Cultura

Luis Fernando Macías, poeta, escritor, docente… No es fácil, además de ser injusto, encasillar a este apasionado por la literatura cuya formación académica va en la misma dirección de su formación literaria: licenciado en Educación de español y literatura, especialista en Literatura colombiana y magíster en Estética y filosofía del arte. No es extraño que llegara a este diálogo con una cachucha del Festival Internacional de Poesía del que hizo parte en varias ocasiones, y con varios ejemplares de El libro de las paradojas bajo el brazo, su más reciente publicación.

¿De dónde saca tiempo para escribir y para la docencia? 

La literatura es la vida mía, todo el tiempo, toda mi vida está dedicada a la literatura. Los trabajos que hago están relacionados con la literatura, entonces yo vivo en función de eso, casi todo el tiempo estoy pensando en escribir.

¿Qué hace cuando no tiene la posibilidad o las herramientas para escribir y se le viene una idea genial a la cabeza? ¿Se graba?

No, yo tengo proyectos. Permanentemente tengo proyectos en los que estoy trabajando y me siento a trabajar y los adelanto. Lo que se me ocurre lo guardo y después lo pongo. Si algo se me olvida es porque no valía la pena. Yo no uso la grabadora, a veces lo he pensado y nunca… no me funciona.

Profesor, ¿cómo es la memoria de un pez?

Pues yo no sé si hay memoria específica, pero lo que sí hay es una memoria muy antigua que está más allá de la vida presente. Dicen que los piscis hemos tenido muchas encarnaciones y que estamos viviendo la última. Entonces supongo que la memoria de un pez, después de las once primeras, es la memoria completa.

Usted se mueve cómodamente en literatura, literatura infantil, poesía. ¿Cree que ese fue el motivo por el que fue director de una revista cultural?

No. Creo que me llamaron a la Revista Universidad de Antioquia fue por ser editor, porque fundé la editorial El Propio Bolsillo y le publiqué a muchas personas cuando no había editoriales en Medellín, mucho menos editoriales independientes, Además hice la Revista Poesía, junto con María Adelaida Correa, José Manuel Arango y Elkin Restrepo. Entonces, con esa experiencia, en 1998, el rector Jaime Restrepo Cuartas me pidió que le consiguiera un director para la Revista, yo propuse a Elkin Restrepo ―quien dijo que no― o a José Manuel Arango ―quien dijo que sí, pero finalmente se retractó―. Yo le había prometido al rector que si ninguno de los dos aceptaba yo recibía la dirección de la Revista. Estuve más o menos diez meses en la Revista. Luego pasé a dirigir la Editorial. 

¿Cómo era esa Revista Universidad de Antioquia que usted dirigió? ¿Qué secciones tenía?

La revista tenía una parte editorial, tenía una parte de distintas manifestaciones culturales y científicas y terminaba con una sección de música. Así estaba cuando yo la recibí y así la dejé. Teníamos la costumbre de hacer números monográficos, entonces yo hice sobre Manuel Mejía Vallejo, sobre Héctor Rojas Herazo, sobre literatura infantil, sobre el tabaco. 

Profe, ¿usted ha escrito después de dejar de ser el director de la Revista? Si es así, que seguramente lo es, ¿qué ha escrito?

He hecho algunas reseñas, muy poco realmente. Escribí para la celebración de los 70 años, ahora escribo para la celebración de los 80. Creo que por primera vez pongo dos artículos en un mismo número. 

¿Mientras lee algún número de la Revista, ¿se ha encontrado espontáneamente con algún texto escrito por un alumno suyo de los talleres, de clase? ¿Qué siente? ¿Lo lee con ojos de profesor?

Sí, me he encontrado a muchos. Para mí es una gran satisfacción. Yo encuentro en la Revista compañeros de estudio, compañeros de trabajo, exalumnos del taller, gente que ha publicado en las editoriales. 

Y un mensaje para colaboradores, directores y lectores de la Revista a propósito de esta celebración.

La Revista es como lo más hermoso que tenemos, lo más grande, no solo por la tradición que tiene, sino por el nivel al que ha llegado en los últimos años. Ha estado en el primer orden, ha sido un patrimonio cultural de Colombia, no de Antioquia, sino de Colombia en el mundo. Siempre ha estado a la vanguardia de la cultura o el lugar que nosotros ocupamos en la cultura.

Bajo la dirección de Juan José Hoyos, el rector Santiago Peláez Valdez definió uno de los lineamientos más importantes de la Revista: servir de punto de unión y de referencia constante del estado actual del trabajo cultural, creativo e investigativo del arte, la literatura, la ciencia, la crítica y la imaginación. De este modo buscamos romper el aislamiento de la universidad con su medio y conectarla con todos los ámbitos del mundo. ¿Esto le parece que realmente está vigente?

Está vigente y se ha mantenido vigente siempre, o sea, los directores que ha tenido la Revista han tenido esa premisa muy presente y la han aplicado número a número. La Revista es así como fue concebida y va alcanzando la dimensión que va dando la tradición de una cultura. La revista no es producto de un individuo, es producto de una cultura; el individuo que está ahí es el que de algún modo interpreta esa cultura y la manifiesta, han escogido bien los directores, yo creo que los rectores de la universidad siempre han tenido tino para eso y siempre ha habido quién, pues creo que hasta Carlos Castro Saavedra estuvo por ahí, o sea, la Revista siempre ha estado a la vanguardia de la cultura o el lugar que nosotros ocupamos en la cultura.