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Urge una reforma tributaria que apunte al recaudo sin abandonar los principios constitucionales y de progresividad que lleven a un cambio estructural. 

Por: Lourdes Cruz Cárdenas  -Facultad de Ciencias Económicas-

Son varias las propuestas provenientes de sectores económicos, empresariales y la academia que pueden contribuir a los objetivos de recaudo del Gobierno sin afectar a la clase media, en ese sentido, la reforma tributaria además de enfocarse en el recaudo, deberá guardar principios constitucionales y de progresividad, básicos en estos proyectos, insistió el profesor Omar Bedoya Martínez durante el encuentro, Reforma tributaria: Una visión académica para su comprensión y análisis, organizado por la Facultad de Ciencias Económicas –FCE–.

“Toda ley debe estar amparada en fundamentos constitucionales y el momento que vivimos actualmente refuerza lo contemplado en la Constitución Política, en términos de que Colombia es un Estado social de derecho y la prevalencia debe ser el bien común, de allí que el Artículo 95 numeral nueve, establezca la contribución de la ciudadanía al financiamiento de los gastos e inversiones del Estado, pero bajo los principios de justicia y equidad”, expresó el profesor Bedoya.

Entre las propuestas, el académico de la FCE destacó propuestas puntuales de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia –ANDI–, como aplazar la reducción de la renta corporativa, suspender el descuento del impuesto ICA y prorrogar el impuesto al patrimonio para personas naturales, con lo cual se obtendría un recaudo cercano a $7 billones. 

También, consideró oportuno y viable iniciativas como la sobretasa al impuesto de renta a personas de mayores ingresos, impuesto al patrimonio para personas jurídicas por tratarse de una situación sin precedentes, austeridad del Estado, al igual que bonos de solidaridad a un periodo de cinco años y pensar en gradualidad impositiva para pensiones desde $12 millones, pues a hoy, el Artículo 206 del Estatuto Tributario dice que las pensiones son exentas hasta por $35 millones y este hecho, explicó el profesor Bedoya, no tiene relación de causalidad, proporcionalidad, ni equidad con el sistema tributario. 

¿Para cuándo la reforma estructural?

Sin embargo, sostuvo el profesor Norbey Vargas Ricardo, Contador Público y Magíster en Derecho, es necesario simplificar el sistema tributario colombiano.

Para el socio director de firmas como Estrategia Fiscal S.A.S y Razón Jurídica S.A.S, entre otras, las razones parten de que hay una proliferación y dispersión normativa, es decir, con el Estatuto Tributario, Ley 75 de 1986, se compilaron alrededor del 50% de los impuestos nacionales, pero el resto de la normatividad quedó dispersa en leyes de reforma tributaria que dificultan la comprensión y el estudio de la norma.

Así mismo, indicó el profesor Vargas, hay inseguridad jurídica generada por las sentencias de los tribunales y por la DIAN, descuentos y beneficios tributarios que hacen complejo el sistema sin que se conozcan sus costos y si logran o no los objetivos buscados; adicional hay un sistema sancionatorio represivo y que no identifica los bienes jurídicos tutelados y la combinación entre impuestos nacionales y territoriales como sucede con el ICA, que desde su perspectiva académica no comparte y sería desacertado en un régimen simple de tributación.

Ahora, desde la perspectiva del economista industrial Jorge Coronel y Magíster en Economía, el sistema también presenta problemas de desigualdad como el primer punto a corregir, toda vez que, la relación entre el ingreso que concentra el 10% más rico del país, frente al ingreso que recibe el 10% más pobre, es 11 veces mayor.

Por lo tanto, la idea de reducir impuestos a los ricos no coincide con una contribución al crecimiento ni al empleo, por el contrario, agregó Coronel, “lo que han hecho es concentrar el ingreso y se explica porque en Colombia la tasa efectiva a los ricos (0.001%) es muy baja”.

“Es posible pensar que hay espacio suficiente para una reforma estructural, sobre todo en este momento, pues hacer una transformación de este tipo no lleva a un rico a la pobreza ni perjudica la actividad económica del país, por el contrario, corrige las desigualdades que tiene el sistema tributario”, señaló el analista.

En materia de dividendos, que no están obligados a decretarse en Colombia y al hacerlo vía acciones, por ejemplo, es otra forma de evadir la obligación, explicó Coronel, no se logra nada subiendo tarifas del 10% al 15%.

Entre tanto, las zonas francas son otro problema estructural que el economista puso en el debate, pues según la Comisión de Expertos en Beneficios Tributarios, “en 2019 se dejaron de percibir $354 mil millones en impuesto de renta provenientes de zonas francas especiales y por concepto de IVA $580 mil millones”.

Reactivar el mercado laboral

Finalmente, el mercado laboral se convierte en un punto de referencia importante ante una nueva reforma tributaria, pues determina en buena parte los ingresos de los contribuyentes.

De acuerdo con el profesor Edwin Torres Gómez, PhD. en Economía e investigador del grupo de Macroeconomía Aplicada, el mercado laboral enfrenta un desempleo cercano al 15% y la tasa global de participación pasó de niveles históricos en el punto crítico de la pandemia (51,8%) a crecer 60,3%, que si bien se traduce en más personas trabajando, todavía son muchas personas inactivas que no participan del mercado laboral.

Así mismo, las pérdidas de empleo que referenció el investigador son de 1.3 millones de empleos a febrero de 2021, concentrado en empleos formales donde estaban los cotizantes a seguridad social integral y que reducían la carga del Gobierno, pero ahora hay 677 mil ocupados formales que dejaron de cotizar al sistema de seguridad social, ampliando el hueco fiscal del Gobierno.

Sumado al aumento en pobreza del 42,5% de la población y una variación en pobreza extrema de 57,3%, una desigualdad cercana a las cifras de 2011 y una tasa de informalidad en lo corrido de 2021 de 64,47%, aunque allí hay un grupo potencial de contribuyentes que el Gobierno deberá comenzar a fiscalizar ante una nueva reforma.

“Hay dos efectos que presionan el bolsillo de los colombianos, lo primero es la pérdida de empleo y lo segundo, que quienes no perdieron su empleo tuvieron una disminución de ingresos salariales por la pandemia de $3 billones al mes, si bien la reforma tributaria es urgente, parece más urgente reactivar el mercado laboral y agilizar la vacunación para tener contribuyentes”, concluyó el profesor Torres

Por lo tanto, las consideraciones antes mencionadas sobre la base del contexto actual, serán relevantes para resolver los problemas fiscales que atraviesa el país.

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