Z7_89C21A40L06460A6P4572G3304
Clic aquí para ir a la página gov.co
EN ES
Emisora UdeA
Z7_89C21A40L06460A6P4572G3305
Z7_89C21A40L06460A6P4572G3307
UdeA Noticias
Z7_89C21A40L06460A6P4572G3386
Academia Sociedad

Barrio U: de la UdeA a la calle y de la calle a la Universidad

09/12/2025
Por: Lina María Martínez Mejía. Periodista de la Dirección de Comunicaciones UdeA

Durante quince años, Barrio U —laboratorio de investigación y extensión solidaria de la Facultad de Comunicaciones y Filología— ha llevado la Universidad a la calle de la mano de más de un centenar de voluntarios. Estudiantes, egresados y docentes han hecho de la comunicación una práctica solidaria para transformar realidades y aprender junto a las comunidades. En lugares como Bello Oriente, ese propósito cobra sentido en proyectos e iniciativas donde la palabra se vuelve herramienta de encuentro y aprendizaje compartido.

Como laboratorio de investigación y extensión solidaria, Barrio U desarrolla proyectos que buscan poner la comunicación al servicio del trabajo comunitario. Fotos: Cortesía / Barrio U

Saray escribe su nombre en una escarapela y la decora con marcadores de colores. Sus compañeros hacen lo mismo, mientras escuchan el saludo y las instrucciones que les da Susana Rodríguez, comunicadora y docente de Barrio U, laboratorio de investigación y extensión solidaria de la Facultad de Comunicaciones y Filología de la Universidad de Antioquia.

«Lo que queremos desde Barrio U es que la Universidad venga a las calles, que aprendamos juntos. Ustedes saben muchas cosas de su territorio, hacen parte de proyectos valiosos. En estos espacios de conversación todos aprendemos en igualdad de condiciones», dice Susana.

Saray se pone la escarapela. A su alrededor, nueve niños, niñas y jóvenes se acomodan en círculo: todos hacen parte de Entendámonos, un colectivo de periodismo que les da espacio para contar lo que pasa en su comunidad. Este proyecto surgió en la Fundación Caminos, una organización que impulsa iniciativas educativas y culturales en las que participan niños y adolescentes de Bello Oriente, el barrio donde viven Saray y sus compañeros, en el Nororiente de Medellín. Hasta allí llegaron los voluntarios de Barrio U, tras un primer encuentro con la fundación durante la implementación del proyecto «Sistemas hidropónicos comunitarios para la autonomía y soberanía alimentaria en Bello Oriente, Antioquia», liderado por la Facultad de Ingeniería, al que Barrio U se sumó como aliado para acompañar el componente educomunicativo. 

Es sábado por la mañana. Después de saludar, Susana explica la actividad que ella y los voluntarios de Barrio U —en esta ocasión la acompañan tres— van a compartir. «El taller que vamos a hacer se llama El reportero soy yo. La idea es que se acerquen al oficio del periodismo, que descubran cómo los periodistas construyen y comparten sus historias. Lo más importante es que estemos dispuestos a mirar con curiosidad».

Daniel Guerra, docente de apoyo del Laboratorio Barrio U, les habla sobre los principios éticos y profesionales que orientan el trabajo periodístico: la actualidad, la precisión, el interés público, la veracidad y la responsabilidad social. Tras una breve explicación, lanza una pregunta que despierta la curiosidad del grupo: «¿Qué podría ser una noticia para los habitantes de Bello Oriente?».

Saray levanta la mano y pone un ejemplo cercano: «Este fin de semana van a quitar el agua en el barrio. Es importante que la gente lo sepa, porque si no, no puede preparar la comida». Luego hojea sus notas y recuerda una de las lecciones del colectivo de periodismo Entendámonos: las cinco W del oficio periodístico —qué pasó, cuándo, dónde, cómo y quién está involucrado—.

Con estas pistas, Susana les pide que elaboren una noticia que sea de interés para la comunidad de Bello Oriente. Los participantes se organizan en grupos y comienzan a preparar sus entrevistas. Saray se reúne con su compañero Johan. Después de analizar varias posibilidades, deciden que escribirán sobre la celebración de los 18 años de la Fundación Caminos. Redactan un cuestionario y salen en busca de los protagonistas de su historia.

