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Sociedad Vida

Algunas claves para una reforma profunda a la salud

27/09/2021
Por: Carlos Olimpo Restrepo S. - Periodista

Una reforma estructural al sistema de salud, que incluya a todos los actores involucrados y toque aspectos fundamentales del mismo, es lo que sugieren investigadores de la Universidad de Antioquia para que todos los colombianos tengamos acceso a la salud en igualdad de condiciones.

La disponibilidad de quirófanos de alta complejidad y de unidades de cuidados intensivos es uno de los aspectos que se deben replantear en el sistema de salud colombiano, según los expertos. Imagen de Marion Brun en Pixabay

Tras el hundimiento, en mayo de 2021, del proyecto de Ley 010 que buscaba modificar el sistema de salud en Colombia, se han escuchado voces diversas —desde el Gobierno, la academia, organizaciones sociales, gremios y sindicatos— que advierten de la necesidad de hacerle un cambio profundo, mediado por una discusión amplia.

En la Universidad de Antioquia, docentes y grupos de investigación de diferentes áreas del conocimiento han estudiado desde hace varios años la situación del Sistema General de Seguridad Social en Salud —SGSSS— y por ello siguieron de cerca la discusión del fracasado proyecto. Por eso, ahora toman fuerza ideas para modificar a fondo el sistema y hacerlo, de un lado, más funcional, y de otro, más cercano a las personas.

Jairo Humberto Restrepo Zea, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de la Alma Máter, consideró que «deberíamos tener en cuenta una relatoría de lo que ha pasado en este tiempo de pandemia. Hay que tomar en serio las lecciones que nos deja y recoger el sentir, las propuestas de muchos actores, crear una gran comisión —desde el punto de vista del encargo, no del número—, que a nombre de la sociedad y del Gobierno pueda recoger los elementos que hay: unos puntos de acuerdo, otros en los que no hay consenso, y generar, a partir de esto, un documento encaminado a la reforma».

Para la profesora Yadira Eugenia Borrero Ramírez, de la Facultad Nacional de Salud Pública de la UdeA, «Colombia tiene que hacer un giro profundo en el sistema de salud, porque la movilización que generó el proyecto de reforma así lo demostró […]. Cualquier proceso de reforma debe reconocer la diversidad del país y garantizar que sea un proceso democrático y de discusión».


Sobre las EPS

Aunque Borrero y Restrepo coincidieron en la necesidad de buscar consenso, tienen diferentes ejes al momento de esbozar algunos aspectos que debe incluir ese cambio estructural en el SGSSS.

La investigadora sobre el derecho a la salud, Yadira Borrero Ramírez, parte de que lo requerido «no es una reforma sino un cambio estructural al sistema, que tiene que tener como criterio desmercantilizar la salud en Colombia —que salga del sistema de mercado—. No podemos seguir teniendo intermediarios financieros, que son las EPS», aseguró la docente.

Agregó que «la intermediación financiera no da valor agregado ni garantiza el acceso efectivo a los servicios de salud. Muchos sistemas de salud en el mundo no los tienen y funcionan bien, por ejemplo el inglés, el costarricense, el brasileño». 

Por su parte, Jairo Humberto Restrepo, coordinador del Grupo Economía de la Salud —GES— de la Facultad de Ciencias Económicas, consideró que en una eventual discusión sobre una reforma, el punto de mayor desacuerdo puede ser la permanencia o desaparición de las EPS.

Por ello, en primer lugar, propuso «comenzar por revisar la gobernanza del sistema, es decir, para tomar las decisiones debemos contar con la participación de actores que forman la coordinación interinstitucional, puesto que el modelo tiene un vacío y le hace falta una instancia corporativa, llámese comisión o consejo nacional».

Entre esos actores, sostuvo el experto, deben incluirse el sector público —ministerio y secretarías de salud—, las EPS e IPS, la academia —en especial facultades del área de la salud—, gremios de profesionales de la salud, organizaciones comunitarias y de pacientes.

La profesora Borrero indicó que el Estado debe ser el responsable de todo el proceso. «No puede ser que solo regule y ponga las normas. Necesitamos un Estado fuerte que dirija y sea responsable de la atención sanitaria de la población. Eso no quiere decir que toda la prestación de los servicios sea pública, sabemos que hoy la mayoría —más del 90 %— son privados, pero necesitamos que realmente esto sea controlado por el Estado».
 

