Efectos del déficit comercial sobre la economía colombiana
Efectos del déficit comercial sobre la economía colombiana
La cantidad de productos externos ofrecidos en el mercado local, versus los productos nacionales, tiene como consecuencia que estos últimos pierdan competitividad. Los recursos disponibles para el pago de obligaciones financieras, como de la deuda externa, disminuyen. Entre enero y julio de 2021, el déficit en la balanza comercial colombiana llegó a $8165 millones de dólares en comparación con el mismo periodo de 2020, según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística –DANE–.
Foto cortesía Carlos Ruiz Palacio. Pixabay.
El equilibrio en la balanza comercial permite que la producción nacional sea llevada a otros mercados y pueda competir con las exportaciones y de esta manera generar recursos en moneda extranjera para cumplir con la demanda por concepto de compras en el exterior y el pago de la deuda externa, de ahí emerge su importancia, de acuerdo con el profesor de la Facultad de Ciencias Económicas, Carlos Mario Correa Londoño.
«La salida en gran medida de divisas del país es por el pago de las importaciones (compras) y el servicio a la deuda; por consiguiente, si no hay entrada de divisas que permita compensar estos flujos salientes, se genera un déficit y por ende, una disminución considerable de las reservas internacionales», agregó el académico.
Esta situación puede impactar la economía colombiana por varias vías, una de ellas, como explica el profesor Correa, es una reducción del flujo de divisas entrante al país para cubrir la deuda externa y la demanda de los importadores, lo cual implicaría comercializar las divisas en otros mercados y, de otro lado, una alta devaluación. «Consiste en una deuda pública externa mucho más alta en términos de su volumen y un aumento del costo de las importaciones en pesos colombianos, generando inflación interna y empobrecimiento de la población, lo cual es grave porque hay que cumplir indicadores internacionales», expresó Correa, magíster en Economía y Finanzas.
Frente a la competitividad de la producción colombiana, datos del DANE indican que el comportamiento de las importaciones, hasta julio de 2021, obedecieron principalmente a un aumento del 32,1 % en el grupo de manufacturas, con una participación del 77,3 %, seguido de productos agropecuarios, alimentos y bebidas (15,2 %) y luego los combustibles y productos de las industrias extractivas, que participaron con el 7,4 %.
Por lo tanto, señaló el profesor Correa, la producción nacional se debe transformar y comercializar con un valor agregado, pues si tuviéramos la capacidad de producir la unidad final, ese valor agregado es el que genera recursos adicionales y la ganancia para muchas empresas, lo cual le permitiría al país ser más competitivo a nivel internacional.
En el caso de bienes básicos o productos no transformados como los combustibles y productos de las industrias extractivas, las compras externas durante el periodo enero - julio de 2021, fueron de 2315 millones de dólares, un aumento de 21,8 % en comparación al mismo periodo 2020, como lo señala el reporte del DANE. Este comportamiento obedece al incremento en la importación de combustibles y lubricantes minerales, así como productos conexos (13,0 %), que aportaron, con 10,4 puntos porcentuales, a la variación total de este grupo.
Lo ideal, según el docente Carlos Correa, es que la producción de bienes y servicios se transforme en Colombia y la oferta exportadora se diversifique. Reducir en lo posible la exportación de commodities, al igual que mejorar las condiciones de transformación de los productos y revisar los costos de producción. Este último, ha sido el problema de muchos productos colombianos, que son altamente intensivos en mano de obra y resultan muy costosos al compararse con productos de otros países.
Factores como la posibilidad de acceso a fuentes de financiación para las empresas, donde hay una falencia significativa, y otras barreras de tipo tributario o tecnológico, incrementan los costos de los productos y esto tiene como efecto la debilitación de las exportaciones.
Finalmente, el déficit en la balanza comercial es una cifra que debe alertarnos, pues la producción intensiva en mano de obra, la falta de músculo financiero y los intereses de las pequeñas empresas en obtener ganancias sin reinvertir, han llevado a las empresas a sostenerse en el corto plazo, pero sin ningún valor en producción que permita las exportaciones, agregó el economista Correa.
«Es importante aprovechar los acuerdos bilaterales que han permitido la salida de producción nacional, pero para exportar bienes transformados, y adicional, mejorar las condiciones para que las empresas acudan a crédito, fortalezcan y mejoren la capacidad instalada y puedan llegar a economías de escala, donde se produzca más con menores costos de producción».
Por lo pronto, queda hacer seguimiento a lo señalado por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo en el Conpes 4023 sobre Política de reactivación, repotenciación y crecimiento sostenible e incluyente, donde indica que para 2021 se implementará una agenda de trabajo que promueva la internacionalización de la economía en materia de exportación de servicios modernos, inserción de cadenas globales de valor de bienes y servicios, competitividad y desarrollo productivo, así como revisión y ajuste de los instrumentos de regulación del comercio de bienes, entre otros.