Cultura

Edificio de la Facultad de Medicina. Foto: Esteban Alzate, División de Infraestructura Física. 

El mantenimiento de estos espacios se ha realizado históricamente sobre necesidades específicas, pero desde 2019, en la División de Infraestructura Física, se creó el Comité de Edificaciones Patrimoniales para hacer seguimiento y proyección de las labores que permiten que estos tesoros arquitectónicos permanezcan en pie y embellezcan a Medellín y Antioquia.

La División de Infraestructura Física hace una evaluación permanente de los edificios a través de la Metodología BIM —Building Information Modelling—, con un estado del arte de cada edificación, inventario de los detalles con Nubes de puntos, digitalización de preexistencias y, en general, un proceso de seguimiento que ayuda a identificar grietas y posibles reparaciones locativas, esto a su vez permite al equipo de ingenieros y arquitectos adelantarse a los problemas que puedan presentar los edificios en el futuro.

Toda esta gestión se ha realizado con el Edificio San Ignacio,la Antigua Escuela de Derecho y el levantamiento tridimensional de la Casa del Bachillerato Nocturno, así como los bloques 28 y 29 de Ciudad Universitaria.  Por su parte, a través de las herramientas de la metodología BIM se encuentran ya estandarizados la Casa del Bachillerato Nocturno, la Ciudad Universitaria, El Edificio Antioquia —La Naviera— y el Edificio de Extensión.

La Sala de Artes Performativas: un nuevo espacio para la cultura

Sala de Artes Performativas Maestra Teresita Gómez. Paola Rada, División de Infraestructura Física.

La Sala de Artes Performativas Teresita Gómez es uno de los proyectos que recientemente —en 2021— entregó la Universidad de Antioquia a la comunidad y, de acuerdo con los arquitectos encargados, fue un reto adecuar el espacio interior en aspectos estéticos, acústicos y de confort para actividades artísticas.

El bloque estuvo subutilizado durante años, pero se recuperó por la necesidad de una Sala de Artes Performativas con un formato más pequeño que el gran Teatro Universitario. Esta sala hoy cuenta con capacidad para 128 personas. «Reinterpretar los materiales fue esencial para recuperar el espacio para su uso artístico. En esta obra hicimos un contraste más que una mimetización, lo que permite darle un toque moderno», indicó Paola Rada, líder de diseño de la División de Infraestructura Física.

El bloque 17 es uno de los pocos levantados en piedra y con el techo a 4 aguas; el reto allí fue optimizar el interior sin afectar las características arquitectónicas y adecuarlo para su nuevo uso. Fueron clave los análisis de materialidad, pues a través de la madera se logró mantener su estética original y resolver la necesidad acústica para los eventos culturales y artísticos. «Aquí el componente acústico fue clave, por eso los paneles laterales en madera contribuyen a embellecer, pero a la vez a hacerlo un espacio viable técnicamente», explicó César Ortega Álvarez, arquitecto de la División de Infraestructura Física.

A través de la metodología BIM se digitalizó la preexistencia de elementos en el bloque 17 pero también la infraestructura de redes eléctricas e hidrosanitarias, componente esencial para hacer de un espacio antiguo y subutilizado, uno vivo, habitable y disfrutable desde la modernización de sus sistemas de redes, actualizaciones técnicas y accesibilidad en sus espacios.

El Edificio San Ignacio es de los pocos de Medellín que aún está construido en tapia, además su conformación por claustros ya no es común en otros espacios de la ciudad y en muy pocos del país.

La Antigua Escuela de Derecho, el edificio de «Bioquímica» y el de «Morfología» como tradicionalmente se conocían en la Facultad de Medicina, ubicados en La Candelaria —Centro de Medellín— son joyas de la Universidad, pues sus características son escasas en otras edificaciones del país e incluso únicas en la ciudad. La custodia que hace la Universidad da cuenta de su dedicado mantenimiento, que le da vida a espacios históricos poco comunes en Medellín por la rápida urbanización e industrialización de la ciudad durante el siglo XX.

El patrimonio adaptado a las nuevas necesidades de la educación superior

Edificio de San Ignacio. Foto: Archivo División de Infraestructura Física. 

La Universidad hace una custodia de edificios patrimoniales que mantienen la vocación para la cual fueron pensados: la formación y la ciencia. La pregunta de quienes administran estos espacios siempre es ¿cómo adaptar estos edificios e instalar las redes necesarias para su funcionamiento con la demanda que hoy tienen los programas académicos?

«El Edificio San Ignacio, por ejemplo, se adaptará sin afectar su estética para recibir cientos de estudiantes de programas de idiomas que requieren usar tecnologías como ventilación mecánica, cableado de datos, entre otros que han logrado mimetizarse» explica el arquitecto César Ortega. En ese sentido los espacios continúan acogiendo estudiantes, docentes, empleados y visitantes, con la adaptación tecnológica y el uso moderno que hoy requieren las clases, los eventos académicos y culturales y las labores docentes y administrativas.

Por otra parte, el campus central —Ciudad Universitaria— se construyó con materiales comunes en la región, por ello mantenerlo actualizado en su arquitectura se facilita, gracias a la flexibilidad de los pórticos que permiten adaptaciones, haciendo que los ambientes de aprendizaje actuales como: salones, laboratorios, oficinas, auditorios, etcétera; cumplan con las necesidades técnicas que exigen la educación, la cultura y sus actividades relacionadas, en coexistencia con la preservación del lenguaje arquitectónico del campus y sus valores históricos. Hoy en día esta ciudadela de más de 23 hectáreas es habitada diariamente por más de 30 mil personas.

Edificaciones de la Universidad de Antioquia con declaratoria patrimonial 

Edificio de la Facultad de Medicina. Foto: Esteban Alzate, División de Infraestructura Física. 

Estos son algunos espacios universitarios que fueron declaradas como bienes de interés cultural en Colombia: