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El fríjol (Phaseolus vulgaris L.) es la leguminosa alimenticia más importante para el consumo humano en el mundo. Un alimento altamente nutritivo que contiene proteína, fibra, carbohidratos complejos, vitaminas y micronutrientes. El lugar de mayor producción y consumo es América Latina y se calcula que más del 45% de su producción proviene de esta zona, donde es considerado uno de los productos básicos de la economía campesina.

Colombia cuenta con numerosas variedades de fríjol, sin embargo, se ha identificado que muchas de ellas han desaparecido progresivamente de las plazas de mercado. Además, el cultivo de fríjoles representa una parte significativa de la economía local, aportando alrededor de 1.044 millones de pesos anuales. Este sector genera aproximadamente 80 mil empleos, lo que contribuye significativamente al sustento de alrededor de 120 mil familias en el país.

En Antioquia, específicamente en las comunidades rurales del municipio de Peque, se ha venido perdiendo la diversidad característica de variedades de fríjol denominados güífaros y otras cultivadas ancestralmente en el municipio, generando impactos negativos en lo social, como la imposición de semillas comerciales o genéticamente mejoradas que favorece al olvido de las dinámicas locales de uso y el intercambio entre familias de estas comunidades;  en el aspecto ambiental el mayor uso de agroquímicos y en el económico, la baja rentabilidad asociada a los altos costos de producción, inexistencia de redes propias de comercialización y falta de autonomía en la fijación de precios del mercado, deteriorando así la economía campesina.

De continuar con esta situación los fríjoles güífaros, junto con otras variedades, corren el riesgo de desaparecer por completo. Esta pérdida no solo significaría la extinción de una parte valiosa del sector agroalimentario, sino, vulnerar el derecho de estas comunidades de disfrutar y conservar las variedades tradicionales del municipio.

Buscando una solución

Reconociendo esta problemática se planteó el proyecto “Empoderamiento de la seguridad y soberanía alimentaria a partir de la recuperación de variedades de fríjoles criollos en riesgo de extinción en el municipio de Peque”. Una iniciativa conjunta de la Universidad de Antioquia a través de la Vicerrectoría de Extensión (Dirección de regionalización, FCEN y CEDAIT); el municipio de Peque y la Junta de Acción Comunal Las Faldas.

El proceso de esta iniciativa comenzó con la socialización y reconocimiento de las variedades de fríjol históricamente cultivadas en el municipio, haciendo énfasis en las veredas aledañas (Las Lomas, Jerigua, San Julián, Popal, Guayabal, Los Llanos, Toldas, El Agrio, entre otras) a través de talleres impartidos por integrantes del comité ambiental de la Junta de Acción Comunal Las Faldas (JAC); logrando de esta manera recolectar, clasificar y sistematizar más de 30 variedades de fríjol.

Posteriormente, se seleccionaron 20 de estas variedades teniendo en cuenta la cantidad de semillas disponibles para las actividades, para luego proceder a sembrarlas en el banco de germoplasma comunitario establecido, con el apoyo técnico de la JAC y la UMATA (trazado de parcelas de 200m2, preparación y toma de muestras del terreno para el análisis nutricional). Durante los cuatro meses después de la siembra se realizaron labores para el mantenimiento del cultivo, consiguiendo al final del proceso de cosecha una cantidad mayor de semillas de cada variedad.

El número de semillas obtenido por variedad fue dividido en 3 fracciones:

1. A una fracción se le realizó análisis bromatológicos para conocer el contenido de proteína cruda, de grasa, fibra cruda y otros minerales.
2. Otra fracción fue preparada especialmente con el fin de conservarlas en frío en las instalaciones de la Alcaldía del Municipio simulando un banco de semillas; además, esta actividad se complementó con una capacitación donde se abordaron temas como el por qué conservar las semillas, el manejo postcosecha, los métodos de prevención de enfermedades y presencia de insectos en el almacenamiento y los métodos de secado y almacenamiento, contando con la participación de 35 personas de la comunidad.
3. La tercera y última fracción se dispuso en recipientes más pequeños, también para la conservación y cuidado, responsabilidad asumida por parte de las familias custodias, convirtiéndose en un respaldo adicional para la colección.

Como parte de la socialización de los resultados con la comunidad, se realizó una actividad en el marco del mercado campesino enfocada en la seguridad alimentaria y sus problemáticas en el campo. Adicionalmente, con los resultados obtenidos en este proyecto, se logró contribuir con la recuperación de variedades de fríjol en peligro de desaparecer en el municipio, así como impactar en aspectos tales como:

• Disminución de dependencia de semilla comercial o genéticamente mejoradas.
• Seguridad y soberanía alimentaria del municipio.
• Generación de arraigo y sentido de pertenencia por los productos locales.
• Conservación de variedades de fríjol criollas mediante un banco comunitario.
• Construcción de una base de datos y un catálogo con información básica de las variedades de fríjol recuperadas.
• Fortalecimiento de mercados campesinos comunitarios.
• Comercialización de las variedades recuperadas.

La importancia de este proyecto no solo se encuentra en la recuperación de las semillas como producto agroalimentario, sino, en la preservación de la cultura, el sentido de pertenencia y la unión de los habitantes del municipio de Peque.