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¡Ay, qué calor! 40 °C bajo la hojarasca

22/02/2024
Por: Juan Felipe Blanco Libreros. Profesor del Instituto de Biología de la UdeA

«El clima de Colombia como un promedio de condiciones durante 30 años ha venido cambiando desde la década de los años setentas. Pero con él, los microclimas, aquellos en los rincones de nuestra cotidianidad: nuestras viviendas, aulas, huertas, patios y jardines. Mediciones juiciosas de las múltiples variables que componen el microclima pueden llevarnos a caer en cuenta de dicha realidad, pero también pueden demostrar el potencial que tienen el arbolado urbano, las zonas verdes y hasta la hojarasca para adaptarnos ante el calentamiento atmosférico en las áreas urbanas».

¡Cuarenta grados bajo la sombra! Es una expresión popular que expresa dos realidades. La primera es el calor intenso o la alta temperatura. La segunda es la función refrescante de la sombra producida bajo el arbolado. Por estos días de febrero sigue vigente la discusión del calor en Medellín y en Colombia. Después de la tregua que nos dio un frente frío proveniente de Norteamérica, durante la segunda semana de este mes, hemos vuelto a experimentar temperaturas muy altas que nos recuerdan el inicio del 2024. Fue tan alta la temperatura del mes de enero a nivel global que el tema del calor y la sequía ha aparecido dos veces en la portada de la revista Science en lo que va corrido del mes de febrero —ver lecturas recomendadas—.

La frase «cuarenta grados bajo la sombra» también refleja un aspecto de la idiosincrasia colombiana: la exageración. Como ecólogo que ha trabajado en varios ecosistemas del Caribe colombiano he comprobado que esta frase no es una exageración y cada vez más se vuelve una realidad incómoda —ver «El bosque de Tulenapa: pulmón de Urabá»—. Como parte de mis investigaciones instalo termómetros digitales que registran la temperatura del aire, agua o suelo de manera automática durante el tiempo necesario. En 2016 instalé termómetros a treinta centímetros sobre el suelo en un potrero abandonado, en un bosque ribereño o de arroyo y en una plantación de palma de aceite en la zona rural de San Onofre, Sucre. Esto para estudiar los «microclimas» en un paisaje agropecuario. Después de cerca de un año y más de 20 000 mediciones la conclusión fue que, efectivamente, se habían registrado temperaturas cercanas a 40 °C bajo la sombra, tanto en el bosque como en la plantación. Pero esto es solo una parte de la historia. La otra es que en el potrero se registraron temperaturas de hasta 54 °C. Esto demuestra la función reguladora del microclima que cumplen los árboles, arbolados, bosques y plantaciones.

Pero en el ámbito urbano, específicamente en Ciudad Universitaria, ¿cuál podría ser el resultado de unas mediciones similares? Los titulares de prensa, los comentarios de la gente, pero sobretodo el interés científico me llevaron a medir las temperaturas en una pequeña parcela dentro de la zona de experimentos del Instituto de Biología denominada la «Microestación» —Bloque 7—. Ahí tenía montado un experimento a largo plazo de descomposición de hojarasca, el cual ya ha corrido durante más de un año. Algo similar a las pacas biodigestoras, pero sin residuos orgánicos de negocios. Solamente hojarasca de bosques. El 26 de enero instalé dos termómetros a un metro sobre el suelo y uno bajo unos cinco centímetros de la hojarasca. La semana pasada descargué los primeros datos. En varios días, las temperaturas del aire excedieron los 50 °C. Las temperaturas bajo la hojarasca estuvieron 15 °C y hasta 19 °C por debajo de las temperaturas máximas del aire. Aun así, se registraron varios días con temperaturas que excedieron los 40 ºC bajo la hojarasca. Esto ya no es un cuento, ni un mito, ni una exageración. Es un hecho, la realidad del clima urbano de Colombia.

El clima de Colombia como un promedio de condiciones durante 30 años ha venido cambiando desde la década de los años setentas. Pero con él, los microclimas, aquellos en los rincones de nuestra cotidianidad: nuestras viviendas, aulas, huertas, patios y jardines. Mediciones juiciosas de las múltiples variables que componen el microclima pueden llevarnos a caer en cuenta de dicha realidad, pero también pueden demostrar el potencial que tienen el arbolado urbano, las zonas verdes y hasta la hojarasca para adaptarnos ante el calentamiento atmosférico en las áreas urbanas. Estas pueden ser «Soluciones Basadas en la Naturaleza» —SbN—. Recientemente, el Programa de las Naciones Unidas para el Hábitat resaltó los avances de Medellín en este sentido, con un video que generó muchos comentarios a favor y en contra en redes sociales y medios de comunicación. Una lección del revuelo causado por esta noticia es que se requieren los datos a la hora de mostrar resultados de las acciones de política pública ambiental. Son muchos los factores que influyen sobre la variabilidad de las condiciones de la atmósfera durante el año y entre años: fenómenos meteorológicos, la estacionalidad climática y la variabilidad interanual, principalmente debida a la sucesión de las fases El Niño y La Niña de la Oscilación Sureña. Por ello, los estudios del clima y del microclima, y la implementación de SbN requieren mediciones continuas y estudios objetivos de largo aliento; requieren de ciencia. En la Universidad de Antioquia tenemos el potencial para convertir el campus central y otras sedes en laboratorios vivos para el estudio de las acciones por el clima, incluyendo el desarrollo de SbN.

La próxima vez que quiera ser la persona más interesante en una reunión, haga referencia a las altas temperaturas y diga «esta semana tuvimos 40 ºC… bajo la hojarasca». No es cuento, es una realidad, es ciencia.

Referencia: 
Blanco-Libreros, J, 2019, "MicroClimCARCOL: Microclimates under oil palm plantation, secondary riparian forest and pasture land covers in a Colombian Caribbean coastal-plain landscape (San Onofre, Sucre)", https://doi.org/10.7910/DVN/HV6MDH, Harvard Dataverse, V1.

Lecturas recomendadas:
Links de artículos recientes de la revista Science:
https://www.science.org/content/article/world-1-3%C2%B0c-or-1-5%C2%B0c-warmer-historical-ship-logs-hold-answers
https://www.science.org/content/article/el-ni-o-science-and-politics
https://www.science.org/content/article/amazon-river-may-altered-forever-climate-change

Nota:
Esta es la primera entrega de #SueloUdeA2030, una línea editorial que se publicará durante 2024 como estrategia de apropiación social del conocimiento en torno al suelo en el espacio universitario y urbano. Ésta vincula los tres ejes misionales —investigación, docencia y extensión— como parte de la estrategia #UdeASostenible para generar pedagogía y visibilidad del patrimonio natural de la Universidad. También es una contribución a la celebración del último año de la Década Internacional de los Suelos declarada por la Unión Internacional de Ciencias del Suelo y del Decenio de la Restauración de los Ecosistemas declarada por las Naciones Unidas. Con el apoyo de la División de Infraestructura Física y el Instituto de Biología.

 


Notas:

1. Este es el espacio de opinión del Portal Universitario, destinado a columnistas que voluntariamente expresan sus posturas sobre temáticas elegidas por ellos mismos. Las opiniones aquí expresadas pertenecen exclusivamente a los autores y no reflejan una opinión o posición institucional de la Universidad de Antioquia.

2. Si desea participar en este espacio, envíe sus opiniones y/o reflexiones sobre cualquier tema de actualidad al correo columnasdeopinion@udea.edu.co. Revise previamente los Lineamientos para la postulación de columnas de opinión. 

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