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Luis Alberto Ríos ganador del premio a la Investigación Universidad de Antioquia Primera Categoría 2021.

En el marco de la celebración del Día Clásico por los 218 años de la Universidad de Antioquia, el profesor Luis Alberto Ríos recibirá el Premio a la Investigación en Primera Categoría por la formulación de un proyecto que, además de capturar contaminantes, los transforma en biocombustible de manera rentable. 

El equipo de trabajo de Ríos, conformado por los aspirantes a doctores en Ingeniería Ambiental de la Alma Máter, David Ocampo y Elkin Andrés Gómez, estableció una alianza estratégica con la empresa Cementos Argos S.A. y planteó un plan marco denominado: Captura y valoración del CO2 emitido por la industria cementera.  

Dicho plan estableció tres etapas así: Producción de biohidrocarburos líquidos a partir de algas; Captación de CO2 de la industria para la producción de biocombustibles; y Evaluación de la producción en continuo de biocombustibles a partir de microalgas con alta captura de CO2.

Las dos primeras etapas ya fueron ejecutadas con el apoyo de la Corporación Ruta N. El Consejo Académico de la Universidad de Antioquia, eligió la segunda etapa de esta plan marco —Captación de CO2 de la industria para la producción de biocombustibles—, como la ganadora del premio a la investigación profesoral que se entrega este viernes 8 de octubre. 

Para los investigadores de la UdeA y Cementos Argos S.A., que responsabilizó de su trabajo al ingeniero Gabriel Vargas, era fundamental plantear una solución para los altos niveles de contaminación que produce el dióxido de carbono —CO2— resultante de la producción cementera. «La empresa había adelantado previamente con la Universidad Eafit, en cabeza del profesor Alex Saez, una investigación que dejaba claro que las microalgas producidas en laboratorio capturaban CO2 y ahí entramos nosotros para proponer un modelo productivo», expuso el profesor Luis Alberto Ríos. 

En la primera parte del proyecto, los investigadores de la Universidad de Antioquia, propusieron una tecnología en la cual las microalgas eran sometidas a alta presión y temperatura y mezcladas con solventes específicos, emulando el proceso de producción de crudo de petróleo que se generó en la tierra.    

En un ambiente simulado de laboratorio se logró un biocombustible con buenas propiedades térmicas que se pudo usar en una caldera piloto. Sin embargo, cuando se hicieron los análisis económicos, el proyecto no era rentable. Por eso en la segunda fase, ganadora del premio, se optimizó la producción del biocrudo sintético y se llevó el proceso al campo industrial en la planta de Argos ubicada en la ciudad de Cartagena.

De acuerdo con lo expresado por el Consejo Académico de la Alma Máter, «es un proyecto que merece la distinción por lograr un impacto amplio en investigación gracias a la calidad de sus publicaciones y procesos de investigación formativa, por su relacionamiento con el sector productivo y la construcción de alianzas; y por sus impactos sociales dada su capacidad de llevar la investigación a desarrollos tecnológicos en la producción de biocombustibles».

«El impacto social de este proyecto es muy importante, porque no solo captura un contaminante que determina el calentamiento global, sino que sustituye combustibles fósiles por biocombustibles», Luis Alberto Ríos.

El profesor Luis Alberto Ríos —centro— y su equipo de trabajo, los aspirantes a doctores en Ingeniería Ambiental David Ocampo —izquierda— y Elkin Gómez —derecha—. 

Viabilidad económica

«Hicimos las cosas como se deben hacer, cuando se quiere que la investigación pase del papel a lo real», dijo el profesor Ríos al referirse a la construcción de un modelo económico computacional que daba las directrices al proyecto para que fuera viable.   

Con la asesoría del profesor Javier Rodríguez González, quien murió a principios del año como consecuencia de complicaciones por la Covid-19, «se construyó un modelo técnico financiero confidencial que nos permitió identificar las variaciones que teníamos que hacer al proceso inicial para convertirlo en un proyecto de producción rentable», anotó el investigador David Ocampo. 

A partir del análisis técnico financiero se logró optimizar el biocrudo y su conversión en combustibles de alto valor agregado como el diesel y la gasolina que se pueden comercializar cumpliendo con la normatividad vigente, explicó Ríos. 

«Esto quiere decir que capturar CO2 con las microalgas, hacer la licuefacción de este material orgánico y convertir el biocrudo en combustibles tipo diesel y gasolina, puede generar una nueva línea de negocio», argumentó Elkin Andrés Gómez. 

En la tercera etapa del proyecto, que está en ejecución, se evalúa la producción en continuo de los biocombustibles con la ayuda de un reactor piloto que quedará instalado en la sede de Cementos Argos S.A., de la Universidad Eafit.

Para finalizar, los investigadores confirmaron que con el apoyo del Ministerio de Ciencia Tecnología e Investigación y Ecopetrol, y la participación de las universidades de Antioquia y Eafit, se viene una evaluación precomercial del biocombustible. «En este punto Ecopetrol nos dirá que hace falta para perfeccionar el producto y encontrar un modelo de negocio», concluyó David Ocampo.  

Perfil del galardonado

Luego de ser docente de cátedra y provisional, Luis Alberto Ríos está vinculado como profesor titular desde 1998 con la Alma Máter. Además, dirige el grupo de investigación Procesos Químicos Industriales, adscrito a la Facultad de Ingeniería. 

Su formación incluye el pregrado en Ingeniería Química y la maestría en Ciencias Químicas de la Universidad de Antioquia y un doctorado en Ciencias Naturales de la Universidad RWTH de Alemania.

Prueba en caldera del biocrudo de licuefacción hidrotérmica de microalgas.