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Partiendo de la premisa: “Los procesos de investigación y de aprendizaje están directamente relacionados, y que es difícil hacer una buena investigación sin estar mediada por la enseñanza”, el profesor José Ruiz, del Instituto de Física de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, ha optado por aplicar, en su curso de la maestría en Física, Computación Avanzada, técnicas de aprendizaje basadas en proyectos y aprendizaje basado en problemas.

“Mis clases no son magistrales, en el sentido en que yo no me paro a hablar dos horas sobre un tema particular, sino que más bien problematizo lo que queremos aprender. Doy algunos primeros indicios y conocimientos sobre los cuales basar el resto del proceso de aprendizaje. Luego, llegamos a unos problemas en particular o a unos proyectos a través de los cuales los estudiantes puedan llegar al conocimiento, siempre guiados por mi tutoría y mi labor docente, para que ellos puedan recorrer esos caminos, también, en forma de descubrimiento”, describe el profesor Ruiz.

Y es que según la revisión bibliográfica hecha por las investigadoras María Auxiliadora Zambrano Briones y Karina Luzdelia Mendoza Bravo de la Universidad Técnica de Manabí (Ecuador), en conjunto con Adela Hernández Díaz de la Universidad de La Habana (Cuba), el aprendizaje basado en proyectos (ABP) es una metodología que permite “la construcción del conocimiento a través de la interacción con la realidad”, fomentando en los estudiantes competencias como el trabajo en equipo, la investigación, el pensamiento crítico, la creatividad y la innovación, habilidades que resultan indispensables para afrontar los retos de la sociedad actual.

En la interdisciplinariedad está la clave

Otro de los puntos que tiene en cuenta el profesor Ruiz a la hora de planear sus clases es el nivel de formación de los estudiantes a los que se va a dirigir, ya que destaca que no es lo mismo enseñarles a estudiantes de pregrado de primeros semestres que a los de niveles más avanzados, o incluso a los estudiantes de maestría, que ya tienen otras herramientas. 

Partiendo de esto, al planear sus clases para el Módulo de Física del curso de Fundamentación en Ciencias, que es un curso transversal para todas las carreras de su Facultad y que convoca a un auditorio de alrededor de 100 estudiantes, utiliza procesos de enseñanza experimentales e interdisciplinarios, teniendo en cuenta una característica fundamental de la física: “Las preguntas siguen vigentes, mientras que las soluciones han cambiado con el tiempo. Es decir, ya hay cosas que antes en física creíamos como verdaderas, como ciertas y que ya sabemos, demostrado a través de mucha evidencia experimental, que no lo son”.

Es por eso, que en vez de centrarse en generar en sus estudiantes la repetición de respuestas únicas, incentiva en ellos la curiosidad por el conocimiento, partiendo del acercamiento a otros saberes, como la filosofía, por ejemplo, desde allí aborda la pregunta de la realidad, del espacio y del tiempo. También lo hace desde el arte para abordar el tema de la materia y cómo su estructura es atómica, partiendo de obras de Monet. 

“Esto también posibilita toda una discusión acerca de lo que es la ciencia, cómo se construye. Entonces, todas mis clases tienden a ese componente interdisciplinar, que me parece muy importante, porque nos saca o saca a los estudiantes de la concepción de que los problemas de ciencias son solamente de las ciencias y que no tienen nada que ver con el mundo, ni con lo que hacemos los humanos. Son reflexiones más profundas que la simple consideración puntual de la física”, detalla el profesor Ruiz. 

Sobre la importancia de la interdisciplinariedad en la construcción de conocimiento, escribe Luis López, de la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador, en su artículo académico que la interdisciplinariedad permite romper barreras entre las distintas ciencias y estas pueden cooperar entre sí. Además, destaca que todo fenómeno, por simple que parezca, es tremendamente complejo, y que una sola ciencia no logra agotarlo, y que ser conscientes de esos límites muestra esa necesidad de la aplicación de la interdisciplinariedad.

La innovación educativa debe ser humanista

Además de su constante indagación sobre métodos, aplicaciones y temáticas para aplicar o llevar a sus clases, el profesor Ruiz también reflexiona sobre la importancia de tener en cuenta el componente humano a la hora de hablar sobre la innovación educativa, pues señala que esta no debe reducirse solo al uso de nuevas herramientas digitales. 

“Podemos traer mil cosas tecnológicas, pero si no priorizamos la parte humana, creo que como universidad habremos fallado. Por eso, la innovación en la educación no solo incluye la interdisciplinariedad sino, también, su contacto con la sociedad misma, porque esos conocimientos que nosotros tenemos y vamos a enseñar van a estar rodeados de toda una realidad social que vivimos, que traen los estudiantes y nosotros mismos. Tener esto en cuenta es vital para poder llegar de forma más eficiente a nuestros estudiantes”, enfatiza el profesor Ruiz. 

Si bien mucha información técnica sobre la ciencia se puede encontrar en internet, contada en múltiples formatos y usando diversas narrativas, este docente destaca que los profesores deben procurar dar una formación más completa, que involucre discusiones y reflexiones alrededor del conocimiento que se está impartiendo, que le aporte al estudiante experiencias de aprendizajes significativas.

“Yo creo que para nosotros repetir lo que está en internet, en nuestras aulas, es un desperdicio de tiempo y de la plusvalía que puede tener la Universidad desde el punto de vista epistemológico, entonces yo creo que nosotros como profes debemos evaluar lo que enseñamos y propender en dar una formación más completa. Suscitar los temas a través de la filosofía, a través del arte, llevarles demostraciones experimentales, discutir con ellos en clase, eso solamente puede pasar en la Universidad”, explica este docente del Instituto de Física. 

Una vocación docente de la pública para la pública

Antes de elegir una carrera como docente, Ruiz, durante su pregrado, maestría y doctorado, pudo ver diferentes formas de enseñanza que lo llevaron a valorar unas más que otras. En ese proceso, encontró luces de lo que quería y no quería aplicar en un proceso de enseñanza. Además, mientras estudiaba su doctorado en Francia e investigaba en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), Ruiz tuvo la oportunidad de acompañar a otros alumnos, tiempo que también fue muy provechoso para sus búsquedas.  

Hoy, seis años después de ingresar como profesor de planta de la UdeA, resalta que otra de sus más íntimas motivaciones fue haber pasado por la universidad pública, pues le dio la posibilidad de tener una carrera, de acceder a una educación superior y a las oportunidades que eso conlleva.  
“Entonces, yo creo que, en ese sentido, el hecho de uno regresar a la universidad pública a enseñar y a hacerlo de forma responsable, es de cierta forma, también, devolver a la sociedad eso que la universidad pública ha hecho por nosotros”, concluye el profesor Ruiz. 
 

Por: 
Yorley Ruiz M.
Periodista
Observatorio de Educación Superior de la Universidad de Antioquia