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Simón Bolívar, otra víctima de fake news

23/01/2019
Por: Luis Javier Castro Naranjo, médico, ginecólogo, profesor Titutar Facultad de Medicina UdeA

"...las falsas noticias, las verdades exageradas, las verdades a medias, el hervidero de rumores, las noticias falsas bien teñidas de veracidad, las habladurías, chismes, rencillas, los intereses creados, las aspiraciones políticas y burocráticas de tantos contemporáneos no permitieron que el libertador bajase tranquilo al sepulcro..."

El 17 de diciembre de 1830 fallece el libertador Simón Bolívar en la Quinta de San Pedro Alejandrino. Como homenaje a Gabriel García Márquez quien escribiera el General en su laberinto está fue la crónica de una muerte anunciada. Bolívar, quien solo contaba con 47 años llevaba varios padeciendo una enfermedad que lo fue debilitando lenta y paulatinamente.

Sus biógrafos coinciden en afirmar que el padre de la patria había perdido mucho peso, se había consumido poco a poco y en el momento de su muerte llamaba la atención por su baja estatura y extrema delgadez. Hasta Pablo Morillo su enemigo acérrimo quien tenía una idea de un Bolívar alto y corpulento se asombró al verlo en Santa Ana cuando se reunieron para firmar el acuerdo de paz que ambos respetarían hasta el final.

Al caraqueño todavía le quedaban muchas batallas por dar en la Nueva Granada, en Ecuador y Perú donde los propios naturales de estos países traicionaban con frecuencia al genio de América y era necesario que este realizara grandes travesías en su caballo para evitar el colapso de aquellas  repúblicas. Su sueño era verlas convertidas en una gran nación como quedó escrito para la posteridad en muchos documentos históricos incluida la Carta de  Jamaica.

Las noticias falsas conocidas ahora en las redes sociales como fake news existen desde la antigüedad y se dice que el libertador las utilizó en ocasiones para hacer creer a los españoles que poseía un gran ejército y que un gran número de hombres los iban a enfrentar militarmente lo que producía mucha incertidumbre en las huestes enemigas e incluso llevaba a la dispersión y la deserción de las tropas. Iguales cosas hacían los realistas.

Fueron muchas las personas que no estuvieron a la altura en estos tiempos de gloria y en lugar de luchar por una causa común crearon problemas y divisiones que afectaron la vida, la honra y la salud del libertador por la propagación de falsas noticias a través de libelos, pasquines, periódicos, sociedades fachada como la llamada sociedad filológica que se reunía en Bogotá para conspirar contra el libertador y que llegó a perpetrar la noche septembrina en el año de 1828.

De este grupo hicieron parte muchas personas entre civiles y militares pero se destacan entre ellos el poeta Luis Vargas Tejada y los abogados Florentino González y  Mariano Ospina Rodríguez celebre porque después sería presidente de Colombia en varias ocasiones y por ser fundador del partido conservador.

De Vargas Tejada quedan los siguientes versos que dicen mucho del odio que sentía por el libertador: “Si a Bolívar la letra con que empieza y aquella con que acaba le quitamos, oliva de la paz símbolo hallamos. Esto quiere decir que la cabeza al tirano y los pies cortar debemos, si es que una paz durable apetecemos”.

El genio de América logró sobrevivir al atentado gracias a la astucia de Manuelita Sáenz que lo hizo saltar por una ventana y al auxilio prestado por el sargento José María Meneses quien salvó la vida del libertador y quien insistió hasta su muerte a  edad avanzada en Carolina del Príncipe “salvo sí, sano no”, queriendo significar que el frío intenso de aquella noche contribuyó a menguar la maltrecha salud del padre de la patria.

El general Santander fue bautizado como el hombre de las leyes y nombrado como vicepresidente de la república por Bolívar. Fueron muy amigos inicialmente pero terminaron con grandes diferencias. Santander durante 9 años fue un gran soldado y en la campaña libertadora estuvo siempre a la vanguardia. Fue un animador permanente del cruce de los Andes, una difícil travesía, donde murieron por lo menos la mitad de los soldados y otros quedaron enfermos y en condiciones no aptas para el combate.

Sin embargo, las cosas no terminarían de la mejor manera entre los dos próceres en parte por tanto rumor y las relaciones que Pachito mantenía con personajes reconocidos enemigos de Bolívar y con los presidentes de los Estados Unidos Monroe y Adams, los embajadores norteamericanos como Anderson, el plenipotenciario, que llamaba a Santander como Míster President.

Hay hechos oscuros en la vida del general Santander, de José María Obando y José Hilario López. Estos últimos vinculados por los historiadores con la muerte de Antonio José de Sucre, hecho lamentable que produjo un gran pesar a Simón José Antonio de la Santísima trinidad.

Otros que estuvieron cerca del libertador como Rafael Urdaneta y José Antonio Páez no dejaban de producirle preocupaciones y dolores de cabeza. Iguales hechos sucedían en Ecuador y Perú donde la ambición de algunos llevaba a que se iniciarán guerras. Razón tenía el prócer para estar diciendo que sus enemigos manchaban su honra, pusieron en duda su gloria, lo trataron de tirano y de pretender establecer una monarquía en América.

En Pativilca (Perú)  tuvo una enfermedad de la cual se repuso por su afán de gloria y de libertar estos países del yugo de los españoles. Se cree que fue un tabardillo o fiebre tifoidea que lo puso bastante enfermo con fiebres altas, vómito, dolor abdominal, alucinaciones, delirio y en mal estado general. Otros dicen que era la tuberculosis que años más tarde sería la causa de su muerte.

Seguramente la mala alimentación, los climas malsanos,  el cruce de los Andes, las largas marchas a caballo durante miles de kilómetros durante más de 12 años hicieron mella en la salud del libertador y la tuberculosis que padecieron también don Vicente Bolívar,  doña Concepción Palacio y otros familiares contribuyeron a poner fin a los días de Bolívar.

Finalmente las falsas noticias, las verdades exageradas, las verdades a medias, el hervidero de rumores, las noticias falsas bien teñidas de veracidad, las habladurías, chismes, rencillas, los intereses creados, las aspiraciones políticas y burocráticas de tantos contemporáneos no permitieron que el libertador bajase tranquilo al sepulcro. Algo similar pasa ahora en la política colombiana y en el mundo entero donde al menos las campañas políticas se hacen con fake news.


Nota

Este es el espacio de opinión del Portal Universitario, destinado a columnistas que voluntariamente expresan sus posturas sobre temáticas elegidas por ellos mismos. Las opiniones aquí expresadas pertenecen exclusivamente a los autores y no reflejan una opinión o posición institucional de la Universidad de Antioquia.

 

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