Opinión

En la búsqueda de tips para cuidar exámenes virtuales me he encontrado con diferentes herramientas para la supervisión de pruebas, ingresando la palabra “proctoring” en Google encontraremos infinidad de software, servicios, entre otros. Para exámenes en línea puede anexar “E-proctoring” o “online proctoring”, lastimosamente ninguno es gratis.

De forma intuitiva realizamos exámenes bajo plataformas disponibles como Moodle, Google forms e intentamos dar orden más aleatorio posible para que no se no hagan trampa. Considero que una de las preocupaciones más grandes de los profesores hoy en día son los parciales virtuales, perdimos el control, no conciliamos el sueño y gastamos largas horas pensando como los exámenes fluyen en pantallazos, fotos, correos y WhatsApp. Estamos desfalleciendo y resignándonos a que después de esta pandemia los bancos de preguntas serán tan amplios que no quedará pregunta sin respuesta, peor aún, creemos que no están aprendiendo.

Intentamos empíricamente evitar que no crezcan tan rápidamente los bancos de preguntas o que al menos el alumno no pase la mayor parte del tiempo recolectándolas durante su examen. Tener la cámara prendida durante toda la sesión puede causar un efecto de vigilancia en el alumno, pero no es la real solución, otra es no anexar las respuestas a los formularios antes de ejecutarlos ya que ellos pueden rastrear las respuestas, póngalas después de presentado el examen. No obstante, es imposible vigilar al alumno en la pandemia.

La reconstrucción de exámenes de admisión parece ser un reto para los estudiantes, algunos con objetivos de estudio y otra gran mayoría para aumentar la posibilidad de pasar a las instituciones, los preuniversitarios se enfocan en sistematizar las formas de responder (técnicas del descarte). Al parecer la evaluación en nuestro medio tiene más peso la calificación (nota) y no la de valorar la comprensión de los saberes propios. Es un problema educativo que nos incumbe a los docentes y que solo nosotros lo podemos cambiar.

En discusiones entre docentes o cursos pedagógicos siempre hablamos que el estudiante debe ser gestor de su propio conocimiento, adquirir la madurez y la ética de autoevaluarse y ser consciente de lo que sabe y no sabe. ¡Bueno, pues ese momento ha llegado! Los docentes deberíamos estar más dedicados a hablar con nuestros alumnos acerca de la responsabilidad que tienen ahora en sus manos, darles los criterios para autoevaluarse, es momento de hablar con ellos de frente con cámara prendida y hacer pactos verbales, retomar de nuevo el compromiso y el valor de la palabra, invitarlos a reflexionar acerca de la importancia del aprendizaje y no de la nota.

Los profesores perdimos el control y ya no podemos vigilarlos, ellos están solos el día del examen, debemos abandonar el estrés de vigilar y permitir que nuestros alumnos crezcan como adultos responsables de su conocimiento, enfatizar en la honestidad, la autorregulación y ser éticos con sus acciones hasta lograr el sueño en que los exámenes estarán disponibles para cuando él se sienta preparado. Esto podría ser un buen comienzo hacia otros tipos de aprendizajes.

Notas:

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