Sostenibilidad Ambiental y Responsabilidad Social
Sostenibilidad Ambiental y Responsabilidad Social
"...la problemática que se viene presentando en Hidroituango, como reflejo de los efectos de las hidroeléctricas en nuestro país, dejando al descubierto prácticas institucionales muy alejadas del equilibrio del manejo en el planeta en los tres ámbitos: social, ambiental y económico..."
La realidad no es un objeto del pensamiento, sino precisamente aquello que lo activa, dice Hannah Arendt, en las primeras páginas de La Condición Humana, palabras que nos invitan a “pensar en lo que hacemos”. Si bien la Sostenibilidad Ambiental requiere tener un manejo responsable y comprometido con el futuro de los recursos finitos disponibles en el planeta y sobre todo con las repercusiones del consumo en los lugares más pobres de la tierra.
Hoy debemos mantenernos vinculados a los acontecimientos de la experiencia real, que nos remiten al sentido de la vida humana, como único indicador para poder orientarnos a encontrar las huellas que dan alcance al encuentro entre lo colectivo-social con lo individual-subjetivo, reunión que se define en la capacidad participativa de determinación de los individuos como actores sociales (libertad y autonomía), sujetos de derechos y con capacidad para ejercerlos.
En este sentido y sin ánimo de profundizar en la disertación que a lo largo de la tradición propone esta categoría, nos adentramos en el concepto ciudadanía como derecho, valorando aportaciones tales como reconocimiento y respeto por la dignidad humana, pilares de la convivencia y el desarrollo de la sociedad, para la adquisición de mejores condiciones de vida de forma sustentable. Es un crecimiento que de hecho demanda comportamientos que minimicen el impacto al medio ambiente y se convierte en una línea de acción que se hace necesario construir, para develar la relación hombre-naturaleza, entendida ésta última, como “…un sistema dotado de leyes propias al margen de la intervención humana”.
Dice El Papa Francisco en el capítulo primero “Lo que le está pasando a nuestra casa”, pérdida de biodiversidad en su carta encíclica Laudato Sí: “Los recursos de la tierra están siendo depredados a causa de formas inmediatistas de entender la economía y la actividad comercial y productiva…”, es una advertencia que no nos es ajena y que aboga por una urgente necesidad de cambio radical en el comportamiento humano: del deber, de la responsabilidad, la solidaridad, etc.
Esta complejidad común en el escenario global dentro de las dimensiones ambientales, económicas y socioculturales demanda la necesidad de educar para entablar la alianza entre la humanidad y el ambiente y es en esta circunstancia en donde la sostenibilidad como resiliencia, permite construir un acercamiento más real hacia la naturaleza y hacia la dinámica tanto de los recursos naturales, como desde las interacciones sociales, culturales y los criterios de productividad.
Vía que se hace posible, a través de la Responsabilidad Social (RS), en sus múltiples acepciones (Responsabilidad Social Corporativa -RSC; Responsabilidad Social Empresarial -RSE, Responsabilidad Social Organizacional -RSO), para la toma de decisiones, diseñar indicadores y modelos de decisión en la lógica de nuevo nivel más avanzado de mejores prácticas institucionales que alinean procesos productivos, con objetivos más ambiciosos e integradores tales como: ecológicos, espirituales, éticos (autoexigencia moral), comunicación organizacional.
En esta medida se abre paso a la sustentabilidad, como perfecta integración del crecimiento económico, la promoción social y la protección ambiental, mediante políticas, certificaciones y acciones integradas de diferentes actores, para mantener el equilibrio dinámico y adaptación al cambio.
Lo anterior indica que en el crisol de la sustentabilidad se confrontan los tiempos de la degradación entrópica, los ciclos de la naturaleza y las crisis económicas, la innovación tecnológica y los cambios institucionales, con la construcción de nuevos paradigmas de conocimiento, comportamientos sociales y racionalidades productivas (Leff, 2000).
Cotejo que trae a colación, la problemática que se viene presentando en Hidroituango, como reflejo de los efectos de las hidroeléctricas en nuestro país, dejando al descubierto practicas institucionales muy alejadas del equilibrio del manejo en el planeta en los tres ámbitos: social, ambiental y económico, pues en acuerdo con las conclusiones del artículo científico publicado a comienzos de mayo en Hydrology Earth Systems Sciences por investigadores colombianos, estadounidenses y holandeses, titulado Basin-scale impacts of hydropower development on the Mompós Depression wetlands, Colombia.
“Es necesario hacer la planificación teniendo en cuenta el impacto acumulado de todos los proyectos en toda la cuenca, y no proyecto por proyecto”, explica uno de sus autores, Héctor Angarita, investigador del Instituto de Ambiente de Estocolmo: “Dejemos de ver esto a escala de los proyectos individuales, que es lo que generalmente hacemos en el contexto institucional actual de Colombia”, dice y sugiere tener en cuenta consideraciones ambientales y sociales del sistema hidrológico integral porque “en la actualidad, hay lugares que están muy afectados”, desde:
1. Las especies de fauna y flora
2. Los procesos que determinan el movimiento del agua, la conectividad lateral de los ríos en relación con todo lo que los rodea.
3. Pérdida de productividad en especies de interés económico y cultural
4. La población de 12 Municipios y 4 Departamentos cuya afectación no estaba contemplada en el proyecto.
Para avanzar hacia el desarrollo sustentable se requiere entre otros: Identificar y proteger la base de conocimientos y experiencias, sostener identificar y acrecentar la capacidad necesaria de renovación que se ha perdido y estimular la innovación y creatividad social, elementos que serán trabajados en el Diplomado en Sostenibilidad Ambiental y Responsabilidad Social Corporativa, permitiendo la formación de los participantes en conceptos, modelos y metodologías que conduzcan al desarrollo de habilidades y destrezas para el diseño y la aplicación de estrategias de sostenibilidad ambiental y Responsabilidad Social Corporativa, desde la perspectiva de la sustentabilidad como un paradigma para pensar en un futuro en el que las consideraciones sociales, ambientales y económicas se balanceen en palabras de Mckeown 2002, para encontrar desarrollo y calidad de vida por la acción y por el mundo.
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La profesora Haydeé Beltrán Urán es Socióloga, Planificadora Urbana, Especialista en Educación Superior de la Universidad Pinar del Rio (Cuba), se desempeña como catedrática en la Facultad de Ingeniería de la UdeA y en la Escuela Superior de Administración Pública ESAP y representa al país ante la Asociación Mundial de Planificadores Urbanos con sede en la Haya Holanda.
Nota
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