Listado

Es sabido que la pandemia develó problemas estructurales en el país. Por un lado, el mercado laboral con una tasa alta de informalidad y retos en materia tecnológica por resolver, y por el otro, las condiciones en que viven muchos hogares colombianos. 

Por: Lourdes Cruz Cárdenas  -Facultad de Ciencias Económicas-

La pandemia dejó 3,5 millones de personas más en situación de pobreza monetaria en 2020 y 2,7 millones en pobreza extrema, por lo que el nuevo proyecto de reforma tributaria –Proyecto de Inversión Social–, se propuso disminuir el impacto de esta problemática a niveles previos a la pandemia, reafirmando la entrega de transferencias monetarias a través de los programas sociales del gobierno y apoyos al empleo formal, entre otras medidas.

Sin embargo, varios grupos sociales, políticos y académicos, han reiterado la necesidad de un programa de renta básica que unifique los programas existentes para entregar un único monto a los hogares colombianos más vulnerables y que cayeron en pobreza e indigencia. 

Este llamado, aguarda por el segundo debate en el Congreso de la República, luego de radicada y aprobada la ponencia de primer debate del proyecto de reforma tributaria, donde los artículos nuevos y las modificaciones a los existentes, quedaron como constancia para su estudio en segundo debate en plenarias de Senado y Cámara, según comunicado del Ministerio de Hacienda.

Y es que entre los nuevos artículos y modificaciones, aparece nuevamente la propuesta de renta básica. No por un valor equivalente al salario mínimo actual como recientemente planteó el Comité del Paro ante el Congreso, por ejemplo; sino que de momento se refiere a asignar el monto determinado por la línea de pobreza monetaria a nivel mundial y que aumentaría en 4,40% del SMLMV por cada integrante adicional del hogar, hasta hogares con cinco o más integrantes, así como su focalización en hogares en situación de pobreza, pobreza extrema y vulnerabilidad monetaria.

Precisamente, son la cantidad adecuada, la segmentación de la población beneficiaria y las fuentes de financiamiento, los determinantes en la discusión. 

En palabras de Mauricio López González, economista y profesor de la Facultad de Ciencias Económicas, cualquier cifra que se estime para la propuesta debe tener clara sus implicaciones, “en el caso del grupo de Macroeconomía Aplicada, creemos que la clave está en que para los hogares con una, dos, tres o más personas, el ingreso adicional permita a ese hogar salir primero de la línea de indigencia y luego de la línea de pobreza, dado la escasez de recursos”.

En la foto, el profesor Mauricio López González del Departamento de Economía de la FCE

De acuerdo con los análisis del grupo investigador, coordinado por el profesor López, la base para una renta básica puede partir de sumar la diferencia en pesos entre la línea de indigencia y de pobreza ($186.684) y una desviación del 10%, obteniendo un monto inicial de $205.368 para hogares de una persona y de manera gradual llegar a hogares de cuatro o más personas, alcanzando una renta de $418.226.

Ahora, si bien los nuevos artículos sobre renta básica contenidos en el Proyecto de Inversión Social para segundo debate, no especifican el costo total del programa, el ejercicio del grupo de Macroeconomía Aplicada tendría un valor aproximado de $23.85 billones al año y beneficiaría al 38,2% de los hogares en el país; lo cual representa 2,4% del PIB, es decir, 7,59% del presupuesto público. Mientras que el proyecto presentado por el Comité del Paro, costaría alrededor de $81.39 billones anuales, que equivalen a 8,1% del PIB. 

En tal sentido, las fuentes de financiación de este último sería acudir a los recursos del Fondo de Mitigación de Emergencias –FOME–, emitir deuda, eliminar exenciones tributarias y utilizar parte de las reservas internacionales, entre otras alternativas. Sin embargo, agregó el profesor López, “hemos dicho que las reservas internacionales son un tema interesante y que podría ser usado, pero definitivamente lo que no creemos es que deban emplearse fuentes de financiación soportadas en endeudamiento, es decir, si incrementamos desmedidamente la deuda pública, en unos años vamos a tener que reducir programas sociales similares a la renta básica”.

Por el contrario, el equipo investigador ha señalado la necesidad de que la reforma tributaria grave con un porcentaje importante las bebidas azucaradas, los dividendos que reciben personas naturales y jurídicas por su participación en empresas, así como los patrimonios y los ingresos más altos y un elemento fundamental, reducir los gastos de funcionamiento del Estado. Este último, retirado del proyecto inicial y a la espera de cambios en su redacción.

Finalmente, otro tema que se ha discutido frente a la renta básica es su efecto sobre el mercado laboral, sobre todo si el monto llega a niveles iguales al salario mínimo actual. 

Justamente, sostuvo el profesor López, “las transferencias que sugerimos son muy inferiores a un salario mínimo, pues llegar al extremo de dar una renta equivalente a ese valor, por ejemplo, claramente podría desincentivar el ingreso de las personas al mercado de trabajo, por tanto, insistimos en una renta que sumada a los ingresos del hogar, logre superar los niveles de indigencia y pobreza en el país”.  

Este punto es clave, concluyó el economista, pues si bien se esperaría que una renta básica dinamice el consumo de los hogares pobres, como señalan los integrantes del Comité del Paro y que claramente deriva en un efecto positivo para la economía, el gobierno debe concentrarse primordialmente en reducir los niveles de indigencia y pobreza en nuestro país y eso se lograría a través de una renta básica que, atada a una reforma en el mercado laboral, pueda rendir efectos positivos en ambos frentes y mejoras en el mercado de trabajo.

Imágenes tomadas de: www.pexels.com - www.pixabay.com/