Efigenia, el impulso del Museo Abierto UdeA
Efigenia, el impulso del Museo Abierto UdeA
Los campus de la UdeA exponen huellas diversas del arte. Gran parte de ellas son, a la vez, testimonio de la gestión que durante 25 años ha realizado Efigenia Castro Quiceno para congregar a artistas, investigadores, directivos y empresarios en torno a un fin común: consolidar el gran Museo Abierto de la UdeA. Por ello, durante el Día Clásico 2024, la institución reconoce el «aporte especial» que Efigenia le ha entregado a la Alma Máter y que ha sido clave para que hoy tenga la más rica colección al aire libre de una universidad en el país.
Foto: Alejandra Uribe Fernández/ Dirección de Comunicaciones.
Cuando Efigenia Castro se enteró de que el maestro Horacio Longas había construido un mural para la Feria Mundial del Café de 1943, y que esa obra estaba perdida en algún lugar de la Federación Nacional de Cafeteros, emprendió su rescate. Jorge Cárdenas Gutiérrez, egresado de la UdeA y entonces gerente de esa entidad, le había dicho que si lo encontraba se lo donaría a su Alma Máter. Casi nadie sabía en ese momento de la existencia de tal mural y, después de dos meses de búsqueda en bodegas y con la ayuda de personas de la Federación, aparecieron los guacales con las baldosas marcadas y numeradas.
El material encontrado fue entonces restaurado e instalado por un equipo que encabezaron, en 1999, la arquitecta Clemencia Wolff Idárraga y expertos de la empresa Locería Colombiana. Aquella fue una noticia positiva para la Universidad de Antioquia, luego de varios meses de estar cerrada y de enfrentar una difícil situación. Hoy la Epopeya del café, el mural cerámico más grande que se conoce en Colombia —3610 baldosines en 11 módulos de 2.85 m2 cada uno—, pervive en el costado lateral del Teatro Universitario y constituye un punto de encuentro y referencia para los habitantes de la Ciudad Universitaria.
«Si uno habla con el artista, hace las gestiones con la capacidad instalada de la Universidad y busca a la empresa privada, aparece un camino, y con él, la manera de hacer las cosas. 生き甲斐 —ikiɡai— es una palabra japonesa relacionada con el sentido de la vida que reúne mi razón de ser en esta Universidad: el Museo Abierto», afirmó Castro Quiceno, cuya gestión se materializa en las 87 obras de 37 artistas que hoy se aprecian en todos los campus, como parte del Museo Abierto de la UdeA.
Efigenia nació en Medellín. Es hija de Jorge y Adiela y tiene 11 hermanos. Aunque su infancia transcurrió en esta ciudad, recuerda fielmente que todas sus vacaciones hasta los 16 años fueron en la finca cafetera de sus abuelos maternos en Salgar, espacio en el que aprendió todo sobre el procesamiento de la pasilla y los granos de café. Recuerda a su padre como un gran lector, fiel oyente de la Emisora Cultural UdeA; y a su madre como una emprendedora, de la que heredó su pasión por el diseño y la moda. Tiene dos hijos —Juliana y José— que han sido sus coequiperos. Estudió odontología social en la Facultad de Odontología, donde trabajó en la Clínica de Urgencias, hasta 1996, cuando se unió al equipo que organizó la edición de ese año de Expouniversidad.
Luego estuvo varios años en la administración del Edificio de San Ignacio y, posteriormente, llegó el Museo Abierto, proyecto profesional y de vida que ha acompañado hasta hoy. Nunca ha dejado de nutrir su conocimiento, por lo que estudió Gestión Cultural con una beca en la Universidad de Barcelona y Diseño Textil y de Moda en la Institución Universitaria Pascual Bravo. Posteriormente, se especializó en Asesoría de Imagen y personal shopper en la Colegiatura. Además, después de jubilarse, estudió también Diseño de Modas.
«El Museo Abierto es un proyecto colectivo en el que convergen la Vicerrectoría de Extensión y la División de Infraestructura. Es la más grande colección al aire libre custodiada en campus universitarios de Colombia. Es una co-creacion de Alberto Uribe —exrector de la UdeA— y yo, que hoy congrega 87 obras de 37 artistas. La resolución que formalizó el programa es de 1999, sin embargo, antes de eso se erigieron algunas obras que lo integran; desde las réplicas de los Monolitos de San Agustín (1952), hasta los murales de Pedro Nel Gómez y las esculturas de Rodrigo Arenas Betancur que vieron nacer el Campus Medellín en 1968», indicó Castro Quiceno.
En la actualidad, en el Museo Abierto convergen también la Facultad de Artes y la Facultad de Ingeniería, a través del Centro de Investigación, Innovación y Desarrollo de Materiales —Cidemat—, que aporta el diagnóstico del estado de las esculturas, estudios claves para definir los mecanismos de limpieza y mantenimiento.
