Z7_89C21A40L06460A6P4572G3304

Teclas de Ayuda de acceso Rápido

ALT + 1 Inicio

ALT + 2 Noticias

ALT + 3 Mapa de sitio

ALT + 4 Búsqueda

ALT + 5 Preguntas frecuentes

ALT + 6 Atención al ciudadano

ALT + 7 Quejas y reclamos

ALT + 8 Iniciar Sesión

ALT + 9 Directorio telefónico

Letra:

Contraste:

Clic aquí para ir a la página gov.co
miércoles, 8 de mayo 2024
08/05/2024
Síguenos
Z7_89C21A40L06460A6P4572G3305

Opinión

Z7_89C21A40L06460A6P4572G3307
UdeA Noticias
Z7_89C21A40L06460A6P4572G3386
Opinión

76

23/11/2017
Por: Pedro Agudelo Rendón docente de Cátedra, Facultad de Comunicaciones UdeA

"...La muerte es tramposa. No nos informa el cuándo ni el dónde; y no basta para ella la ciencia o la filosofía. Piglia la presiente en la respiración artificial de sus palabras, pues, como dice Giorgio Agamben, el lenguaje es muerte que recuerda la muerte..."

Abrid la tumba
          Al fondo de esta tumba se ve el mar
Vicente Huidobro

Eres la tierra y la muerte.
Tu estación es la oscuridad
y el silencio.

                                                      Cesare Pavese

La muerte siempre nos asombra. Nos toma por sorpresa y nos deja sorprendidos. Y puesto que no tenemos, las más de las veces, la capacidad para reaccionar, el silencio bate sus alas sobre nuestra tristeza y a veces ni siquiera la tristeza o el dolor nos basta. Sucede que al perder a un ser querido sentimos como si algo de nosotros se fuera con él, y las lágrimas, livianas o pesadas, no resistieran su emerger natural y su caída fija. Parece como si el aliento de nuestros cuerpos fuera solo el doblegar frágil de un pino que se resquebraja, o una llamarada débil expuesta al frío helado de un viento madrileño.

La muerte siempre nos asombra, como el día en que mi abuelo partió por el camino que creyó la mejor vía para encontrar la felicidad; o el día en que murieron algunos amigos como Milo, que no soportó más la fuerza de una enfermedad que se lo comía por dentro; o algunos conocidos o padres de amigos, arrebatos por una bala perdida que buscaba una dirección exacta.

La muerte siempre nos asombra y a veces nos cautiva como una forma quieta, como un hilo quedo sobre las olas del mar. Nos asombra aunque sepamos que las cosas pasan, inevitables, como el río que no tolera que le corten su trayecto. Y entonces las personas mueren porque no resisten más la vida, o la vida los abandona porque los hilos de oro y la lana negra de las parcas ya no soportan el peso de la existencia. Ni siquiera un hombre fuerte, un pintor que parece extremeño o un escritor con aliento gaucho le dicen ‘no’ a las frías olas de la muerte.

Ricardo Piglia se sumergió en esa neblina obscura el 6 de enero de 2017, y todavía hoy muere cuando recordamos con nostalgia sus palabras de académico, de ensayista y de escritor. Nació un 24 de noviembre en Adrogué, una ciudad argentina de calles empedradas, árboles espesos e ideas borgianas de frondosos deleites. Su muerte, silenciosa, también está empedrada: las palabras, hasta el último aliento, juegan con los días imaginarios de su vida. Su último libro, Los diarios de Emilio Renzi, parece anunciar su muerte. Una muerte con sabor  a tristeza, como cuando a uno se le muere el abuelo y se llama Roque, o cuando a uno se le muere un amigo filósofo y se llama Fernando. La muerte de Piglia sabe a papel, a la ficción de sus personajes, a Renzi, ese escritor detectivesco que atraviesa sus ficciones.

La muerte es tramposa. No nos informa el cuándo ni el dónde; y no basta para ella la ciencia o la filosofía. Piglia la presiente en la respiración artificial de sus palabras, pues, como dice Giorgio Agamben, el lenguaje es muerte que recuerda la muerte. El escritor argentino la eludió a través de su alter ego. Abrió un espacio de ficción entre una realidad que parece cierta, y otra que se muestra verosímil. Sus tesis sobre el cuento (un relato siempre cuenta dos historias: una casi siempre visible y otra secreta) definen una ruta del oficio literario que a veces parece confundirse con la propia existencia. Una de sus novelas, Plata quemada, es un relato documental y policíaco en el que los personajes se sumergen en el delirio de una forma natural de existir. Ellos están en una fuga, más allá de la ruina del destino que ellos han labrado. Blanco nocturno, una de sus obras más premiadas, vislumbra formas de misterio policíaco en una trama que da cuenta de ese oficio literario.

Piglia se ficcionalizó. Reconstruyó una imagen de sí mismo. En sus relatos aparece con persistencia un personaje –Emilio Renzi–, con sus preguntas inquietantes, siempre al filo de la verdad. Por eso, el 6 de enero no solo murió el escritor. Parece, más bien, que la que cerró sus ojos fue la narración; y la muerte hace parte del relato, hace parte de esa narración. Quizá Ricardo Piglia murió para no tener que cumplir 76 años, como Fernando de Szyszlo no quiso cumplir 93. Murió para que nadie le arrebatara la posibilidad de seguir siendo Emilio Renzi, para que nadie dijera que llegaría a los 80.

El escritor se despidió (¿o fue el personaje el que se despidió?) con una trilogía. Escribió cuento, novela, ensayo, guiones de cine… y un extenso diario. Era versátil y a veces parecía un ilusionista: su oficio era escribir. Hoy cumpliría 76. Hoy, si hoy fuera ayer.


Nota

Este es el espacio de opinión del Portal Universitario, destinado a columnistas que voluntariamente expresan sus posturas sobre temáticas elegidas por ellos mismos.  Las opiniones aquí expresadas pertenecen exclusivamente a los autores y no reflejan una opinión o posición institucional de la Universidad de Antioquia. Escriba y envíenos sus columnas de opinión al correo electrónico: udeanoticias@udea.edu.co.

Z7_89C21A40L06460A6P4572G3385
Z7_89C21A40L06460A6P4572G3387
Correo del contacto
[57+4] 219 59 15
Z7_89C21A40L06460A6P4572G33O4
Z7_89C21A40L06460A6P4572G33O6
Lo más popular
Z7_89C21A40L06460A6P4572G3340
 
Universidad de Antioquia | Vigilada Mineducación | Acreditación institucional hasta el 2033 | NIT 890980040-8
Recepción de correspondencia: calle 70 No. 52 - 21 | Apartado Aéreo 1226 | Dirección: calle 67 No. 53 - 108 | Horario de atención
Conmutador: [57 + 604] 219 8332 | Línea gratuita de atención al ciudadano: 018000 416384 | Fax: [57 + 604] 263 8282
Peticiones, quejas, reclamos, sugerencias, denuncias, consultas y felicitaciones
Política de tratamiento de datos personales
Medellín - Colombia | Todos los Derechos Reservados © 2020