Sociedad

Fotografía: cortesía Victoria Holguín. Causa Justa.

Con la despenalización el aborto hasta la semana 24 de gestación se abren nuevas perspectivas para que Colombia avance hacia una protección integral de los derechos sexuales y reproductivos de sus ciudadanos. Analistas de la Universidad de Antioquia y de otras organizaciones resaltan este hecho como una conquista de movimientos feministas de todo el país que reclamaron el derecho de cada mujer a decidir conscientemente sobre maternar.

Hasta este 21 de febrero, la interrupción voluntaria y legal del embarazo en Colombia solo se daba en tres circunstancias: cuando constituía un peligro para la vida de la mujer, cuando el feto tenía una malformación o cuando fuera derivado de un acto sexual no consentido. Con el fallo de la Corte Constitucional, que despenalizó el aborto, no solo cambia la historia de los derechos sexuales y reproductivos, sino que el país pasa a ser el de mayor plazo de aborto libre y sin penalización en América Latina.

Aunque aún no se conoce la sentencia, la Corte Constitucional emitió  el comunicado de prensa de 28 páginas en el que explica asuntos asociados a la decisión. «El plazo de 24 semanas en los que las mujeres pueden abortar de manera segura y atendida por las entidades promotoras de salud evidencia que la Corte Constitucional entendió las precariedades del sistema de salud. Los integrantes de la Corte entendieron que las solicitudes y trámites pueden tardar y que muchas mujeres viven en regiones muy apartadas, lo cual dificulta sus desplazamientos y acceso a lugares que puedan atenderlas», explicó María Cristina Gómez Isaza, abogada, investigadora y profesora de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia.

Fotografías: cortesía Victoria Holguín. Causa Justa.

Los reportes de la organización Women's Link Worldwide evidencian que el aborto clandestino es la cuarta causa de mortalidad materna en Colombia. «Estimaciones del Instituto Guttmacher, que investiga la salud sexual y reproductiva, indican que en este país se dan cerca de 400 000 abortos anuales con complicaciones en casi 100 000 casos, muchos de los cuales no acuden al sistema de salud. Paralelamente, el Ministerio de Salud reporta cerca de 70 muertes anuales por abortos en condiciones inseguras, pero hemos visto cómo por fuera de los conteos oficiales se registran muchos más casos», puntualizó Cristina Rosero Arteaga, asesora legal del movimiento Causa Justa y una de las autoras de la demanda que determinó el fallo.

Con esta decisión las entidades promotoras de salud del país están obligadas a asistir el proceso de aborto hasta la semana 24 a todas las mujeres que lo soliciten, sin necesidad de un certificado médico o una denuncia de abuso sexual. Además, el fallo exhorta al Gobierno nacional a garantizar que la sentencia se cumpla en el menor tiempo posible, con lo que aquellas personas que estaban presas por el delito de aborto, podrán ahora recobrar su libertad.

Además, Rosero Arteaga anotó que este logro permite que la conversación sobre los derechos sexuales y reproductivos «se lleve a términos más integrales, que no se agote en el aborto sino que se extiendan a toda la gama de servicios que el Estado debe proveer para que las personas tomen decisiones informadas: los anticonceptivos y la anticoncepción oral de emergencia», opinó la abogada.

Asimismo, Gómez Isaza explicó que desde la perspectiva social, la sentencia puede dividir a Colombia en pro y no abortistas de manera más radical que en 2006, cuando se emitió la sentencia C-355 que mantenía penalizado al aborto —con excepción de las tres causales mencionadas—. «Ahora, que justamente estamos en campaña electoral, uno de los temas cruciales en los debates de los candidatos oscilará entre el derecho de la mujer de decidir sobre su cuerpo y la defensa de la vida del que está por nacer», señaló la constitucionalista y enfatizó en que estamos ante un periodo de transformaciones culturales e institucionales fuertes.

Por la priorización de salud de la mujer

Fotografías: cortesía Victoria Holguín. Causa Justa.

Adicional a las implicaciones jurídicas y penales, desde el punto de vista médico, «un feto de 24 semanas de gestación no tiene posibilidades de vivir fuera del útero ya que no tiene un desarrollo total de órganos que necesita para poder vivir. Los fetos de esta edad gestacional son considerados no viables», especificó Sandra María Vélez Cuervo, ginecóloga y directora del grupo Nacer, Salud Sexual y Reproductiva de la Facultad de Medicina de la UdeA.

«Cada mujer debe tomar su decisión basada en sus anhelos, creencias y proyecciones. Pero el asunto va más allá, ya que el aborto es la punta del iceberg de un embarazo no deseado. Debemos prestar atención a los factores que se tienen de raíz: un sistema inequitativo en el que la dificultad en el acceso a asesorías de salud sexual y reproductiva y a métodos buenos de planificación familiar derivan en embarazos no deseados», indicó la investigadora.

El aborto, no obstante, no debe ser tomado como un método de anticoncepción, ya que la salud puede verse comprometida: «Conocemos historias sobre pacientes que han tenido infecciones o han estado cerca a la muerte por un aborto en condiciones inseguras. Muchas vienen de zonas desfavorecidas, han sido discriminadas desde el punto de vista social y económico, tienen escaso acceso a educación», aseveró la doctora Vélez Cuervo.

Fotografías: cortesía Victoria Holguín. Causa Justa.

Gómez Isaza, en relación al fallo de la Corte, señaló que se debe considerar qué pasa cuando un niño que viene al mundo no es deseado, cuáles son sus confrontaciones frente a la comprensión del otro y del mundo, cómo incide en su desarrollo el no sentirse a sí mismo aceptado: «Una parte de la niñez en Colombia está sometida al abandono, los abusos y los daños; a muchos los han esclavizado desde el trabajo y la economía, o los utilizan para sostener relaciones de pareja insostenibles. Traer al mundo a niños no deseados a continuar en una ruta de violencia y abuso es una espiral que no cesa».

Estas analistas destacan que el carácter histórico de este fallo está relacionado con el salto de un país en el que las mujeres han sido sometidas a decisiones arbitrarias sobre cómo manejar su cuerpo. En este caso se abre una posibilidad de decisión y control para cada una de ellas. En los reclamos por los derechos de las mujeres hay también una invitación a la revisión de las masculinidades y de las posibilidades de ejercer nuevas versiones de estas.