Algunas obras del Museo Abierto son conmemorativas, como el busto Alberto Vasco Uribe (2001) de Socorro Millán, que reside en el patio posterior de la Facultad Nacional de Salud Pública; otras son piezas de arte como Oriente (2012), de Hugo Zapata Hurtado; o Girasoles, de Ana Mercedes Hoyos (1998). Y otras piezas tienen concepciones científicas, como Reloj de Sol (1996), de Antonio Bernal González. Estas tres últimas obras están en el Campus Medellín; sin embargo, la colección abarca también los campus regionales de Andes, Caucasia, Carepa, El Carmen de Viboral, Santa Fe de Antioquia y Turbo.
Un camino de anécdotas y aprendizajes
Foto: Alejandra Uribe Fernández/ Dirección de Comunicaciones.
Además del acervo artístico, cultural y científico que constituyen estos patrimonios, ellos son la materialidad de una cantidad de historias que hoy atesora Efigenia. Unas gratas, otras no tanto, pero todas narrativas del significado de que estas obras se materialicen, se emplacen, se preserven y protejan en la Universidad. «Uno de los momentos más emotivos e inesperados para mí fue, cuando al llamar a la maestra Fanny Sanín para invitarla a hacer parte del Museo Abierto, me respondió: “no puedo creer que me estén llamando de Colombia, yo pensé que en mi país me habían olvidado”».
Tampoco olvida que una lámina que encontró pegada en la obra Girasoles la llevó a reflexionar sobre el poder de su trabajo: «En esa pegatina alguien avisaba a sus compañeros que se encontraban en el Reloj de Sol ese mismo día a las 4:00 p. m. Una reitera el llamado a que no se intervengan las obras, sin embargo, este hecho me hizo dimensionar que estas son un punto de encuentro, una referencia muy fuerte para las personas que transitan la Universidad, lo cual me llena de alegría».
Uno de los grandes logros del Museo Abierto es que la UdeA ha pasado de buscar a los artistas, a ser buscada por ellos para que alojen su obra. Es el caso del maestro Alberto Uribe Duque, quien había instalado su escultura Tetraedro (1988) en una urbanización en el barrio El Poblado, en Medellín. Pero posteriormente, cuando la urbanización dejó de ser abierta, dejaron la obra por fuera, a merced del óxido de una zona de alto comercio. Así que el autor la encomendó a la UdeA, y a través de un equipo de arquitectos y maestros de las artes plásticas, su recuperación, seguimiento, mantenimiento dentro de la Ciudad Universitaria.
«La Universidad de Antioquia ha tenido como uno de sus propósitos más importantes, en materia de política cultural, el fomento de la creación artística en sus múltiples formas de expresión, y ha promovido a lo largo de los años la promoción, divulgación y exaltación de las artes y la cultura. Parte de este propósito se ha logrado con la consolidación del Museo Abierto, que, bajo el liderazgo, capacidad de relacionamiento y gestión de Efigenia Castro Quiceno ya cuenta en su haber con 42 obras en el espacio público de la Universidad y 55 que se encuentran en el Museo Universitario», expresa la Resolución Rectoral 51729 del 26 de septiembre de 2024, mediante la cual la Universidad le entrega, en su Día Clásico, la distinción Alma Máter de Antioquia 2024, en la modalidad A un aporte especial.
La consolidación del Museo Abierto ha sido un camino en el que los mismos artistas han señalado el rumbo, y Efigenia los ha sabido escuchar. Eduardo Ramírez Villamizar, después de realizar una exposición en el Campus, sugirió que en el legado UdeA estuviera la maestra Fanny Sanín. Esta, a su vez, señaló a Manuel Hernández… Y así fueron llegando otros como Hugo Zapata, Luis Fernando Peláez, Maripaz Jaramillo, Ronny Vayda. Efigenia destaca también la vinculación de las empresas privadas que, en varias ocasiones, han sido fundamental para instalar y preservar las obras.
«José Alberto Vélez, expresidente de Argos una vez me dijo: ¿sabe por qué apoyo tanto al Museo Abierto? Porque me recuerda que cuando estudiaba en la Universidad, en otro país, buscaba espacios que tuvieran esculturas o intervenciones artísticas, porque estudiar allí me daba armonía, y, a su vez, las obras me hacían preguntas, que me llevaban a ir y consultar quién era el artista. Ahora que recuerdo este testimonio pienso que, si uno logra mover una fibra de un ser sensible, hay una retribución en doble vía», afirmó.
Efigenia recibe este reconocimiento con gran compromiso y asegura que es para muchas personas. «He tocado la puerta y las personas han abierto. Este es un reconocimiento a mis compañeros, los directivos y a la empresa privada, que han propiciado tantos logros, sola no hubiera sido capaz. Cuando recibí la Resolución me asusté porque para mí es una responsabilidad mayor; pero, más que nada, me llena de alegría ya que el Museo Abierto es mi razón de ser en la Universidad y en él está mi huella; y dejar huella es de las cosas más gratificantes».
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