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Opinión

La vida en la Alma Máter

23/08/2019
Por: Laura Montoya Sanabria – Estudiante de Comunicaciones UdeA

« ... Estudiar en la UdeA es cultivar un pensamiento crítico, complejo, es poner en tela de juicio todo lo que se conoce. Es entender que se aprende para luego poner esos saberes al servicio de la comunidad y del planeta. Estudiar en la Universidad de Antioquia es tener la posibilidad de escuchar a profesores con trayectoria, experiencia, pasión, vocación... »

Esta es una de las experiencias que florecen en la Universidad de Antioquia, un lugar en el que múltiples manifestaciones culturales tienen un hábitat natural y en el que se tejen historias de vida.

En 2013 empecé a estudiar Ciencias Políticas en la Universidad de Antioquia, hasta ese momento sabía que estar ahí era una importante oportunidad que no podía desperdiciar. Sin embargo, desconocía que iba a enamorarme de tal manera, que no podría pensarme académicamente en otra universidad del país que no fuera esta.

Conocí personas que se convirtieron en amigos, pero, sobre todo, en grandes maestros que me impulsaron a tomar otro camino que me acercara más a lo que sueño.

Por esta razón en 2014 tomé la determinación de retirarme de la carrera para presentar el examen de admisión a Comunicaciones. Pero como la vida te guía por los caminos que debes recorrer y no solo por los que quieres, luego de salirme de mi amada Alma Máter no pude presentarme si no un semestre después, porque debido a un cese de actividades motivadas por el paro nacional agrario de aquel momento, no abrieron cupos en la Facultad de Comunicaciones.

Cuando al fin pude presentar el examen no fui seleccionada, entonces opté por estudiar una técnica “mientras tanto”, aplacé este proyecto con la convicción de que volvería a la UdeA. Afuera entendí lo que significaba pertenecer a esta institución. El anhelo por volver era tal, que cuando pasé el examen en 2017 para empezar a estudiar Comunicaciones, me sentí la persona más afortunada cada vez que pisaba la portería y mostraba mi carnet.

Es una dicha pertenecer a esta institución, una universidad con vida propia que como bien lo dice su himno: es «el alma máter de la raza, invicta en su fecundidad». Fecunda el ser, alimenta la vida y el pensamiento.

La Ciudad universitaria con su amplia agenda cultural y diversidad, el histórico Paraninfo, el Área de la Salud con su rigor investigativo y su prestigio a nivel nacional e internacional, las seccionales que recogen estudiantes de todo el departamento, Ciudadela Robledo con su ubicación estratégica, entre otras, que guardan las historias de incontables personalidades y líderes que dedicaron su vida para trabajar por alguno de los ejes misionales: Investigación, Docencia y Extensión.

Carlos Gaviria Díaz, Gonzalo Arango, Héctor Abad Gómez, Teresita Gómez, Tomás Carrasquilla, María Teresa Uribe, por nombrar algunos personajes que han hecho parte de esta casa, lograron que el nombre de esta institución haga eco en Colombia y el mundo.

La Universidad de Antioquia, en sus más de dos siglos de servicio, es historia, es resiliencia, es lucha, es compromiso social.

Recorrerla es tener la posibilidad de visitar un museo abierto, más de 100 obras de artistas como Pedro Nel Gómez, Ana Mercedes Hoyos, Enrique Grau, Fanny Sanín, Marta Lucia Villafañe, Alfonso Ríos, entre muchos otros.

Pasar con sentido agudo por la plaza Barrientos en el Campus, es entender la universalidad que aquí se vive. Percibir este lugar donde confluyen tantos saberes diferentes en armonía y abiertos para quien quiera explorarlos.

Ir a la piscina y el pozo, al coliseo, las canchas de tenis, de futbol, de baloncesto, es vivir la diversidad de deportes que se practican y si se quiere ¿Por qué no? Practicar alguno.

Estudiar en la Universidad de Antioquia es salirse, si usted lo permite y lo decide, de algunos paradigmas de educación convencionales, se sabe cuándo se empieza, pero nunca cuando se termina y eso es magia pura, porque al final nadie quiere irse.

Estudiar en la UdeA es cultivar un pensamiento crítico, complejo, es poner en tela de juicio todo lo que se conoce. Es entender que se aprende para luego poner esos saberes al servicio de la comunidad y del planeta. Estudiar en la Universidad de Antioquia es tener la posibilidad de escuchar a profesores con trayectoria, experiencia, pasión, vocación, porque difícilmente con las crisis de la educación pública un profesor dicta sus clases si no es por pura vocación y amor al arte, aunque claro, de todo se ve.

Es compartir con estudiantes de muchas áreas del conocimiento, de todas partes del país, es conocer las cosmovisiones de las comunidades indígenas, entendiendo sus luchas y también, las luchas de las mujeres, de la población afrodescendiente, de la población LGTBIQ.

Es escuchar y contar historias del conflicto en nuestro país, porque entendemos la importancia de la reconstrucción de la memoria. Es sentarse en “el aeropuerto”, o mejor dicho la cancha de fútbol, para arreglar el mundo con los amigos y hasta con los profesores.

Aquí nos enamoramos: del arte, de la vida, de la humanidad. Aquí gritamos con fuerza “Pública la recibimos, pública la devolvemos”, “Soy estudiante” y nos quedamos sin voz si es necesario, para defenderla: en las calles, en el debate, en las asambleas.

En la Universidad de Antioquia las culturas florecen orgullosas y libres, el Alma Mater fecunda al ser que vive dentro de ella, toda expresión y espacio que estimula y libera su esencia. Los monos e iguanas, las aves, los personajes de larga estadía, los estudiantes concentrados y los transeúntes pasajeros. Tiene espacios para el deporte, el debate, el pensamiento, la amistad, la guerra, el amor; ella nutre y estimula todo fluir.

Poder vivirla nuevamente, ha significado para mí la necesidad constante de pensarme en sus espacios, de reflexionar qué tanto estoy aprovechando las posibilidades que ella me ofrece y si mi paso por ella suma o resta, porque me la quiero disfrutar con calma.

Porque sé que pese a todas las dificultades que enfrenta la educación pública, la Universidad de Antioquia es una oportunidad que no se puede desperdiciar, aquí podemos, si queremos, salir siendo seres humanos que aporten cosas positivas para la sociedad porque al fin y al cabo a ella se debe la universidad pública.


Nota

Este es el espacio de opinión del Portal Universitario, destinado a columnistas que voluntariamente expresan sus posturas sobre temáticas elegidas por ellos mismos. Las opiniones aquí expresadas pertenecen exclusivamente a los autores y no reflejan una opinión o posición institucional de la Universidad de Antioquia.

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