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Oferta educativa UdeA ahora se articula a un aprendizaje a lo largo de la vida

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20/05/2024
Por: Redacción UdeA Noticias

Los diplomados, cursos, semilleros o preparatorios que la UdeA les ofrece a niños y adultos, tendrán una ambiciosa transformación que pone a la Universidad en la vanguardia de políticas educativas y articula estas experiencias a un aprendizaje a lo largo de toda la vida. Así avanza la implementación de una nueva normativa que, entre otros beneficios, permitirá la certificación de créditos, incorporar la oferta cursos de pregrado y posgrado, formar para el trabajo y otorgar insignias digitales. Son 8 las categorías de estos programas, a los que se sumará el potencial de la virtualidad. 

Las niñas y niños serán protagonistas de este paso que da la Universidad de Antioquia hacia consolidar su visión de ser la casa de todos. Foto: Dirección de Comunicaciones UdeA / Alejandra Uribe F. 

Los sábados y domingos; durante los días y noches de lunes a viernes; a través de la virtualidad o de manera presencial en sus aulas y espacios de enseñanza, desde hace varias décadas la Universidad de Antioquia les ha ofrecido tanto a niño y jóvenes como a adultos, cursos, diplomados, talleres, seminarios y semilleros, una oferta conocida hasta ahora como «educación continua» pero que, a partir del Acuerdo Superior 485 de agosto del 2023, está camino a convertirse en una «educación a lo largo de la vida».

¿Qué representará esto para un adulto, un niño o un joven que curse un diplomado o un seminario de la UdeA? La nueva normatividad permitirá la certificación de créditos, susceptibles de homologación en los programas de educación formal; la Alma Máter también podrá ofrecer cursos de pregrado y posgrado por educación a lo largo de la vida, por fuera de la programación del semestre; y podrán otorgarse microcredenciales e insignias digitales —un tipo de imagen con metadatos emitida por las instituciones para certificar habilidades y logros educativos que quien la obtiene puede publicar en sus redes y sitios web—.

Así, esas actividades formativas que no están sujetas a los niveles y grados establecidos en el Sistema Colombiano de Educación Formal, dejarán de ser experiencias educativas aisladas para una persona, para constituir una suerte de «historia clínica» de su aprendizaje en la UdeA. Se trata, precisamente, de «procesos de formación debidamente organizados por la Universidad con la intención de brindar oportunidades formativas a personas de todas las edades, niveles educativos y contextos sociales», explica el Acuerdo Superior 485. 

Esta transformación pone a la Universidad a la vanguardia, y la integra a los nuevos paradigmas y enfoques para las políticas educativas que vienen impulsando entidades internacionales. «Es un cambio que, con la experiencia, han venido fundamentando la Organización de las Naciones Unidas para la Cultura, las Ciencias y la Educación —Unesco—, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos —Ocde— y el Consejo de Europa», explicó David Hernández García, vicerrector de Extensión de la UdeA, dependencia que ha liderado la iniciativa y ha sido gestora de la articulación con la Vicerrectoría de Docencia y las unidades académicas y administrativas en su ruta de implementación.

Los programas en Educación a lo largo de toda la vida estarán soportados en ocho grandes categorías:

· Educación complementaria y exploración vocacional: dirigidos a niños, adolescentes y jóvenes, para fortalecer, complementar, reforzar y ampliar conocimientos de su educación básica y media.

· Educación continua: dirigidos a desarrollar, transformar, fortalecer o actualizar el perfil profesional.

· Educación para el trabajo y el desarrollo humano: complementan y actualizan conocimientos en aspectos laborales y académicos con certificados de aptitud ocupacional.

· Formación a la medida: ajustados a los requerimientos y necesidades de las organizaciones públicas o privadas, y a las comunidades que lo soliciten.

· Formación a través de canastas de créditos académicos: programas escogidos libremente por cada persona, que se articulan con los diferentes diseños curriculares, de pregrado y posgrado.

· Ruta de aprendizaje: una persona elige el proceso a recorrer para lograr un perfil deseado, con certificación de capacidades, competencias, habilidades y conocimientos específicos.

· Formación en el marco del Subsistema de Formación para el Trabajo: diseñados teniendo como referentes los catálogos sectoriales de cualificaciones, con certificado de formación.

· Educación para el crecimiento personal y social: enfocados en el desarrollo integral de las personas durante su ciclo de vida, incluyendo capacidades sociales, emocionales y éticas.


Una de las bases de la nueva normativa es que no hay edad para empezar y culminar un proceso formativo determinado. Foto: Dirección de Comunicaciones UdeA / Alejandra Uribe F. 

Una transformación que da sus primeros pasos


El «cambio de piel» de la hasta ahora educación continua hacia una «educación a lo largo de la vida» tuvo como primer hito la aprobación, en agosto del año pasado y por parte del Consejo Superior Universitario —CSU—, del Acuerdo Superior 485, que permitió la modificación del Estatuto Básico de Extensión de la Universidad en lo que tiene que ver con este tipo de oferta educativa. Posterior a ello, el pasado 10 de abril del 2024, el Consejo Académico reglamentó parcialmente lo dispuesto por el CSU. 

Por ahora, la corporación —integrada por los decanos, decanas y directores de las unidades académicas—, emitió el Acuerdo Académico 613, que establece la implementación, oferta, requisitos de ingreso, certificación y demás aspectos relacionados con los programas de Educación a lo largo de la vida para seis de las ocho principales categorías. 

