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Por la complejidad que representa la conducta del ser humano, sería difícil soñar cómo modelarla con la implantación de un chip a través de una vacuna, como aseguran algunos movimientos conspiracionistas a nivel mundial. 

La incansable carrera para la producción de la vacuna contra el coronavirus donde se vinculan científicos, investigadores, organizaciones y gobiernos directamente para poner fin a la actual pandemia, ha despertado todo tipo de reacciones entre los ciudadanos del mundo, quienes en medio de la incertidumbre por una realidad completamente inesperada, han recibido una ola de información de todo tipo, algunas de fuentes confiables y en otros casos, teorías que buscan desinformar y generar pánico.

Una de las teorías que ha tomado gran fuerza a nivel nacional e internacional es la posible implantación de un microchip, por medio de la vacuna, con el fin de “controlar a la población mundial”. Este plan se lo han atribuido a grandes magnates del mundo, quienes supuestamente impondrán un nuevo orden mundial con intereses económicos y políticos.

Algunos grupos religiosos, predicadores, grupos antivacunas en redes sociales, entre otras comunidades en diferentes partes del mundo se han encargado de reforzar este y otros discursos, lo que ha ocasionado una percepción desfavorable frente a la llegada de esta solución. Países como Alemania, Inglaterra y Estados Unidos han presentado encuestas de percepción donde solo el 50% de la población ha mostrado disposición para recibir la aplicación de la vacuna, incluso, otros resultados han arrojado que una de cada tres personas no estaría dispuesta a recibirla.

Carlos Julio Montoya Marín Guarín, docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia y doctor en Ciencias básicas biomédicas e inmunología, explica con argumentos científicos cómo todas estas teorías conspirativas no tienen ninguna posibilidad de cumplirse, debido a que “una estrategia de esa naturaleza requeriría fundamentalmente más de un tipo de proteínas  o de material genético que invadiera directamente no solamente un pequeño número de neuronas, sino un gran número en diferentes áreas del cerebro relacionadas con todos los componentes tan complejos que tiene la conducta humana”, lo que permite entender que “esto no deja de ser más que una especulación… Unas ideas que no tienen ningún fundamento bioquímico o molecular y que están lejos de los alcances de la vacunación”.

En una de la sesiones de ‘Ciencia a la mano’, un espacio de educación en salud organizado por Facultad de Medicina donde participan diferentes expertos, el doctor Montoya aseguró que “es la vacunación la que ha impedido más de un billón de muertes en los últimos cien años y ha tenido la posibilidad como factor de equidad de permitir que muchas  personas, en sociedades muy vulnerables y de bajos estratos socioeconómicos, no sufrir penosas enfermedades, no fallecer temprano en la vida y permitir que las sociedades crezcan”.

Adicionalmente, expertos a nivel internacional han dejado claro que es “prácticamente imposible” la implantación de un chip en una vacuna. Amós José García Rojas, jefe de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública del Gobierno canario y presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV) y otros expertos aseguran que “tecnológicamente sería inviable” y, en el caso que esto fuera posible, las autoridades, los controles legales y sanitarios rechazarían completamente esta práctica.

Nuevo paso en prueba de vacuna contra covid-19

Desde el 5 de octubre de 2020 empezaron las preinscripciones de los voluntarios que participarán en el estudio que hará el Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales (Pecet) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia para la evaluación de la vacuna contra la covid-19 de la empresa Janssen Vaccines & Prevention B.V.

Con esta evaluación se pretende determinar la seguridad y la protección frente a la covid-19 que ofrece la Ad26.COV 2.S, nombre asignado a la vacuna por la farmacéutica norteamericana de Johnson & Johnson.

El reclutamiento de quienes deseen participar se realizará por competencia, lo que significa que a ninguno de los centros le fue asignado un número de voluntarios para incluir en el estudio; todos registrarán participantes hasta agotar el tamaño de muestra definido (60.000 personas), de acuerdo con sus capacidades y estrategias de reclutamiento.

Para obtener toda la información acerca de cómo participar o ser voluntario para la aplicación de la vacuna, las personas interesadas pueden acceder AQUÍ.