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Mayo 29 de 2025

 “Por primera vez me sentí diferente. En Apartadó era una chica como las demás. Pero aquí me sentía aislada ya que estaba rodeada de ‘blancos’, por lo que el primer semestre fue más duro de lo que pensaba, me sentía sola”, contó Heily Dajhana Moreno Navia, quien salió de Urabá para cumplir su sueño: ser médica. 

Transcurría para ese entonces el 2023, cuando ella creía que el gran desafío de la vida universitaria era obtener altas notas. Sin embargo, estar lejos de casa y tener problemas de autoestima fueron algunos de los temas que debió enfrentar mientras se preparaba para sus clases de anatomía y estudiaba para los exámenes de fisiología.  Situaciones que la hicieron dudar sobre su permanencia en la Facultad, pero que logró superar gracias a su amor por la medicina.

Aún recuerda el día que leyó la buena nueva de su admisión a la UdeA. Era de madrugada y luego de ver el resultado, le envió un mensaje a su papá con la gran noticia. Él estaba esperándola ansiosamente. Durante días, Heily Dajhana se convirtió en la protagonista de las historias de WhatsApp de su familia, pues, todos estaban orgullosos de este logro, su logro.

Al llegar a Medellín se hospedó con unos familiares y luego se independizó con uno de sus hermanos, quien para ese entonces estudiaba Derecho en la UdeA.

 “Nunca nadie me ha dijo algo incomodo ni me hizo sentir discriminada por mi color de piel, pero me sentía extraña, por ejemplo, en la primera foto de la cohorte, soy la única persona negra; entonces si tu eres de otra región y te sientes diferente, esto hace que te aísles por miedo al rechazo. Por eso, al principio venía a la Facultad, ingresaba a las clases y regresaba pronto a mi casa, a estudiar, siempre sola. Esta situación me hizo dudar de mi estadía aquí y muchas veces lloré”, expresó Heily Dajhana, quien un buen día conoció a Valeria, una cucuteña de carácter fuerte y corazón noble, quien le enseñó que los buenos amigos sí existen y que la Facultad era un lugar seguro.

 “En clase conocí a Valeria, mi mejor amiga de la U. Ella es de otro departamento, específicamente, de Norte de Santander. También llegó solita a la Facultad. Conectamos súper bien, comenzamos a estudiar juntas, a compartir dichos y palabras de nuestras regiones, a salir en los días de descanso”, dijo la estudiante de quinto semestre, quien recordó que, entre clases y horas de estudio, su nueva amiga le enseñaba que, ser diferentes estaba bien y que antes de agradar a otros, uno debe trabajar en su autoconcepto y valía.

Con esa claridad y con la compañía de nuevos amigos, Heily Dajhana superó la soledad, comenzó a trabajar en las áreas de su vida que le generaban inseguridades y, claro, se enfocó en su formación, una combinación que hasta ahora le ha permitido disfrutar a plenitud de la vida universitaria, tanto que ingresó al equipo de baloncesto y a la Brigada de Emergencias de la Facultad. Además, está interesada en ser parte de un grupo de investigación.

Actualmente, está realizando sus primeras rotaciones clínicas, poniendo al servicio de otros los conocimientos adquiridos en las aulas y perfeccionando algunas de sus habilidades, entre ellas, la construcción clara y veraz de la historia clínica, la entrevista eficiente a los pacientes, la identificación de síntomas y signos que se relacionan con las enfermedades vistas en clase y que sigue investigando con el objetivo de contribuir al diagnóstico y el tratamiento correcto. 

“Mi primera práctica la hice en el Hospital Pablo Tobón Uribe, vi una paciente que tenía una disección aórtica, quedé sorprendida, su vida dependía de un hilo. Su caso era de esos que uno lee en los libros y pocas veces se encuentra en la sala de urgencias”, afirmó la estudiante, quien ese día ratificó que salvar vidas es su propósito.

Por eso, tiene entre sus metas graduarse y regresar a su región para aportar a la salud y bienestar de su gente. También, tiene claro que ejercerá varios años como médica general, para luego especializarse en ortopedia, posgrado que quiere realizar en Brasil. 

“Yo sueño con hacer mi especialización, viajar por el mundo, conocer nuevos lugares, aprender nuevas cosas y volver a mi tierra para retribuirle a mi gente un poco de lo logrado, porque los hijos de la educación pública tenemos una responsabilidad social que cumplir”, aseveró Heily Dajhana, quien, con los conocimientos adquiridos hasta hoy, acompaña a sus padres en sus tratamientos y les propone posibles cambios en sus hábitos para mejorar sus condiciones de salud. Y de vez en cuando aclara las dudas de sus amigos en Apartadó, recordándoles que deben seguir las indicaciones del médico tratante, tomarse los medicamentos y hacerse los exámenes.

“Mi mamá, por ejemplo, me manda los resultados de los exámenes y me pide orientación cuando tiene alguna dolencia o taquicardia fuerte. La verdad me siento privilegiada de escucharla y asesorarla. Por eso, cuando pienso en la U, agradezco la oportunidad de estar aquí, aprendiendo junto a grandes maestros. La Facultad ha liberado lo mejor de mí”, puntualizó la joven, quien agradece todos los días al cielo por sus padres y hermanos. Ellos con esfuerzo y amor le garantizan una vida digna en Medellín y le dan todo lo necesario para su permanencia en la UdeA, donde los sueños sí se cumplen.