Vida

Fotografía principal: Hugo Villegas Hernández. Fotografía secundaría: Aliados por el Planeta.

Después de las personas, las palomas parecen ser las habitantes más frecuentes de la Ciudadela Universitaria en Medellín. Se les encuentra en las plazoletas, mesas y vigas de cada bloque, incluso en las aulas de clase y en las mesas destinadas para comer. ¿Qué hace que este Campus sea tan atractivo para ellas? La respuesta del grupo de investigación Aliados con el Planeta, que ha liderado el proyecto para estudiar el fenómeno y generar acciones que lo contrarresten es contundente: “la causa del exceso de palomas en la Universidad es la abundancia de comida que aquí encuentran”.

En el año 2015, el grupo de investigación Aliados con el Planeta en asocio con el Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales, Pecet, y la Coordinación de Planeación de la Dirección de Gestión Logística y de Infraestructura, realizaron un primer diagnóstico ecosanitario sobre el tipo y la cantidad de plagas que se encuentran en el Campus, y a partir de él se estableció un orden jerárquico de las especies que más afectan el ecosistema universitario, encontrando que la paloma ocupa el primer lugar. 

En la actualidad y con la intención de analizar cómo ha cambiado la situación, cuáles son los puntos críticos y qué tipo de intervención debe hacerse, este equipo trabaja en el proyecto: “Manejo ecosanitario de palomas en la Universidad de Antioquia”, con el que buscan proteger, tanto a las palomas, como a los demás integrantes de la comunidad universitaria.

“No vamos a ahuyentar a las palomas, no olvidemos la función ecosistémica que cumplen como generadoras de fertilizante para los suelos. Lo que buscamos es llevarlas a los espacios adecuados, que son los árboles y prados del Campus que les puedan proveer alimentos, para que en la medida de lo posible no tengan que transportarse a lugares donde las personas están comiendo”, explica Laura Catalina Ossa Carrasquilla, líder de proyectos del grupo de investigación. 

Los alimentos para humanos enferman a las palomas

La práctica común de alimentar a las palomas, asociada con la bondad, no resulta benéfica para sus sistemas digestivos, ya que sus estómagos no están preparados para procesar las grasas presentes en los alimentos cocinados para humanos. 

Al respecto, observa la profesora Lía Isabel Alviar: “cuando encontramos palomas con excremento diarreico es en gran parte por la mala alimentación que les dan los integrantes de la Universidad. Hemos identificado que se les alimenta con pedazos de arepa, empanada, galletas y pollo, por mencionar solo algunos; y estos productos además de enfermarlas, hacen que ellas se acerquen en bandada a las plazoletas del Campus”.

La paloma hace parte de la familia Columbidae, aves granívoras, es decir, que comen granos de la naturaleza y no de procedencia industrializada como maíz, arroz y azúcar.

Muchas personas no saben que cada vez que las alimentan están perjudicando su salud y la de ellos mismos, ya que este animal es vector de transmisión de virus y bacterias, muchas veces por el mismo entorpecimiento de su sistema digestivo, y son hospederos de agentes como piojos y ácaros. “En ocasiones las enfermedades de las palomas pueden afectar otras especies, incluidas las aves; por ejemplo, la conocida como Fiebre de Loro, y no se puede olvidar que la Universidad es el hogar de gavilanes, pájaros carpinteros, loros y guacamayas”, advierte Lía Isabel Alviar. 

Pero las afecciones van más allá: al encontrar en el Campus exceso de comida, hay una sobrepoblación de estas aves que se aparean con sus mismos familiares. “Al darse una explosión demográfica de palomas, comenzamos a ver frecuentemente problemas genéticos en ellas, ya que la unión sexual con sus mismos familiares va dañando sus características”, explica Catalina Ossa. 

Así que la implementación de este proyecto busca, en primera instancia, proteger a las palomas, entendiendo su condición de aves migratorias, que pueden adaptarse y con ello se quiere proteger a la comunidad, a las demás especies animales que habitan la Universidad y a los edificios e infraestructura física.

Y es que son varios los casos en que estudiantes, docentes y personal administrativo se quejan porque se encuentran con las heces de las palomas, experiencia que no solo es incómoda por los olores que causa, sino por los riesgos que puede traer. “Además sus excrementos tienden a quedarse pegados en muros y suelos, y cuando se secan, comienzan a dispersarse las esporas de los hongos, convirtiéndose en un agente de enfermedades respiratorias”, explica Lía Isabel Alviar. 

Precisamente una de las estrategias del proyecto se focaliza en el lavado de los edificios y en la instalación de palomeras en puntos que se identifiquen como los ideales para que las palomas puedan buscar granos provenientes de árboles y pastos.

Acciones para proteger el ecosistema universitario

Comprender que la naturaleza tiene unas lógicas que no están relacionadas con la moral humana es vital para permitir el libre desarrollo de los animales: las palomas buscan granos para alimentarse y no es necesario que alguien se los cocine o se los compre. Sin embargo, los integrantes del grupo de investigación son conscientes de la importancia de la sensibilización de toda la comunidad universitaria.

“Las palomas se adaptan y pueden regular su población de manera autónoma, este proyecto propone cebarlas en aquellos lugares del Campus que puedan darles alimento”, puntualiza Catalina Ossa, y explica que las palomeras tendrán recipientes con agua. Actualmente se evalúan los lugares en los que las especies vegetales y arbóreas producen granos que ellas pueden comer y su capacidad para albergarlas.

A la par de estudiar las particularidades y costumbres de las palomas, se están organizando acciones para beneficio de todos. “La salud del ecosistema Universidad de Antioquia incluye el bienestar de animales, plantas, personas, edificios y en esa medida, cuando vayamos entendiendo que lo natural es que los animales encuentren su comida sin ayuda humana, que el Sol nos da energía y esta circula de diversas maneras que trascienden las apreciaciones morales, vamos a ver a las palomas volando en el Campus, pero no como una sobrepoblación, sino como el número que se puede albergar”, concluye Lía Isabel Alviar.

En la actualidad el grupo de investigación y la división de Infraestructura Física, en alianza con Extensión Cultural, están implementando un toldo en el Mercado Agroecológico que se lleva a cabo cada quince días en el costado oriental del Teatro Universitario, allí se dispone el material informativo y las piezas comunicacionales para que la comunidad conozca sobre estas aves y se respondan las preguntas de los visitantes respecto a la importancia de su vinculación con las acciones propuestas.

Esta es solo una de las misiones del Grupo Aliados con el Planeta, que desde 2008 trabaja en diversos temas relacionados con la protección de ecosistemas, el manejo ecosanitario de plagas, la educación ambiental y la promoción de prácticas ecológicas y sostenibles; enfocándose en el bienestar y equilibrio de las especies que habitan la ciudadela de la Universidad de Antioquia.