Ciencia

Estudiantes de la Institución Educativa Fray Julio Tobón, de El Carmen de Viboral. Foto: cortesía semillero de investigación.

La obesidad infantil, según la Organización Mundial de la Salud —OMS—, es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. Es una condición que se da por los hábitos alimenticios y la poca práctica de actividad física en esta etapa.

El semillero de investigación Cultura y prácticas alimentarias, de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de Antioquia, investiga desde hace un año, en la seccional de Oriente, las prácticas de alimentación y los conocimientos de la obesidad que tienen los estudiantes de entre 12 y 19 años de la Institución Educativa Fray Julio Tobón, de El Carmen de Viboral.

El tema de la obesidad es un problema de salud pública, especialmente en la población adolescente que, según la investigadora Maryluz Garzón, “muchas veces es un grupo olvidado”. Incluso la OMS considera que es necesario poner atención a esta situación porque, “al contrario de la mayoría de los adultos, los niños y adolescentes no pueden elegir el entorno en el que viven ni los alimentos que consumen”, y tienen menor capacidad para comprender las consecuencias a largo plazo de su comportamiento.

Los investigadores del semillero parten de que en la actualidad la cultura ha dejado de lado las comidas caseras y tradicionales para reemplazarlas por productos procesados, de fácil acceso y poco saludables por los componentes nutricionales que aportan, “lo que lleva a enfermedades crónicas no transmisibles, como la obesidad”, como expresan los investigadores.

El estudio ha encontrado que, aunque la mayoría de estudiantes observados en El Carmen de Viboral continúan alimentándose con comidas tradicionales y preparadas desde su hogar, como frijoles, mazamorra, sánduches, plátano maduro, papas y carne, hay un 10% de los jóvenes que lleva al colegio ‘mecato’, jugos de caja y cereales.

Aunque la investigación no ha concluido, los investigadores han obtenido información importante en cuanto a los conocimientos de la obesidad, ya que en los jóvenes existe la percepción de que esta es una enfermedad nutricional que se ve reflejada en la forma del cuerpo, por el consumo excesivo de alimentos, en especial los no saludables, y el sedentarismo. Además, los investigadores han encontrado que alrededor del 62% de los estudiantes no considera la delgadez como un objetivo deseable.

Para la construcción de este estudio, el semillero partió de la definición de la Organización Mundial de la Salud OMS para entender la obesidad “como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud y que trae como principales consecuencias la presencia de enfermedades cardiovasculares, identificadas como principal causa de muerte en 2012”.

El riesgo temprano de la obesidad

Cuando un adolescente tiene sobrepeso es más propenso que los demás a sufrir desde temprana edad diabetes, enfermedades cardiovasculares, discapacidad motora y cáncer, con aumento de la probabilidad de una muerte temprana, pues pueden llegar a ser adultos obesos. En el 2015 había en el mundo 42 millones de niños con sobrepeso, según cifras de la OMS.

Al respecto, el Ministerio de Educación de Colombia ha informado que las cifras de obesidad han aumentado en el país, especialmente en personas de 15 a 45 años. Para el 2013, la Clínica Colombiana de Obesidad y Metabolismo encontró que “de 4200 pacientes con obesidad, el 35% (1470) eran menores de 20 años” y menos de la mitad tenía un sobrepeso de más de 15 kilos.

La OMS entiende que el sobrepeso y la obesidad son problemas que están ligados a un contexto social y que requieren un tratamiento adaptado a las diferentes culturas; además, considera que una de las consecuencias de tener sobrepeso, especialmente en los jóvenes, es que afecta la autoestima y puede incentivar el bullying en las instituciones educativas.

Por ello, estudios como los de el semillero son cada vez más necesarios en nuestro contexto y deben buscar tener influencia sobre las decisiones que las familias toman a la hora de hacer la lonchera de niños y adolescentes.