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Por: Juliana Bedoya Callejas
Estudiante de Ingeniería Ambiental
Intercambio académico en la Universidad Católica San Pablo, Perú
Cohorte 2023-1

“¿Nos vamos de intercambio a Perú? ¡La Facultad abrió convocatoria y es con beca!”. Ese fue el mensaje que recibí en noviembre de 2022 de uno de mis mejores amigos, y que cambió mi vida por completo. Nunca he sido de las que se hacen rogar para aceptar planes, especialmente si implican salir del país con financiación, así que acepté de inmediato. Desde los primeros semestres quería hacer un intercambio académico, pero siempre lo vi como un proceso complicado y costoso, hasta que llegó esta oportunidad y el correo que confirmaba mi aceptación en la Universidad Católica San Pablo (UCSP), en Arequipa, Perú.

El proceso previo al viaje fue más complicado de lo que hubiera querido. Nunca he sido muy organizada y, como buena procrastinadora, dejé todo para última hora. Esto me trajo problemas con algunos documentos, especialmente al homologar materias. Incluso, no tenía matrícula cuando me subí al avión. Y, por si fuera poco, empaqué mi maleta apenas cuatro horas antes del vuelo. Nunca había salido del país, así que desconocía los “pequeños” inconvenientes que podría encontrar en el camino. Aunque el inicio no fue ideal, no cambiaría ninguna de las decisiones que tomé, ya que la experiencia estuvo llena de valiosos aprendizajes.

El 8 de marzo de 2023 aterricé en Perú. Si les soy sincera, fue impactante cambiar el verde al que estaba acostumbrada por los paisajes desérticos y arenosos que vi al bajar del avión. En ese momento, asimilé que el intercambio era real y, por primera vez, sentí miedo de que lo desconocido no me gustara; sin embargo, ese temor se desvaneció al llegar a Arequipa, una ciudad rodeada de imponentes volcanes, arquitectura colonial majestuosa e iglesias impresionantes. Arequipa se robó mi corazón desde el primer día.

Empezar en la UCSP fue sencillo, por un lado, porque hice el intercambio con amigos, y, por otro lado, la coordinación de internacionalización de la UCSP nos hizo sentir muy bienvenidos. Organizaron Welcome days llenos de actividades que facilitaron nuestra adaptación. Desde el inicio, disfruté las clases, y los profesores siempre buscaron integrar a mi país en los temas que enseñaban, haciéndolos más familiares. Aunque al principio no estaba de acuerdo con el sistema de evaluación (asistencia y tareas en cada clase), al final estos métodos resultaron útiles para desarrollar herramientas de aprendizaje que aún uso, y me ayudaron a ampliar mi perspectiva.

Mi parte favorita del intercambio fueron las personas que conocí: gente de diferentes partes del mundo, incluso de varias regiones de Colombia, cada una con algo especial que ofrecer. Compartimos momentos de alegría y asombro, pero también me acompañaron en la tristeza y la incertidumbre. Siempre estuvieron ahí para recordarme que no estaba sola, y aunque nos conocíamos desde hacía poco, sabía que podía contar con ellos. Son amistades que sostengo hasta el día de hoy y que, a pesar de la distancia, se sienten cercanas.

Perú es un país fascinante, con paisajes increíbles y variados. Tanto así que contiene una de las maravillas del mundo: Machu Picchu. Estar allí fue una experiencia única que me llena de alegría y me emociona cada vez que la recuerdo. La gastronomía de Perú es impresionante, cada plato tiene sabores tan únicos que es complicado describirlos con palabras. Además, es increíble cómo el país conserva su cultura indígena y cómo se ve reflejada en cada rincón. Siempre estaré agradecida con este lugar por despertar en mí la curiosidad de querer conocer, viajar, adentrarme en nuevas culturas, probar nuevos sabores y expandir mis horizontes.

Algo por lo que también estaré eternamente agradecida es el crecimiento personal que obtuve con esta experiencia. Este viaje me permitió demostrarme a mí misma que soy capaz de cosas que jamás imaginé, que puedo cuidarme y velar por mi bienestar, y que soy más fuerte de lo que a veces creo. Aprendí a confiar en mis decisiones y encontré la seguridad que en algún momento sentí que me faltaba. ¡Realizar un intercambio académico ha sido uno de los mejores momentos de mi vida, una decisión que ha influido en mí de maneras que nunca imaginé y que recomiendo a todos vivirla al menos una vez en la vida!