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La sección LGBTIQ+ del Informe de la Comisión de la Verdad, es la primera en toda la historia en profundizar en los impactos de la guerra en esta población, un logro alcanzado gracias a las movilizaciones de la comunidad. Sin embargo, durante su entrega en la Universidad de Antioquia, la corporación Caribe Afirmativo compartió una de las conclusiones del documento, y a su vez, uno de los mayores retos para una verdadera sociedad en paz.

El pasado martes 13 de diciembre, la Comisión de la Verdad y la corporación Caribe Afirmativo, organizaron la entrega de la sección LGBTIQ+, “La verdad es Arcoíris”, del Informe Final de la Comisión de la Verdad. El evento fue auspiciado por la Universidad de Antioquia en el edificio de Extensión, y apoyado por la Unidad Especial de Paz, el Instituto de Estudios Políticos y la Unión Europea.

Tanto la elaboración del informe como su mera existencia tienen varias implicaciones históricas, esto de acuerdo con algunos de los participantes del evento.

El embajador de la Unión Europea en Colombia, Gilles Bertrand, comentó que que esta sección, se ha convertido en “la primera vez en el planeta en que el trabajo de una comisión de la verdad incluye un enfoque LGBTIQ+ tan desarrollado".

De acuerdo con el profesor adscrito al Instituto de Estudios Políticos y a la Unidad Especial de Paz de la Universidad de Antioquia, Max Yuri Gil, quien también fue coordinador de la Comisión de la Verdad en Antioquia y el Eje Cafetero,  ese logro surgió, en parte, por el empeño de la población con identidades sexuales diversas por contar “cómo la violencia contra su comunidad tuvo una serie de dimensiones específicas, como fruto de las prácticas de exclusión social que se han perpetuado en la sociedad colombiana, como el machismo, el racismo, el patriarcado, el clasismo”, entre muchas otras.

Precisamente Caribe Afirmativo, una corporación perteneciente a esta comunidad, ha sido quien ha acompañado a la Comisión de la Verdad a lo largo de la realización del informe. Su director, Wilson Castañeda, también intervino en el evento. 

Castañeda, quien recientemente fue nombrado parte del Comité de seguimiento y monitoreo a la implementación de las recomendaciones del Informe final de la Comisión de la Verdad, comentó que este documento fue posible gracias a un proceso participativo en el cual se incluyeron más de 30 informes de distintas instituciones y comunidades de la sociedad civil, además de los testimonios de más de 400 personas.

La suma de este esfuerzo colaborativo ha dado como resultado la reconstrucción de más de 700 eventos de violencia, recopilados en un documento de 600 páginas que busca contestar una pregunta: ¿De qué manera el conflicto armado hizo más difícil las vidas de la población LGBTIQ+?
Algunos de los hallazgos compartidos por Castañeda, permiten vislumbrar las que podrían ser las raíces de las victimizaciones a la comunidad LGBTIQ+.

“A diferencia de los otros volúmenes donde el primer hecho victimizante es el desplazamiento forzado”  comentó Wilson, ”en el apartado LGBT el primer hecho registrado son las amenazas”, incluso por encima de la violencia sexual y la tortura.

Este hecho adquiere un nuevo matiz si es considerado a la luz de otro dato. De acuerdo con lo recopilado por el Informe, los principales actores detrás de la violencia en contra de la comunidad son los paramilitares, con un porcentaje de participación del 36.5%, seguido de los distintos grupos guerrilleros, con un 30.2%. Sin embargo, al tercer tipo de victimarios con mayor grado de participación, un 20.7%, nunca se le logró identificar. 
Esto, según el director de Caribe Afirmativo, son señales que “narran una clara expresión de complicidad social”.

“Hay historias en primera persona”,  explicó Wilson, “sobre todo en el sur de Córdoba, que dan cuenta de cómo las comunidades llamaban a los actores paramilitares, guerrilleros, la policía y el ejército a que castigaran expresiones de género de las personas pertenecientes a la población LGBT. Entonces, el actor armado, que se creía jefe del territorio, hacía eso porque era de interés para la comunidad".

Ante este hecho que era normal en zonas como el norte del Cauca, ellos solían ocultar las manifestaciones de su diversidad.

Todo esto le permitió afirmar a Max Yuri y a Wilson Castañeda que el conflicto armado no creó esas violencias, sino que desde mucho antes había “un montón de prácticas que estaban y están presentes en la sociedad, y lo que hizo el conflicto armado fue exacerbarlas”, concluyeron al final del encuentro

“Hay estructuras que han naturalizado la homofobia, transfobia, el machismo y patriarcado, y que siguen permanentes”, mencionó Wilson, “que no estaban aisladas en el conflicto armado, y que necesitamos desestructurar".

Esta, una de las grandes conclusiones del informe, también presenta uno de los mayores retos según el director de Caribe Afirmativo, pues para garantizar mejores condiciones y una verdadera paz tras el conflicto, no solo para la comunidad LGBTIQ+, sino para todas las poblaciones vulnerables, se necesita ir más allá de las reparaciones económicas, “una reparación transformativa de asuntos estructurales de la sociedad”.
La entrega del informe no sería entonces el final de un proceso, sino el comienzo. 

“El informe es una herramienta, una herramienta para que a partir de ahí hagamos debates y reflexiones que nos permitan asumir sobre todo porqué hay que intervenir la estructura social”, concluyó Wilson.