Un laboratorio de conocimientos compartidos

En un salón del bloque 7 de la Ciudad Universitaria, Campus Medellín, están reunidos los voluntarios de Barrio U. Los martes —cada quince días— se encuentran para planear actividades o reflexionar sobre las experiencias en investigación, docencia y extensión que ha implementado el laboratorio. Este encuentro es especial: deben preparar la celebración de los quince años de este proyecto que nació en las aulas de la Facultad de Comunicaciones y Filología en noviembre del 2010.

En una de las paredes del salón se alza un árbol que simboliza el camino recorrido por Barrio U desde su creación. En sus ramas, raíces y frutos —dibujados sobre pliegos de papel— se representan los principios éticos, los referentes conceptuales y las estrategias metodológicas que han orientado su labor. De ese árbol también nacen los proyectos, las reflexiones y las comunidades que le han dado vida y sentido a esta iniciativa. 

El dibujo funciona apenas como una puerta de entrada a la historia de Barrio U, un proyecto que ha crecido a partir de las pedagogías críticas —corrientes educativas que promueven el diálogo y la transformación social— y de una concepción de la comunicación como encuentro y transformación. Con los años, su práctica se ha nutrido de metodologías como la investigación-acción-participación y la sistematización de experiencias, que han afinado la manera de comprender los territorios y caminar junto a las comunidades. También ha incorporado enfoques diferenciales que reconocen la diversidad cultural, así como una ética cada vez más consciente a la hora de representar las voces locales.

En Bello Oriente, los voluntarios de Barrio U apoyan iniciativas locales fortaleciendo prácticas de comunicación y aprendizaje colectivo.

Han sido muchas las experiencias y las historias que, paso a paso, le han dado forma a ese propósito. Astrid Carrasquilla, profesora y coordinadora de Barrio U, conoce bien el trayecto: lo ha recorrido desde el comienzo. En noviembre del 2010, le encomendaron la misión de crear un proyecto de extensión solidaria, que coincidiera con el compromiso público que tiene la UdeA con el bienestar colectivo, la equidad y el desarrollo de las comunidades más vulnerables: «En ese entonces, la línea de extensión había crecido significativamente en la Facultad de Comunicaciones y Filología, pero los proyectos solidarios eran escasos. Nosotros soñábamos con una iniciativa que perdurara en el tiempo», recuerda Astrid.

Para consolidar el proyecto se necesitaba un grupo de voluntarios; por eso, diseñaron una campaña de expectativa y recorrieron los salones de la Facultad en busca de profesores, estudiantes y egresados interesados en el trabajo con comunidades. Susana Rodríguez, que acababa de graduarse del programa de Comunicaciones, fue una de las primeras voluntarias: «El saloneo lo hicimos a través de un performance que partía de una pregunta: ¿en qué inviertes tu tiempo? Queríamos invitar a las personas a reflexionar sobre su tiempo libre y a pensar en la posibilidad de dedicarlo a aprender cosas nuevas que les permitieran ser solidarios con otros». Después de la primera reunión, en la que presentamos el proyecto, se unieron alrededor de veinte personas interesadas, dice Susana.

En el 2011, la iniciativa se consolidó con el nombre de Barrio U. El primer proyecto se formuló ante el Banco Universitario de Programas y Proyectos de Extensión —BUPPE— con el propósito de fortalecer el grupo y dar forma a sus primeras acciones. La propuesta incluía espacios de formación interna —teóricos y metodológicos—, una salida de campo, un evento académico para socializar los avances y una prueba piloto para trabajar con la comunidad del Nororiente de la ciudad, a la que llegaron gracias a las relaciones que habían tejido otras unidades académicas de la UdeA con este territorio, especialmente las facultades de Medicina y Salud Pública.

A lo largo de su trayectoria, Barrio U ha sostenido su labor gracias al apoyo de la Facultad de Comunicaciones y Filología, que le ha asignado horas de cátedra vinculadas a prácticas académicas. Esa base ha sido fundamental: le ha permitido funcionar, consolidarse y abrir camino hacia nuevas fuentes de financiación. En estos años, el laboratorio ha obtenido recursos a través de cuatro proyectos BUPPE, aprobados de forma consecutiva, y ha tejido alianzas con instituciones y organizaciones que comparten su apuesta por la transformación social desde la comunicación. 

A partir de entonces comenzó una etapa de siembra. Los encuentros semanales se convirtieron en un espacio para trazar rutas, organizar comités y definir responsabilidades. Las lecturas sobre comunicación y cambio social aportaron referentes comunes, mientras que la participación en eventos académicos y las salidas de campo —dentro y fuera de Medellín— ampliaron sus perspectivas y les permitieron reconocer nuevos aliados. Eran los primeros pasos de un proceso que comenzaba a echar raíces.

