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Los bonos etiquetados: una puesta por la sostenibilidad medioambiental

El pasado jueves, se llevó a cabo una nueva conferencia organizada por el Laboratorio Financiero, en cabeza del profesor Diego Alonso Ramírez Gómez, mediante la cual Luis Fernando Correa Velásquez, Vicepresidente de Finanzas y Administración del Grupo Excala, dio a conocer a los asistentes la existencia de los bonos etiquetados y cuál es su importancia y utilidad

Por: Sebastián Zapata Urrea

A manera de contexto, el Grupo Excala, cuyo antiguo nombre era Compañía de Empaques S.A, es una empresa antioqueña dedicada principalmente a la fabricación de plástico y cuenta con más de 80 años de experiencia en dicha industria. A partir del año 2021 la compañía adoptó el nombre de Grupo Excala, debido a su proyecto de expansión que le permitió llegar al país de México, y de la ampliación de su portafolio de servicios, donde además de su actividad de fabricación, han incursionado en líneas como los insumos para el agro, la construcción y la infraestructura.

Inicialmente, el ejecutivo del grupo empresarial realizó una breve reseña histórica de la organización, la cual ha tenido una importante trayectoria, a la par que ha atravesado momentos de conflicto con el sindicato de la empresa, pero que a principios del nuevo milenio lograron llegar a acuerdos que han permitido el crecimiento empresarial y la expansión a los mercados internacionales.

Posteriormente, Correa comenzó con la definición de los bonos etiquetados, los cuales definió como: “instrumentos para financiar proyectos que buscan contribuir al alcance de los ODS de la Organización de Naciones Unidas -ONU-, y los compromisos de la agenda de París”. Por tanto, la creación de estos bonos es una apuesta que pretende aportar al desarrollo y la sostenibilidad del planeta.

Dichos bonos tienen cuatro calificaciones distintas, las cuáles son: los bonos verdes, que buscan financiar proyectos verdes que impacten frente al cuidado del medio ambiente; en segundo lugar, están los bonos sociales, los cuales pretenden financiar proyectos de carácter social, y en tercer lugar, se encuentran los bonos sostenibles, los cuales tiene como objetivo financiar proyectos que sean conjuntamente de carácter ambientales y sociales.

Adicionalmente, existe una categoría conocida como bonos vinculados a la sostenibilidad, definidos, según Correa como: “instrumentos de deuda cuya característica financiera y/o estructural pueden variar dependiendo si el emisor alcanza o no ciertos objetivos predefinidos de sostenibilidad o ASG (Ambientales, sociales o de gobierno corporativo). Los fondos obtenidos en la emisión de estos bonos están concebidos para ser utilizados con fines generales corporativos”.

Actualmente, en América Latina hay una gran concentración de compañías con bonos etiquetados, divididos porcentualmente así: un 42 % emitidos en Chile, siendo el país con mayor emisión de bonos con amplio margen; le siguen México con 21 % y Brasil con el 18 % de los bonos; de igual manera, Perú recoge el 6 %, seguido de las entidades supranacionales con un 5 % y de Colombia con un 3 % de bonos emitidos. Finalmente, Argentina, Costa Rica, Guatemala y Ecuador emiten cada uno un 1% de los bonos de la región.

Respecto a los proyectos que se pueden financiar con cada uno de los bonos, el ejecutivo de Excala explicó que, en cuanto a los bonos verdes, se pueden financiar proyectos de energía renovable, eficiencia energética, conservación de la biodiversidad terrestre y acuática, transporte limpio, entre otros.

Por el lado de los bonos sociales, los proyectos a financiar pueden ser: infraestructura básica asequible, acceso a servicios básicos (salud, educación, servicios de formación profesional, financiación y servicios financieros), vivienda asequible, generación de empleo, entre otros.

Respecto a los bonos de sostenibilidad, Correa argumentó que: “se entiende que ciertos proyectos sociales pueden tener también beneficios medioambientales, y viceversa. La clasificación debe ser determinada por el emisor, con base a sus objetivos primarios en sus objetivos subyacentes”.

Para etiquetar y emitir cada uno de los bonos mencionados se tienen en cuenta una serie de parámetros. Primeramente, se evalúa el uso en el que se van a destinar dichos fondos, posteriormente se realiza un proceso de evaluación y selección de los proyectos a financiar y finalmente se analiza la gestión de los fondos y los informes presentados por las organizaciones emisoras.

En cuanto a los bonos vinculados a la sostenibilidad, como se mencionó previamente, su intención es de financiar proyectos generalmente corporativos, y en el proceso para ser etiquetados se evalúa, en primer lugar, una selección de indicadores claves de rendimiento; asimismo, la calibración de los objetivos de desempeño en sostenibilidad, así como las características del bono, la presentación de los informes y la posterior verificación.

En Colombia, empresas como Bancolombia, Bancoldex, Corficolombiana, entre otras, en su mayoría financieras, han sido emisoras de bonos verdes, sociales y sostenibles, demostrando su compromiso con el desarrollo y protección ambiental del planeta. Además, Bancolombia, por ejemplificar, ha alcanzado dos tipos de bonos.

En el caso de los bonos vinculados a la sostenibilidad, la única organización colombiana emisora de dichos bonos es el Grupo Excala, un gran logro para la compañía que, según Correa, fue difícil de conseguir. “Asumimos un compromiso decidido y público por la sostenibilidad, somos conscientes de que la industria del plástico genera externalidades negativas que debemos gestionar, igualmente, alineamos la estrategia financiera, comercial y de operaciones con la estrategia de sostenibilidad”, resaltó Correa sobre el esfuerzo realizado.

En conclusión, el mercado de los bonos etiquetados es una oportunidad clave para la búsqueda y contribución del desarrollo medioambiental y sostenible del planeta, de la mano de los ODS. La conferencia, a la cual asistieron casi alrededor de 40 personas, tuvo una gran acogida que permite el aprendizaje financiero de la comunidad universitaria.

Fotos tomadas de: Pexels

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