectiva sobre los asuntos o problemáticas que involucran a niños y niñas y sobre las cuales queremos llamar la atención; pero en especial, a una cuestión sobre las formas que, como universitarios, construimos para estar con los niños y las niñas, esto es, estructuras creativas al servicio de una movilización cultural que los posicione como interlocutores en el proyecto educativo regional.

Visibilizar a niños y niñas como actores sociales, interlocutores, exige oportunidades para potenciar sus capacidades, promover el reconocimiento de sus singularidades y diversidades, así como ser guardianes de sus derechos.  En el corto plazo, bastará con el cumplimiento de la “voluntad de ser comunidad protectora” y en especial, recordar que, nombrar, conmemorar y celebrar, son actos de significación sobre los cuales tenemos una responsabilidad social universitaria.

"Lo que no está dentro de nosotros mismos no nos inquieta".
Hermann Hesse

Nota

Este es el espacio de opinión del Portal Universitario, destinado a columnistas que voluntariamente expresan sus posturas sobre temáticas elegidas por ellos mismos. Las opiniones aquí expresadas pertenecen exclusivamente a los autores y no reflejan una opinión o posición institucional de la Universidad de Antioquia.