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La Universidad de Antioquia avanza con pasos firmes en la implementación de un proyecto piloto de Telemedicina en el resguardo indígena Karmata Rúa, en el municipio de Jardín. La iniciativa es liderada por el semillero de Machine Learning y Robótica de la Facultad de Ingeniería, en articulación con el grupo de Medicina Interna de la Facultad de Medicina, como parte del Tech4Good Challenge Colombia del IEEE (Institute of Electrical and Electronic Engineers), organización global que promueve el uso de la ingeniería y la tecnología en beneficio de las comunidades.

El proyecto contempla un modelo de telesalud con enfoque intercultural, en el que se combinan los saberes médicos occidentales y ancestrales, respetando la cosmovisión de la comunidad Emberá Chamí del resguardo. La ingeniera María Clara Marín Valencia, líder de Innovación de la Facultad de Ingeniería, es una de las profesionales clave en la ejecución del proceso. Según explicó, la propuesta comenzó con un taller de apropiación social, en el que participaron representantes del resguardo y del consejo municipal, incluyendo autoridades de medicina ancestral.

“La idea nunca ha sido imponer tecnología ni reemplazar saberes tradicionales. Al contrario, buscamos generar un diálogo respetuoso, donde los conocimientos ancestrales se fortalezcan con herramientas que puedan mejorar el acceso a la salud”, indicó Marín Valencia.

El proyecto se desarrolla con la participación activa de estudiantes, docentes y líderes comunitarios, tanto del municipio como del resguardo. Ya existía un vínculo previo entre la UdeA y Karmata Rúa, promovido por la Vicerrectoría Administrativa y la concejala de Jardín, Luz Marina Carvajal, exdecana de CIFAL, lo que facilitó los primeros acercamientos.

El componente social y pedagógico ha sido clave. “No es lo mismo explicar telemedicina a un ingeniero que a una comunidad indígena”, señaló Marín. “El lenguaje, el contexto y la forma en que se presenta la tecnología son tan importantes como la tecnología misma. Por eso hablamos primero de apropiación del conocimiento, antes que de implementación”.

La alcaldesa de Jardín, Claudia Naranjo, celebró la llegada del proyecto a su territorio y agradeció a la Universidad de Antioquia por vincular al resguardo:

“Es una apuesta valiosa, sobre todo porque esta población tiene muchas barreras para acceder al sistema de salud. Con la telemedicina podremos brindar atención sin que tengan que desplazarse, y todo esto respetando su cultura, su medicina tradicional y su autonomía”.

El proyecto se ejecuta en tres fases:

1. Apropiación social del conocimiento, donde se comparten los principios y alcances de la Telemedicina.
2. Diagnóstico médico y comunitario, en el que ya se han realizado visitas técnicas y sociales para evaluar la infraestructura y caracterizar la población.
3. Entrega e implementación tecnológica, apoyada por aliados internacionales, entre ellos la Universidad de Colorado (EE. UU.) y el programa Starlink de conectividad satelital.

Cada estación de monitoreo contará con medidor de presión, glucómetro, pulsioxímetro y báscula, conectados a una tableta de uso sencillo. La información se enviará al Hospital Alma Máter de Antioquia, donde se realizará seguimiento profesional remoto.

Luis Fernando Torres, estudiante de Ingeniería Electrónica y uno de los integrantes del equipo que presentó la propuesta, explicó en entrevista con el periódico El Colombiano que el proyecto ganó un fondo de 10 mil dólares al destacarse en la categoría de telesalud del Tech4Good Challenge.

“La meta es instalar diez estaciones de monitoreo en el resguardo. Nos aliamos dos estudiantes de Electrónica y dos de Bioingeniería, con el acompañamiento del profesor Hernán Felipe García Arias”, precisó Torres.

El rector de la UdeA, John Jairo Arboleda Céspedes, destacó la importancia de iniciativas como esta en zonas rurales del departamento:

“Este proyecto representa una mirada comprometida con el sector rural, con el diálogo de saberes entre la medicina ancestral y la occidental. Es una muestra de que la Universidad está dispuesta a acompañar procesos de largo aliento que contribuyan a mejorar la calidad de vida”.

Más allá de los dispositivos, el equipo de trabajo ha comprendido que lo esencial es dejar capacidad instalada en el territorio. Por eso, han iniciado procesos de formación para garantizar la sostenibilidad del sistema una vez se consolide el piloto. El Hospital Gabriel Peláez cumple un papel clave como articulador local.

“También estamos explorando cómo vincular a las EPS para que las comunidades puedan acceder al servicio de manera integral, con la IPS Universitaria como prestadora principal, pero con presencia operativa en el territorio”, explicó María Clara Marín.

Actualmente, se busca escalar la iniciativa a otras regiones del departamento, con el apoyo de entidades como el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. La apuesta, aseguran los impulsores, es que la tecnología sea solo un medio para lograr equidad en el acceso a la salud, sin desconocer los saberes que por siglos han acompañado a estas comunidades.
 

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Redactó
Víctor Hugo Obando Palacio
Enlace de la Dirección de Comunicaciones del Campus Andes