En el 2012, se fortaleció la relación de Barrio U con la comunidad de la parte alta de Manrique; en especial, con los estudiantes y profesores de la Institución Educativa La Avanzada, en el barrio Bello Oriente. Allí dictaron talleres de radio y acompañaron la producción de contenidos sobre participación y convivencia en la emisora escolar Bellos Sonidos.

Este intercambio, que se extendió hasta el 2016, reafirmó la apuesta con la que nació Barrio U: llevar la Universidad a la calle y traer la calle a la Universidad, una experiencia que ha sido significativa tanto para las comunidades como para los voluntarios.

«En mi época de colegio hice parte de Barrio U; ahora que soy estudiante de la UdeA hago parte del proyecto y estoy metiéndole la garra para que muchos chicos como yo puedan cumplir el sueño de ingresar a la universidad», dice Edilberto Tuberquia en uno de los videos que cuentan la trayectoria del laboratorio.

Entre 2017 y 2022, los voluntarios también trabajaron con estudiantes del colegio Reino de Bélgica, en el barrio María Cano Carambolas, donde nació el Colectivo de Comunicaciones. Allí los jóvenes crearon contenidos sobre convivencia, trabajo en equipo y resolución de conflictos.

En cada proceso, Barrio U ha convertido la comunicación en una herramienta para mirar y transformar la realidad. Mientras los participantes fortalecen sus habilidades para contar y comprender su entorno, se alimenta una reflexión colectiva sobre cómo la comunicación impulsa el cambio social.
«Hoy, el laboratorio mira su propio camino con sentido crítico. Sabemos que la Universidad, muchas veces, habita una posición de poder en la producción de conocimiento; por eso, en Barrio U, el diálogo de saberes no es solo una consigna académica, sino un principio ético: reconocer que en la calle, en el aula y en la comunidad también se produce conocimiento valioso. Esa convicción nos ha sostenido y ha nutrido los proyectos que hemos desarrollado durante estos años», explica Astrid.

Ser voluntario en Barrio U

Por Barrio U han pasado más de 130 voluntarios que han dejado su huella en el proyecto. La mayoría son de la Facultad de Comunicaciones y Filología, aunque también han participado estudiantes y egresados de otras facultades y universidades. Ser parte de Barrio U es un acto voluntario, y quizá por eso tiene un valor distinto: aquí nadie busca una nota ni una recompensa, la satisfacción —personal y profesional— está en el aprendizaje compartido.

Esa experiencia la ha vivido Susana Rodríguez, primero como voluntaria y ahora como parte del equipo de docentes de apoyo del proyecto; para ella, la teoría cobra sentido cuando se lleva a la práctica: «En lo comunitario seguimos encontrando una fuerza crítica que resiste y propone, una forma distinta de imaginar la sociedad».

Esa convicción de la que habla Susana también se refleja en el trabajo con los niños y jóvenes del colectivo de periodismo de la Fundación Caminos; por eso, se siente satisfecha cuando Saray y sus compañeros regresan con sus entrevistas y sonríen al leer en voz alta los primeros párrafos de su noticia. En ese pequeño salón de Bello Oriente, la Universidad vuelve a encontrarse con la calle.

Entre 2022 y 2024, Barrio U desarrolló uno de sus proyectos más significativos: Ciudades sin Borde, una iniciativa de comunicación y educación creada en alianza con la Fundación Casa de las Estrategias. Esta iniciativa promovió la integración social y cultural entre personas colombianas y migrantes venezolanos en seis ciudades del país —Medellín, Bogotá, Cali, Barranquilla, Cúcuta y Apartadó—, a través de la pedagogía, las nuevas narrativas y el diálogo entre actores. Financiado por el Fondo LiD – Vivir con Dignidad, operado por la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos —UNOPS— con recursos de la Unión Europea, fue una apuesta por reconocer en la movilidad humana una oportunidad para construir sociedades más abiertas y solidarias.

Imagen 1
Imagen 2
Imagen 3
Imagen 3
Z7_89C21A40L06460A6P4572G3385
Z7_89C21A40L06460A6P4572G3387
Correo del contacto
Correo del contacto
[57 + 604] 219 5026
Z7_89C21A40L06460A6P4572G33O4
Z7_89C21A40L06460A6P4572G33O6
Lo más popular
Z7_89C21A40L06460A6P4572G3340