El alcance de la salud pública

Tanto Borrero como Restrepo explicaron que se deben tener en cuenta los aprendizajes que han dejado las diferentes etapas por las que se ha pasado en la pandemia de covid-19: «Forzó a los actores a hacer mejor las cosas. Debemos recoger eso: ¿cuál es el ideal?, ¿qué hay que cambiar en las normas para facilitar que estas cosas se hagan bien? Por ejemplo, si una persona necesita una prueba o una vacuna, no tenga por qué diferenciarse según la EPS a la que pertenece, la política en salud pública debe ser la misma para todos y sin distingo», afirmó Restrepo.

La profesora Borrero sostuvo que sobre lo territorial hay otro problema: la división. En una familia grande puede haber tres o cuatro aseguradoras, en un barrio pueden estar todas, entonces, dividir las familias o los territorios por asegurador divide también la atención que es para las personas, como asegurado individual, de lo que son las actividades de salud pública y colectiva. Y la pandemia de la covid-19 nos ha demostrado que esta forma de fragmentación no sirve».

Por esto, una de las propuestas de esta investigadora es crear un sistema nacional de salud «en el que el Estado sea directamente responsable, mediante un fondo para manejar los recursos de una manera descentralizada y que adquiera mayor control en los distintos niveles, que tenga más capacidad de regulación de la red de prestación de servicios, que organice esa red y los niveles de atención, que garantice las formas de contratación decente para los trabajadores». 

Como en este caso el sistema de salud no estaría fragmentado, «se puede hacer la atención primaria en salud integral, que articula profesionales de distintas áreas del conocimiento de acuerdo con las necesidades de la población y de los territorios, equipos que estén formados por enfermeras, nutricionistas, médicos, terapistas, auxiliares de enfermería, si son comunidades étnicas o campesinas, que haya líderes o promotores de salud», dijo la profesora.

En este sentido, un reciente documento del GES considera que la salud pública debe ser un capítulo fundamental de una reforma y de ella «deben ser parte la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad, deben ser la base del sistema y claramente ser parte de la rectoría a cargo del ministerio y de las direcciones territoriales».

Los médicos en el hogar y la atención domiciliaria en salud son otro de los aspectos que se señalan para mejorar el sistema. Foto Gerd Altmann en Pixabay 
 

Financiación e infraestructura

La sostenibilidad financiera del sistema es un reto importante, para lo cual se debe empezar por ordenar las fuentes de las cuales proceden los recursos para el mismo, más ahora cuando se cerraron empresas durante la pandemia y creció el desempleo, con una reducción importante del ingreso.

«Esto hay que replantearlo y generar a futuro una financiación mucho más clara, que le agregue recursos al sistema. Se debe mantener un aporte ciudadano a la seguridad social, según el monto de lo que se gana, este aporte es vital para la seguridad social. Eliminar por completo el aporte de las empresas y mantener una financiación complementaria con impuestos a la renta y al IVA, esta propuesta necesita esperar un mediano plazo, pero vale la pena prepararla desde ya», sostuvo Restrepo.

Agregó que otro aspecto clave es la financiación de los hospitales, para que puedan mantener siempre la disponibilidad de servicios fundamentales para la atención del público. «La pandemia enseñó que hay servicios como las UCI que no deberían ser remuneradas, como se ha hecho hasta ahora, porque generan el incentivo de tener las camas ocupadas, no el incentivo de tener camas disponibles, por eso al comienzo de la pandemia no había disponibilidad de camas UCI», explicó el investigador.

Yadira Borrero insistió en que una reforma debe darle más control al Estado para que situaciones como esa no se repitan. «Sabemos que hoy la mayoría de los prestadores de los servicios de salud en Colombia son privados —más del 90 %—, pero el alto nivel de complejidad no se puede dejar en manos de los empresarios, porque poner camas de UCI, unidades renales, quirófanos y resonadores magnéticos debería estar pensado en la función de las necesidades poblacionales, no de un negocio».

Estos son solo algunos aspectos destacados que consideran estos investigadores de la Universidad de Antioquia para ser tenidos en cuenta en el debate por un cambio profundo en el sistema de salud colombiano, necesario para garantizar un derecho fundamental ciudadano.

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