Z7_89C21A40L06460A6P4572G3304
Clic aquí para ir a la página gov.co
Emisora UdeA
Z7_89C21A40L06460A6P4572G3305

Opinión

Z7_89C21A40L06460A6P4572G3307
UdeA Noticias
Z7_89C21A40L06460A6P4572G3386
Opinión

Retos de la Facultad de Ingeniería para el plan decenal

20/04/2016
Por: John Freddy Duitama Muñoz, profesor Facultad de Ingeniería UdeA

El profesor John Fredy Duitama propone cambios sustanciales en la Facultad de Ingeniería no sólo en el aspecto académico sino administrativo y estructural a fin de que se incorporen al plan decenal que próximamente presentará la Universidad.
 

En un artículo anterior escribía sobre los retos en la formación de los ingenieros. Dado que en los próximos meses se definirá el nuevo plan decenal de la Universidad, vale la pena reflexionar de nuevo sobre el tema.

En lo últimos 20 años en la Facultad de Ingeniería no hemos realizado semestres de 16 semanas, febrero-mayo, agosto-noviembre, como ocurre en el resto de universidades. La irregularidad en el funcionamiento, además de lo que significa para los jóvenes que ven pasar el tiempo de manera improductiva, tiene un impacto enorme en la imagen que proyectamos a la sociedad.

Este debe ser el primer reto con el que todos nos deberíamos comprometer; realizar sin falta dos semestres por año. El claustro de profesores de Ingeniería hizo una propuesta de suspender clases todos los lunes de 2:00 a 6:00 p.m., para que este espacio sea dedicado a labores de todo tipo por los estudiantes y profesores; pero con el compromiso de no suspender bajo ninguna circunstancia clases, ni actividades académicas el resto de la semana.  

La Facultad de Ingeniería, como otras facultades de la Universidad, surgió como una unidad académica dedicada a los pregrados. Aunque se ha planteado que por su tamaño y dinámica la Facultad debe modernizar su esquema de funcionamiento para lograr una mayor autonomía y un esquema de gobierno acorde con las nuevas realidades, pocos avances se han logrado.

La Escuela Ambiental y la Escuela de Eléctrica, Electrónica, Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (EETTI), aunque aprobadas por el Consejo Superior, no son una realidad administrativa todavía. Incluso, otras escuelas son necesarias. Una meta inaplazable del nuevo plan de desarrollo debe ser materializar la organización por escuelas, pero adicionalmente implantar un esquema administrativo que separe la dirección académica —ejercida por académicos— de las labores de administración de la academia —que requiere un equipo de funcionarios especializados en esta labor—. Hay que superar la rutina de jefes dedicados a labores de mensajería y resolviendo trámites de oficina en oficina.

Requerimos directores de escuela o jefes de programas dedicados exclusivamente a la dirección académica de los pregrados, de los posgrados, orientando la investigación; es decir, concentrados en las labores misionales que les corresponden.  

El otro gran reto del plan decenal que se diseña y que involucra la enseñanza de la ingeniería es el de cubrir el déficit de ingenieros que tiene la industria; según datos del Ministerio de TIC, en Colombia se requerirán 93.000 ingenieros de TIC para 2018, en contraste con los 5.000 que se gradúan por año.  La creación, adecuación o cambios de programas debe ser una labor permanente, acorde con las necesidades del país y con los desarrollos de la ingeniería. La base del trabajo académico no pueden ser los departamentos —figura que lleva implícito un componente de inmovilismo— sino las áreas de conocimiento de la ingeniería en constante evolución. Hoy se requieren profesionales en bioinformática, biomateriales, científicos de datos, ingeniería urbana, logística, que deberíamos empezar a formar en el corto plazo.   

El nuevo plan decenal no puede pasar por alto la baja calidad en la enseñanza y la alta deserción; según el Spadies (Sistema para la prevención de la deserción de la educación superior), en el quinto semestre de los programas de ingeniería la deserción acumulada supera el 42%.

Deberíamos, como lo hace la Universidad Nacional, establecer unos cursos de matemáticas cero para aquellos aspirantes que, aunque admitidos, tienen vacíos de formación. Reforzar los programas de monitoreo y tutoría a los estudiantes de primeros semestres con dificultades en su rendimiento. Hacer mayor seguimiento de cerca a la didáctica y pedagogía empleada en los cursos básicos.  Diseñar cursos masivos magistrales en matemática y física, con profesores altamente calificados, acompañados de plataformas virtuales y monitores y auxiliares presenciales que apoyen el aprendizaje.

Desde hace algún tiempo se habla de construir una sede para la Facultad por fuera de ciudad universitaria. Además de las bondades que tiene esta iniciativa para disminuir el hacinamiento en el campus, hay que mirarla como un reto que va más allá de diseñar un nuevo edificio. Es la oportunidad para debatir a fondo el modelo de enseñanza de la ingeniería y el tipo de ingeniero que deseamos formar. Ingenieros con una formación sólida en matemáticas, física y química aplicadas. Ingenieros con formación bilingüe, con habilidades en gestión y dirección de proyectos y con elevadas destrezas en el manejo de herramientas computacionales avanzadas. Ingenieros con actitud innovadora y emprendedora.

Para ello, la Facultad debe tomar el control de la enseñanza de los cursos básicos de matemáticas y física, debe ampliar y concretar la idea de los laboratorios basados en simulación y herramientas computacionales avanzadas. Debe contar en sus instalaciones con espacios para la experimentación, la creación de prototipos y la incubación de empresas. Incluso, debe abrir espacios para la llegada de empresas que quieran desarrollar labores con nosotros en el marco de la misión que tenemos. Todo esto sin olvidar la formación humanista y en valores éticos, el conocimiento de la historia y del impacto de la ingeniería y la tecnología en la sociedad y el respeto por el desarrollo sostenible que el planeta requiere.

El nuevo plan se debe plantear como meta la descentralización administrativa. Requerimos una facultad, que en el marco normativo de la UdeA ejerza una mayor autonomía presupuestal y académica. Una facultad que se constituya en un verdadero instituto tecnológico que irradie en la región su saber y que sus egresados sean reconocidos por su liderazgo y capacidad de transformar la región. Así como la Facultad de Minas marcó la historia de este país en la primera mitad del siglo pasado, este debería ser el siglo de nuestra facultad.

Hay unas fortalezas que no hemos dimensionado suficientemente.Gracias a que el proceso de renovación generacional en la Facultad casi ha culminado, contamos con nuevos profesores, la mayoría de ellos con estudios avanzados y que llegan de su experiencia en el extranjero; lo que se constituye en un activo para nada despreciable. Lo anterior, sumado al acumulado de grupos de investigación y de investigadores clasificados en las más altas categorías de Colciencias. Queda el reto de asumirse y actuar como comunidad académica, multiplicando las sinergias, incentivando la labor en equipo ylas agendas colectivas, que nos permitan construir una identidad propia y multiplicar de esta manera el impacto que podemos tener en la sociedad. 


Nota

Este es el espacio de opinión del Portal Universitario, destinado a columnistas que voluntariamente expresan sus posturas sobre temáticas elegidas por ellos mismos.  Las opiniones aquí expresadas pertenecen exclusivamente a los autores y no reflejan una opinión o posición institucional de la Universidad de Antioquia.

 

Z7_89C21A40L06460A6P4572G3385
Z7_89C21A40L06460A6P4572G3387
Correo del contacto
[57+4] 219 55 02
Z7_89C21A40L06460A6P4572G33O4
Z7_89C21A40L06460A6P4572G33O6
Lo más popular
Z7_89C21A40L06460A6P4572G3340