«Nos quedan por reglamentar la Educación para el trabajo y el desarrollo humano y la Formación en el marco del Subsistema de Formación para el Trabajo, que tendrán una construcción normativa con apoyo de las unidades académicas y de los ministerios de Educación Nacional y del Trabajo», explicó Giovany Moreno Oliveros, encargado del proceso de educación a lo largo de la vida de la Vicerrectoría de Extensión de la UdeA, que señaló que toda esta transformación «es la forma de responder a la evolución de la extensión universitaria, que permite expandir las posibilidades educativas a las demandas de la sociedad».

Frente a las seis categorías ya reglamentadas, el Consejo Académico determinó que es la Vicerrectoría de Extensión, junto con las demás unidades académicas y administrativas, la encargada de promover y acompañar el desarrollo de la oferta de los programas de Educación a lo largo de la vida, hacer verificación y seguimiento a la publicación de ofertas y proponer acciones de mejora para su fortalecimiento. Así mismo, estableció los tipos de programas que comprenderán esa oferta: diplomados, cursos, semilleros y preparatorios, estos últimos de la Facultad de Artes. 

«Nos acogemos a nuevas miradas y nuevos modelos que entienden que no es obligatorio formarse en un periodo específico, porque la educación a lo largo de la vida no tiene un principio ni un fin, y si nuevos formatos y posibilidades», contó Gabriel Mario Vélez Salazar, decano de la Facultad de Artes de la UdeA.

Frente a la oferta de programas, el Consejo Académico también dispuso que las 24 facultades, escuelas, institutos y corporaciones de la UdeA podrán crear nuevas ofertas de Educación a lo largo de la vida en temas que se aborden desde sus áreas de conocimiento, y que cuando no se correspondan con tales áreas, deberán celebrar acuerdos con las unidades interesadas; mientras tanto, aquellos programas que surjan con temas comunes entre varias unidades académicas y administrativas, deberán ser ofrecidos con una perspectiva de interdisciplinariedad y transdisciplinariedad. 

La reglamentación hasta ahora adelantada por el Consejo Académico, también definió los requisitos para la creación de programas, cómo se debe hacer la oferta y registro, las formas en las que la Universidad debe actuar cuando alguno de estos programas sea ofrecido en alianza con una entidad externa; la fijación de tarifas, pagos y facturación, así como todo lo relacionado con los requisitos de ingreso y certificación. Aunque muchos de estos componentes ya venían funcionando en la institución, de acuerdo con Moreno Oliveros no se contaba «con una plataforma normativa para adaptarnos a las nuevas realidades sociales».

Esta transformación, sin embargo, abre rutas hacia modelos de aprendizaje que la Universidad todavía no había explorado. «Es una apertura a nuevos saberes y a otras formas de ver la Universidad, y aunque por algunos ya hemos caminado, somos primíparos en muchos, por lo que el aprendizaje será conjunto y de la mano de socios estratégicos con los que hemos compartido experiencias satisfactorias», dijo Jaime Alonso Usma Wilches, director de la Escuela de Idiomas de la UdeA.

En eso coincide el vicerrector Hernández García, quien señaló que la Universidad todavía es novata, por ejemplo, en la categoría de Formación a la medida, en la que, dijo, se empezarán a construir cursos en conjunto con las empresas. «También nos falta experiencia en Formación a través de canastas de créditos académicos, pero a través del avance en la disciplina, la Universidad podrá certificar créditos y homologar materias en programas de educación formal», precisó.

Estrechar el vínculo con la educación precedente es otro de los planteamientos de la UdeA con su educación a lo largo de la vida. Foto: Dirección de Comunicaciones UdeA / Alejandra Uribe F. 

La virtualidad, aliado clave en la transformación 
 

Hernández García también aseguró que este proceso no se quedará en un nivel conceptual y de categorización de los programas ofertados, por lo cual la institución ha iniciado un plan de inversión que, entre otras cosas, permita migrar muchos de los contenidos a la virtualidad. «De todo tenemos que aprender, y si alguna enseñanza nos dejó la pandemia por la covid-19 es que la virtualidad es una herramienta eficiente para democratizar el conocimiento», explicó. 

Precisamente, a esta transformación se suma la implementación de la plataforma Ude@ Aprendizaje para toda la vida. «Es una herramienta que ofrece cursos cortos autogestionables, diseñados para personas en cualquier lugar del mundo, y que deseen aprender a su propio ritmo», contó Moreno Oliveros.
 
Hernández García explicó que esta plataforma representa un hito en la transformación digital de la Universidad, gracias a la iniciativa gestada desde el Plan de Acción Institucional 2021-2024 y desarrollada entre las vicerrectorías de Extensión y Docencia, y la Dirección de Planeación y Desarrollo Institucional.

La plataforma ofrece cursos cortos de 16 horas que utilizan el software LMS Brightspace, reconocido a nivel mundial por ofrecer un entorno de aprendizaje accesible desde cualquier dispositivo. Su proceso de desarrollo fue realizado por un equipo interdisciplinario de asesores pedagógicos y guionistas instruccionales del programa Ude@ Educación virtual de la institución. 

La oferta actual de la plataforma Ude@ Aprendizaje para toda la vida incluye 16 cursos, entre ellos:

· Taller Mis primeros alimentos

· Introducción al cálculo de huellas ambientales y a la economía circular

· Gestión del conocimiento

· Mediación de conflictos escolares

· Ecosistema digital: introducción a la comunicación y el mercadeo digital

· Uso de las TIC en extensión rural

· ¿Cómo gestionar las emociones? 

· Vegetarianismo responsable e informado

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