El tiempo y la entropía
El tiempo y la entropía
«... Jamás podremos vencer al tiempo, ya que empuña un arma denominada entropía. Los físicos llaman entropía a la tendencia del universo hacia el desorden y es la responsable de la irreversibilidad de algunos procesos naturales como el envejecimiento y la muerte...»
Algunos modelos cosmológicos vigentes vaticinan una muerte aburrida para el universo. Todo lo que existe será convertido en radiación y partículas. Ni siquiera los agujeros negros sobrevivirán, ya que que serán evaporados dentro de muchísimo tiempo. Asimismo, no habrán estrellas ni planetas dentro de trillones de años. Uno a uno, cada puntito en el firmamento se apagará y solo dominarán la oscuridad y el frío. El universo perderá su dinamismo y no ocurrirá nada interesante a partir de cierto momento.
Me puse a reflexionar sobre el tema y llegué a las siguientes conclusiones: El tiempo será el vencedor. Nadie escapará de los arroyos del tiempo. Todo será condenado al olvido: Todo monumento que hayamos construido, toda tecnología humana, todo modelo científico, creencia religiosa y postura filosófica será borrada por la mano del tiempo. Nosotros mismos también seremos disipados.
Algunos dirán que en un futuro lejano seremos capaces de viajar a cualquier lugar del universo para huir del fantasma de la extinción. Tal vez sobrevivamos de esta forma por milenios. La idea me gusta y me parece razonable. No obstante, a menos que inventemos una manera de explorar universos paralelos (si se llegase a descubrir alguno), tarde o temprano nos convertiremos en radiación y partículas.
Ante esto, pienso que toda pelea entre la religión, política, filosofía y la ciencia es absurda. En trillones de años nadie hablará de Buda, Kant ni de Newton. ¡Que vanidosos nos volvemos cuando queremos imponer nuestras ideas, si al final seremos vencidos por el tiempo!. Nuestra arrogancia será derrumbada por un elemental principio de la termodinámica.
Entonces, si las discusiones políticas, o el desarrollo de teorías científicas o ideas espirituales son absurdas ante la vastedad del tiempo, ¿no deberían efectuarse? Creo que estas cosas dan sentido a nuestra existencia y facilitan nuestra vida, así que las seguiremos practicando. Son asuntos importantes para la civilización humana.
Jamás podremos vencer al tiempo, ya que empuña un arma denominada entropía. Los físicos llaman entropía a la tendencia del universo hacia el desorden y es la responsable de la irreversibilidad de algunos procesos naturales como el envejecimiento y la muerte.
En la naturaleza, la entropía se manifiesta por ejemplo en la transferencia de calor de un cuerpo caliente a uno más frío y no al revés. Si yo tengo un vaso de café y este cae al suelo, obviamente se romperá en múltiples pedazos y perderé mi preciado líquido. Empero, jamás ocurrirá de manera espontánea que los fragmentos se levanten del suelo y que el líquido vuelva a ellos para formar un vaso indemne. Es decir, que hay una sola dirección en los fenómenos del universo. El tiempo no es la excepción.
Cuando el universo alcance su máxima entropía, morirá. Cuando mi cuerpo se rinda ante la entropía, morirá. El orden que hay en mis tejidos se desvanece gradualmente hacia un estado de máxima entropía. La diferencia entre la muerte del universo y la mía, es que el universo seguirá existiendo, aunque de una manera diferente. Será una existencia monótona sin transmutaciones, por eso se le considerará muerto. Pero seguirá siendo el universo.
Cuando yo muera, mis moléculas se incorporarán a la naturaleza. Seré el abono para las plantas del cementerio y es posible que parte de mi carbono se integre a la atmósfera y sea respirado por otros animales. Es probable que conforme a las hojas de un árbol o este contenido en el pelo de un gato. Pero el sistema dinámico que alguna vez fue Joan y que tuvo conciencia de que Joan es Joan desaparecerá algún día y no habrá rastro de él.
Cuando pensé en dichas ideas me aterroricé.. ¡Me dirijo hacia la nada, voy a esfumarme algún día!. Tuve una crisis existencial porque no soy creyente. Los creyentes se aferran a lugares etéreos como el cielo donde se prolonga su existencia. No los culpo: la idea del No—Ser puede ser horripilante, pero no quiero aferrarme a mundos que considero imaginarios. ¿Cómo lidiar con esa sensación de ser arrojado hacia la nada, como pececillo en un río caudaloso?
Creo que es inútil nadar contracorriente. Es sensato dejarse llevar por los torrentes que inexorablemente nos conducirán a la nada. Disfrutemos del corto viaje. Disfrutemos del paisaje y de nuestros compañeros de afluente. No nos amarguemos por el final del trayecto ni por los caprichos de la entropía. Así que rindámonos con alegría ante el tiempo.
Notas
1. Este es el espacio de opinión del Portal Universitario, destinado a columnistas que voluntariamente expresan sus posturas sobre temáticas elegidas por ellos mismos. Las opiniones aquí expresadas pertenecen exclusivamente a los autores y no reflejan una opinión o posición institucional de la Universidad de Antioquia.
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