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Academia Ciencia

El equilibrio de la diversidad está en riesgo por el cambio climático

13/06/2024
Por: Carlos Olimpo Restrepo S. - Periodista

Colombia es el segundo país del planeta con el mayor número de especies y cuenta con ecosistemas muy variados que los sostienen. Pero la deforestación y otras acciones humanas que destruyen los hábitats, la sobre explotación y otras amenazas tienen en riesgo esta riqueza natural y ponen en peligro la existencia de muchos seres vivos. El cambio climático es otro peligro, cada vez más creciente, y esa relación clima-biodiversidad será uno de los ejes de las conversaciones y negociaciones en la COP 16 —sobre el Convenio de Diversidad Biológica— que se hará en Cali del 21 de octubre al 1 de noviembre próximos. 

Algunas acciones humanas contribuyen a la disminución de la diversidad biológica. En la imagen, deforestación cerca de las costas en el municipio de San Onofre, Sucre. Foto: cortesía Juan Felipe Blanco.

Los guamos recuerdan genéticamente que vienen de la planicie amazónica y por eso se adaptan más fácil al calor que los robles, que llegaron hace cientos de miles de años a Colombia y debieron subir los Andes para encontrar temperaturas favorables. El ocelote puede vivir en selvas tropicales o bosques húmedos elevados, mientras el tigrillo lanudo necesita los bosques y las planicies altoandinas para subsistir. El manglar, por lo general, está limitado a las zonas tropicales, pero también se registran especies en áreas subtropicales —cerca de las líneas de los trópicos de Cáncer, al norte, y de Capricornio, al sur, del planeta—, pero los corales de arrecife o pétreos, también del trópico, no se ven en otras zonas marinas, aunque corales diferentes se adaptan a aguas profundas y superficiales sin mayor problema. 

Estas son muestras de cómo el cambio climático, que avanza de forma acelerada desde hace unos 200 años, afecta la vida en la Tierra, y en especial en los trópicos. En Colombia, que está ubicado cerca del eje ecuatorial tropical del Caribe están registradas 79 831 especies, según cifras de 2022 del Sistema de Información sobre Biodiversidad, lo que lo convierte en el segundo país del planeta con mayor variedad de especies. 

«Tenemos tres crisis ambientales principales: la climática, la de biodiversidad y la de contaminación, que están interrelacionadas. La primera es la que recibe mayor atención y la segunda menos, pero debemos entender que no podemos enfrentar la una sin la otra porque cuando hablamos del clima a nivel planetario hablamos de una interacción entre la atmósfera y los organismos vivos», aseguró Cristina López Gallego, investigadora y docente del Instituto de Biología de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UdeA. 

La investigadora López Gallego destacó que esto es agravado por acciones humanas como «la tala de bosques para extender la frontera agropecuaria y otras razones, lo que tambien genera una mayor emisión de metano y una disminución de la absorción del dióxido de carbono, que contribuye al efecto invernadero, que causa el calentamiento global. Esto hace que haya más incendios forestales y más pérdida de biodiversidad, lo cual intensifica el cambio climático. Como se ve, todo está relacionado». 

 

Presión por eventos extremos 
 


Algunas especies, como las zamias —en primer plano—, son muy vulnerables al cambio climático y a las presiones sobre sus ecosistemas. Foto: cortesía Cristina López Gallego.

En este sentido, Juan Camilo Villegas, coordinador del pregrado en Ingeniería Ambiental de la Facultad de Ingeniería de la UdeA, recalcó que «una de las principales amenazas de la biodiversidad es el cambio climático y una de las principales manifestaciones del cambio climático es el incremento de las temperaturas, acompañadas de eventos extremos, como oleadas de calor o sequías, temporadas de muchas lluvias e incendios forestales. Esta es la manifestación visible para todos los seres vivos del planeta». 

El investigador recordó que desde el cuarto reporte del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático —IPCC—, presentado en 2007, se habla del impacto del cambio climático sobre la biodiversidad y de tres opciones que tienen los seres vivos ante este. 

«Hay especies a las que no les pasa nada, porque tienen un rango de distribución muy amplio. Un evento que las afecta —mata o perturba su población— probablemente no ocurra en todas las zonas del planeta donde viven, pueden presentarse afectaciones locales, pero se mantendrán vivas y bien en otras regiones. Estas son muy pocas y es algo muy extraño», explicó. 

