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Foto: Cortesía posgrados Facultad de Ciencias Económicas

La Universidad de Antioquia tiene 77 programas de maestría y 26 doctorados con registro calificado. Los primeros están divididos en dos modalidades: investigación —40—, profundización —14— y 23 tienen ambas modalidades, lo que significa que quienes ingresan a estudiar alguno de estos, en su mayoría, se dedicarán durante al menos un par de años a investigar.

Es decir, no solo aprenderán y producirán conocimiento científico, sino que también tendrán que gestionarlo, lo que implica tomar decisiones respecto a dónde publicar, a qué público llegar según sus intereses y cómo hacer seguimiento del impacto; o cómo proteger los derechos de propiedad intelectual.

De ahí que la Dirección de Posgrados se haya interesado por recibir a los nuevos estudiantes ofreciéndoles un abrebocas de estos temas con los que tendrán que lidiar en este proceso que empiezan.

“Tenemos un gran desarrollo de los grupos de investigación, están muy bien posicionados en Colciencias, y estas maestrías y doctorados están respaldados por estos grupos”, menciona Sandra Turbay, directora de Posgrados de la Universidad de Antioquia, refiriéndose al énfasis investigativo de los programas de posgrado de la Institución.

La transferencia efectiva del conocimiento es una de las preocupaciones. De acuerdo con la Directora, “los posgrados de investigación deben contribuir a la consolidación de una sociedad del conocimiento, donde los saberes y las ciencias aporten a la solución de problemas  del sector productivo, a la construcción de políticas públicas orientadas al desarrollo humano, a la promoción de las artes y la cultura y a la transformación de nuestra economía para superar la dependencia del sector minero-energético”.

También desde la Dirección de Posgrados proponen revisar la idea de que los investigadores están encerrados en una burbuja produciendo artículos para una comunidad estrecha. “Los posgrados de nosotros tienen que tener un impacto mucho mayor”, dice Turbay y Alejandro Uribe Tirado, PhD en Documentación Científica, agrega que “deberíamos pensar quién es mi real público y mi real lector”  a la hora de definir los canales para divulgar o difundir conocimiento científico porque se trata de saber comunicar.

Según Juliana Espinoza, de la maestría en Microbiología y Bioanálisis, “es importante no solo pensar en publicar en revistas de alto impacto, sino que realmente nuestras investigaciones lleguen al público que lo necesita, que la difusión sea adecuada y pertinente”.

Producir conocimiento implica además tener que transitar por terrenos donde las discusiones éticas están presentes. “Este tema no es exclusivo de profesores de filosofía, ni de intelectuales especializados. Tampoco es un adorno porque ahora estamos viendo cómo se la utiliza de una manera casi que adjetiva. La ética tiene que convertirse en una atmósfera en la cual tomamos decisiones”, afirma el profesor Eufrasio Guzmán.

Estos temas están atados al conocimiento que se tenga sobre propiedad intelectual, una materia que pocos investigadores manejan. De hecho la Universidad cuenta con un estatuto de propiedad intelectual donde se pueden consultar asuntos como los derechos morales o cómo resolver conflictos por derechos patrimoniales cuando están involucradas agencias financiadoras en proyectos de investigación. “Los currículos de los posgrados se centran en los temas disciplinares y estos temas se aprenden informalmente, en el grupo de investigación, por los usos y costumbres que ve en el grupo de investigación que lo respalda a uno. Aprende por imitación de su dirección de tesis, pero no se debate abiertamente sobre estos temas”, menciona Turbay Ceballos.

Acompañar a los nuevos estudiantes en estos temas permite no solo orientar a quienes nunca han estudiado en la Alma Máter, sino también a aquellos que aun habiendo estudiado en esta Universidad solo hicieron el pregrado donde el nivel de exigencia es menor y las reglas del juego son distintas. De ahí la necesidad de hacer inducciones generales como la que realizó por primera vez la Dirección de Posgrados, el 8 de febrero, para los estudiantes que apenas empiezan o están en segundo semestre.

Esto no solo les brinda elementos para los semestres que inician, sino que también podría incidir en mayor eficiencia terminal que según datos consignados en el Plan de acción de la Dirección de Posgrado para maestría está en el 63% de los graduados en el 2016, lo que significa que del total de los que recibieron su título en el último año un 37% no logró terminar sus estudios en el tiempo estipulado por cada programa.

Además, el Acuerdo superior 432 del 2014, que sustituye el antiguo reglamento estudiantil para estudiantes de posgrado, en su artículo 16 contempla que el consejo de la dependencia académica podrá conceder una prórroga a quienes cursen especialización o maestría y de dos semestres para estudiantes de doctorado, cuando existan razones debidamente justificadas y probadas. Con esta medida también se espera reducir el porcentaje de personas que no logran terminar su posgrado en los tiempos estipulados.

“En maestría se ha ido corrigiendo pero en doctorado aún falta mucho. También hay un desequilibrio muy grande en el número de mujeres que ingresan a un posgrado, respecto a los hombres. La Universidad tiene que acompañar a las mujeres para que den ese paso de maestría al doctorado rápidamente y en caso de que tengan hijos o estén en embarazo tengan posibilidades económicas para realizar su doctorado. Ojalá luego se les dé más tiempo para terminar”, expresa la Directora de Posgrados.