Opinión

Nos enseñó que la vida y la amistad se celebran cada día del calendario, ajena a la banalización que se vislumbra con la cosificación comercializadora del mercado y del capital impío; hizo en sus letras historias mínimas y cotidianas que terminan siendo universales; y que cada amanecer, también será otro día especial.

Recuerda que es inherente a la amistad los momentos inefables, el tiempo desmedido, la presencia ausente y, que cada día que pase es para festejar y agradecer que siempre los amigos están ahí con un aliento incondicional para continuar en la existencia.

Cantaba que siempre el amor y la amistad se entrelazan en la vida entre sí, y es por las singularidades del amigo, lo que le da al amor la perdurabilidad, la reciprocidad, la afinidad y los sentimientos más complejos.

La vida no es de laberintos ni es de fugacidades, es de siempre; el amigo no es furtivo ni es exprés, es para siempre. La vida y el amigo están ahí, así de simple, hay que apreciarles y mantenerles. Dicen tuvo mucha suerte de nacer… “para estrechar la mano de un amigo y poder asistir como testigo al milagro de cada amanecer".

En el trasegar en la vida se encuentran esos medio locos y medio cuerdos; quienes a todo dicen sí pero expectantes, preocupados y polémicos; están en lo malo y lo bueno que va presentando la vida, tan plena de vicisitudes; se mueven entre la pobreza y la riqueza y entre el llanto y la alegría; por eso son amigos; y si no fueren así, escuetamente no lo son.

En sus letras describe al amigo un compañero de luchas, un gladiador incesante apegados a los sueños, a las locuras y al mundo pueril, pero con almas serias, pausadas y ecuánimes que llevan los gerontes.  "Cuando un amigo se va, queda un espacio vacío, que no lo puede llenar, la llegada de otro amigo"

El Cortez, el respetuoso y valorador del amigo y de la vida, se fue con algo de todos, pero se quedó en los rincones del alma. Tal vez, solo lloraba su alma en vida, cuando un amigo partía y ...."a partir de mañana empezaré a vivir la mitad de mi vida y a partir de mañana empezaré a morir la mitad de mi muerte".

En sus letras el milagro de la vida no da pie a la liviandad en su aprecio, ni a la competencia, al estatus ni al dinero; ni tampoco da lugar a que de un amigo surja el verdugo, la confusión o la deslealtad; pero ello, tal vez, era el cantor de las cosas simples, con canciones que hacen reflexionar, pensar y sentir de una forma común; lleva a razonar a partir de las obviedades y nada debe pasar inadvertido.

Coherente con la vida y con la amistad. La libertad y los derechos de cada uno deben llegar hasta donde empiezan a la delos demás.  “Era callejero por derecho propio, su filosofía de la libertad, fue ganar la suya sin atar a otros y sobre los otros no pasar jamás”.

A la gente la hacía soñar con “castillos en el aire" y, que como frase peyorativa y tajante empleada para rechazar ideas que se consideran irrealizables, también tiene el significado positivo enlazado estrechamente con el sentimiento de libertad y la capacidad de soñar.

La reflexión que da el tiempo y contemplación a que llevan los años, sus canciones también se hicieron mías y dieren más sentido a la vida, fueron poesía de la vida misma y empecé a no tener recelo en compartir mis emociones y miguitas de ternura, aprendí a soñar más y a volar más alto.

El cantautor "de la vida y del amigo" se fue, diseminando las semillas por la faz de la tierra, para quedarse a pesar de las tentaciones y adversidades. Ahora es misión de todos continuar con la defensa a ultranza del valor de la vida y el significado de tener un amigo.

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Escrito a propósito de la muerte del cantautor y poeta argentino Alberto Cortéz, ocurrida el jueves 4 de abril del presente año a la edad de 79 años.