Otra opción es la aclimatación. «En el mediano plazo, con el aumento gradual de temperatura, hay especies cuya historia evolutiva les permite desarrollar mecanismos para crecer y reproducirse, para mantener niveles estables de población, que tienen alternativas de funcionamiento». 

Y la tercera alternativa es la extinción, cuando la especie no es amplia y cuenta con poca o nula capacidad de aclimatación. «Las especies muy especializadas o que están en distribuciones geográficas muy restringidas, características del endemismo, tienen muy poca posibilidad de responder rápido ante una perturbación climática, porque no tienen tiempo para desatar mecanismos como aclimatarse o migrar. Y los Andes colombianos son zonas de muy alto endemismo», advirtió Villegas. 

Juan Felipe Blanco, profesor e investigador del Instituto de Biología de la UdeA, señaló otro aspecto importante en la discusión global sobre la conservación y la restauración de la biodiversidad. «Algunos países están favorecidos porque tienen cientos de especies por ecosistemas o miles de especies por regiones, y en este sentido Colombia es privilegiada: tiene los primeros lugares o sobresale en grupos taxonómicos como orquídeas, peces de agua dulce, aves, palmas, murciélagos, entre otros».  

El docente agregó que «estas especies prosperan en ecosistemas que albergan más biodiversidad, como las selvas húmedas tropicales, los manglares, las áreas submarinas, los bosques andinos, los páramos, los glaciares y los desiertos, en los cuales Colombia también es favorecida».  

Pero, sostuvo Blanco, «las preguntas que nos debemos hacer son ¿qué pasa con los grupos o los ecosistemas que no son tan ricos o poco carismáticos?, ¿cómo entran en la ecuación de la conservación y restauración? ¿Si no tienen tantas especies, entonces no importa que se degraden?». 

Por eso, consideró Cristina López Gallego, hay que buscar las medidas más adecuadas para reducir los riesgos de extinción y degradación de las especies y los ecosistemas, no solo para frenar la pérdida de biodiversidad, sino también para contribuir a la mitigación y adaptación al cambio climático. «Podemos encontrar soluciones que hagan sinergias para aportar a solucionar la crisis de biodiversidad y del clima de manera simultánea. La idea de sembrar árboles es algo positivo para la mayoría de las personas, porque ese es un aspecto muy visible de la restauración de ecosistemas. Pero no puede ser cualquier árbol en cualquier sitio», afirmó.  

«Las soluciones para estas crisis, la climática y la de la diversidad, tienen que ser conjuntas. Y encontramos una gran iniciativa, que son las soluciones basadas en la naturaleza, para trabajar con ella, no contra ella, aunque no son las más rápidas y visibles, como algunas obras de infraestructura». Cristina López Gallego, investigadora del Instituto de Biología de la UdeA. 


Así será la COP de Cali 
 

La Conferencia de las Partes —COP16— del Convenio sobre la Diversidad Biológica reunirá dirigentes de 196 países, así como a investigadores, académicos y activistas ambientales, para analizar los avances en los compromisos adquiridos por los gobiernos en las reuniones anteriores. 

Las COP son reuniones de alto nivel convocadas por la Organización de las Naciones Unidas —ONU—, en las cuales se toman decisiones que implican el compromiso de los gobiernos con unas metas sobre el tema. Las partes son los Estados que suscribieron el convenio o tratado al que hace referencia la COP y lo adoptan, de manera gradual, según sus legislaciones internas y van a las conferencias con el reporte de sus avances en los objetivos que adquirieron. En ellas también participan organizaciones internacionales y actores no estatales. Existen COP de Cambio Climático y de Biodiversidad. 

La conservación de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, atender desafíos como la crisis climática, la pérdida de hábitats naturales y la sobreexplotación de recursos naturales serán los temas generales de este foro global, cuya primera reunión se realizó en Río de Janeiro, Brasil, en 1992, y la de Cali es la primea tras la adopción del Marco Global de Biodiversidad, que se logró en diciembre de 2022 en Montreal, Canadá. 

En el encuentro se analizarán los pasos dados por los Estados parte del Convenio de la Diversidad Biológica, en cuáles hay avances o a cuáles darles mayor impulso, para cumplir con las metas internacionales fijadas para 2030. 

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