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Según la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), en Colombia los trabajadores independientes, también conocidos como trabajadores “cuenta propia”, representan el 51% de la población empleada. Es decir que, de cada 10 trabajadores, cinco trabajan de manera independiente. La anterior cifra se hace importante, teniendo en cuenta que muchas de estas personas laboran de manera informal, y es este, precisamente, el mayor problema del mercado laboral en el país. 

Por: Sebastían Zapata Urrea -Facultad de Ciencias Económicas-

De acuerdo a la investigación: “Cambios normativos en el Sistema General de Seguridad Social en Salud y sus efectos en la informalidad laboral en Colombia” desarrollada por Yennifer Celín Camargo, docente de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Antioquia –FCE–, en el Seminario de Economía, el cual se presenta todos los miércoles a la 10:00 a.m. en la misma Facultad, se analizó a profundidad la ley 1122 de 2007 y cómo esta influye en la informalidad laboral, especialmente entre los trabajadores independientes.

En la foto, la profesora del Departamento de Economía, Yennifer Celin Camargo

En Colombia el porcentaje de informalidad asciende al 47,9% de la población ocupada, según el DANE, pero si se tiene en cuenta la cotización al sistema de salud y pensión, el porcentaje asciende al 63%; una cifra que se transforma en un problema de interés nacional, pues esto significa que el 63% de los trabajadores en el futuro no se van a pensionar, esto sin sumar a la población desempleada e inactiva. 

Es justamente la alta informalidad, lo que impide que las políticas económicas y sociales impulsadas por el Gobierno lleguen a toda la población. Una de estas acciones desarrolladas desde el Gobierno Nacional es el Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS), que se define, según Ministerio de Salud (MinSalud) como: “un conjunto armónico de entidades públicas y privadas, normas y procedimientos, que procuran la prestación del servicio y fijan condiciones de acceso en todos los niveles de atención, bajo el fundamento de garantizar la atención integral a toda población”. Dicho sistema regulado, inicialmente, por la ley 100 de 1993, donde se establecieron los régimen contributivo y subsidiado, siendo el primero pagado por los trabajadores cotizantes, mientras que, el segundo, de manera gratuita por medio del SISBEN. Además, se estipuló que, en el régimen contributivo, los trabajadores dependientes debían cotizar un 12% de su salario mensual, el cual está dividido en un 8% por parte del empleador y un 4% por parte del empleado; así mismo, los trabajadores independientes cotizaban el 12% de su salario mensual.

La falencia de esta ley, teniendo en cuenta a los trabajadores independientes, es que no estipulaba obligatoriedad en la cotización del SGSSS, por lo que los trabajadores por cuenta propia optaban, muchas veces, por no realizar la cotización, situación que incentivaba a la informalidad.  

En consecuencia, con la ley 1122 del 2007, se presentaron unas reformas en el sistema tarifario de cotización a la seguridad social, donde los trabajadores asalariados pasaron a aportar un 12,5% de su salario mensual, recayendo este 0,5% en el porcentaje aportado por el empleador. Por el lado de los independientes, se estableció que el aporte debe ser del 40% del Ingreso Base de Cotización.

Concerniente a la investigación llevada a cabo por la docente Celín, esta tomó datos de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH), cuyo propósito es obtener información básica sobre el bienestar de los ciudadanos con el fin de formular políticas de desarrollo. Los datos arrojaron que quienes tienen mayor grado de escolaridad suelen tener más opciones de pertenecer a la formalidad, a diferencia de los que tienen poco o nulo grado de escolaridad. 

El gran hallazgo, según la docente Celín, fue que con la ley 1122 de 2007 las probabilidades de ser informal dependían de si el trabajador ganaba más o menos de 2,5 Salarios Mínimos Legales Vigentes – SMLV–. Es así, como en el 2008, año en que comenzó a regir la ley, las personas que ganaban menos de 2,5 SMLV aumentaron las posibilidades de ser informales; mientras que, quienes tenían ingresos superiores a 2,5 SMLV aumentaba considerablemente la probabilidad de formar parte del trabajo formal.

De esta manera, Celín en el seminario indicó qué: “En las mujeres independientes, que ganan más de 2,5 SMLV la probabilidad de ser informal disminuyó, pasando del 69,2% en 2007 a 63,7% en 2008; igualmente con los hombres independientes que ganan más de 2,5 SMLV, reduciendo la probabilidad de 68,1% a 66%.”. Además, indicó que las personas que tenían más de un año de experiencia en puestos informales tendieron a formalizar su puesto. 

Estos resultados se muestran preocupantes, teniendo en cuenta que un porcentaje muy alto de trabajadores independientes tienden a ganar menos de 2,5 salarios mínimos, y es evidente que los ajustes tarifarios de la ley 1122 desincentivan la formalidad laboral por los altos porcentajes que tienen que destinar los trabajadores para el SGSSS. 

Para concluir, la docente expresó qué: “es importante para el sistema de seguridad social pensar en un mecanismo tarifario que mejore los incentivos. De igual manera, se deben generar tarifas por grupos de ingresos teniendo en cuenta la heterogeneidad de los trabajadores independientes, con el objetivo de incentivar la formalización y la cotización al Sistema de Seguridad Social.”

Finalmente, es importante que desde el Gobierno Nacional se planteen estrategias que estimulen a los diferentes sectores del mercado laboral para la formalización de los puestos de trabajo, de manera, que se puedan implementar mejores políticas económicas y sociales, con el fin de aumentar la competitividad y el desarrollo que permita el progreso de los distintos sectores productivos del país. 

Imágenes tomadas de www.pexels.com