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La piel del océano se estudia en el Golfo de Urabá

Integrantes del Grupo Océano, Clima y Ambiente, de la Seccional Urabá, investigan las dinámicas de la microlayer —microcapa—, que es un manto que regula las interacciones que se dan entre el mar y la atmósfera.

Por: Natalia Piedrahita Tamayo- Periodista

Fotografía: cortesía Juan Guillermo Cuadrado

A lo largo de toda la extensión marina de la Tierra hay una capa superficial, muy fina, casi invisible, como del grosor de un cabello, llamada microlayer. Es una interfaz que regula los ciclos biogeoquímicos de la Tierra y determina el intercambio de gases que son relevantes para el clima, como el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso.

Conocer e investigar dicha capa es fundamental en el campo de los estudios climáticos, ya que esta regula todos los intercambios de gases que se dan entre el océano y la atmósfera, como si fuera un pulmón en dimensiones oceánicas. Explorar sus características puede dar pistas sobre cómo se controla el dióxido de carbono a escala mundial y contribuir a los análisis del clima planetario.

Todo lo que pasa del océano a la atmósfera y de la atmósfera al océano tiene que atravesar esta capa superficial de 1 milímetro de espesor, por lo cual es muy importante investigarla detalladamente, comentó Mariana Ribas Ribas, oceanógrafa química de la Universidad de Oldenburg, Alemania, quien ha asesorado a los integrantes del Grupo Océano, Clima y Ambiente —adscrito a la Corporación Académica Ambiental, unidad académica de la UdeA— en el estudio de este manto, especialmente en la costa del Urabá antioqueño.

A través de métodos de muestreo e instrumentación oceanográfica, desde 2009 el equipo de investigadores ha observado los procesos biológicos que en ella se dan: las comunidades bacterianas, el intercambio de nutrientes y materia orgánica, todo esto relacionado con los ciclos biogeoquímicos de la Tierra.

«Es una capa oblicua que está en todo el océano y funciona como una cinta pegante o barrera que en el día a día reduce la velocidad de intercambios entre el mar y la atmósfera. El Golfo de Urabá tiene como particularidad su alta concentración de surfactantes, con lo cual se podría reducir la velocidad de transferencia de CO2 y otros gases de efecto invernadero», detalló Lennin Flórez Leiva, docente e investigador  y líder del proyecto de la sede de la UdeA de Ciencias del Mar, ubicada en el municipio de Turbo.

Las microlayers se forman por producción orgánica y controlan muchos de los intercambios del océano y la atmósfera. En relación a los surfactantes, el investigador  Flórez Leiva indicó que «son sustancias o agentes químicos en una capa superficial diminuta, pero que puede llegar a ser mucha más grande en espesor que otras capas estudiadas, y su funcionamiento es similar al del agua en el aceite, es como una capa lipídica que puede ascender a la superficie».

Fundamentales para el ecosistema

Ilustración tridimensional en la que se detallan las comunidades microbianas que participan en las interacciones con los microlayer, determinantes en el ciclo global del carbono. Por: Carolina Gomes. 

Por su condición geográfica estuarina —que es la mezcla entre el agua dulce proveniente del río Atrato y el agua de mar que, además, drena la cuenca del Chocó biogeográfico [la región tropical más lluviosa del planeta]— y por la materia que le aportan ríos y manglares, el Golfo de Urabá es un lugar fundamental para estudiar la relación de esta capa con el clima del planeta.

Desde 2014 se vienen estudiando las microlayers de lugares como Alemania, Malasia, Singapur, Australia y Noruega. Desde su perspectiva, el reconocimiento de las dinámicas que estas tienen en el Golfo de Urabá son un dato muy relevante para la ciencia, ya que han sido escasamente estudiadas en Norteamérica y no se tienen reportes de Latinoamérica; en el caso de Colombia, es la primera vez que se estudian.

Karen Moreno Polo y Diomer Tobón Monsalve, estudiantes de Oceanografìa e investigadores del proyecto y del grupo Océano Clima y Ambiente —OCA— agregaron que se están sumando esfuerzos para comprender esta capa, por lo que espera que este estudio sea precursor de otras investigaciones que amplíen el conocimiento sobre las microlayers en el golfo y otros estuarios tropicales.

El mar es el gran sumidero y fuente de carbono del planeta y los surfactantes impiden que este absorba las emisiones de carbono. El estudio de esta microcapa brinda perspectivas para comprender cómo podrían reducirse las mencionadas emisiones a escala global.

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