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Academia Ciencia Sociedad Vida

Desbordamientos e inundaciones, campanazos en la agenda de ciudad

17/01/2023
Por: Redacción UdeA Noticias, con información de Natalia Piedrahita Tamayo

La tragedia ocurrida en Medellín este 14 de enero, producto de las inundaciones en el sector de Conquistadores, trae de nuevo un serio cuestionamiento: ¿Qué ruta debe emprender la planeación de la ciudad para contener sucesos lamentables como este? Varios académicos han venido advirtiendo que la deforestación y pavimentación de las laderas de la ciudad están afectando cada vez más las microcuencas. Su canal principal, el río Medellín, está cada vez más «ahogado» ante la presión de las crecientes.

En la noche del 14 de enero el Cuerpo Oficial de Bomberos Medellín no solo atendió el rescate de los cuerpos sin vida encontrados en el vehículo sumergido en el sector de Conquistadores. también recibió más de 180 reportes por incidentes ocasionados por las precipitaciones. Foto: cortesía Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres DAGRD / Twitter.

El sábado 14 de enero los habitantes de Medellín vieron cómo un cúmulo de nubes negras se plantó sobre buena parte de la ciudad. Tras las fuertes lluvias que vinieron después, un trino del alcalde Daniel Quintero anunció una dolorosa noticia: «Lamento informar que hemos encontrado un vehículo completamente sumergido en el deprimido de Conquistadores». Al pasar de las horas se conoció que, dentro del vehículo, que quedó sumergido en la inundación generada en el sector, murieron dos personas. 

El lamentable hecho, que ha generado gran conmoción entre los medellinenses, retiñe una preocupación que va en aumento:¿qué tanto tiene que ver la planeación de la ciudad para evitar que tragedias de estas proporciones se sigan dando?

Son ya una cadena de acontecimientos semejantes en los años recientes. El 5 de abril de 2021 los ojos aterrados de la ciudadanía presenciaron el crecimiento del río y su desbordamiento en las zonas de La Macarena, la calle 33 y la Regional; el soterrado de Parques del Río se inundó y diez carros quedaron atrapados. El Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo —DAGRD— reportó desbordamientos, cierres en las vías, desplomes de árboles y cerca de 200 llamadas de personas en situaciones de emergencia.

El 6 de mayo de 2021, en el sector de El Poblado, se sintieron los efectos de las fuertes lluvias: más de 30 desplomes de árboles, 25 inundaciones, cinco deslizamientos y alto flujo de lodo, además de una granizada en el corregimiento de Santa Elena, fueron algunos de los estragos reportados por el DAGRD. El 2022 tampoco fue un año fácil. En el segundo semestre las inundaciones y desbordamientos fueron constantes en varios sectores de la ciudad. El 20 de noviembre, por ejemplo, un torrencial arrastró un carro de comidas rápidas por una calle de Manrique, pero también hubo estragos en el Centro, en Moravia y Aranjuez.

No son sucesos aislados, los problemas relacionados con el agua son permanentes en la ciudad. La deforestación, la urbanización y la falta de planeación territorial de Medellín, han conducido a los desbordamientos y estragos causados por el río, un problema que no será solo del presente. Eso señalan los expertos.

«Las inundaciones pueden convertirse en un problema crónico por muchas razones, incluyendo que las tormentas tienden a volverse más intensas con el cambio climático y que cada vez hay más gente y más terrenos impermeabilizados en Medellín. Estas condiciones aumentan la probabilidad de que el río se desborde con una frecuencia que no soportaríamos», advirtió Juan Fernando Salazar Villegas, investigador en hidrología y cambio climático y coordinador del Grupo de Investigación en Ingeniería y Gestión Ambiental —Giga— de la Universidad de Antioquia.

Los modos de habitar a Medellín han generado que las quebradas pierdan su equilibrio natural y que el río padezca los efectos de la contaminación por sustancias químicas y residuos sólidos. A esto se suma un segundo factor: la deforestación de laderas altas en las que nacen las microcuencas y se generan sistemas hídricos. Debido a la urbanización de estas zonas, la tierra deja de absorber el agua y esta corre directo al río.
 

Este artículo está basado en un texto publicado en el periódico Alma Mater en junio del 2021. El hecho presentado en la ciudad el pasado 14 de enero le da relevancia, de nuevo, al llamado de los académicos frente a esta problemática urbana. 

La relación umbilical de las personas y el agua se evidencia en los desbordamientos del río, que han cobrado vidas y dejado a familias sin hogar. Salazar Villegas señala que es una cuestión urgente en la agenda ciudadana, ya que las predicciones del cambio climático a corto plazo muestran que se darán lluvias y tormentas mucho más intensas que las que conocimos en el siglo XX. 

«Decimos que el río atraviesa el Valle de Aburrá y realmente es la ciudad la que se le atravesó al río. Hay que volver a mirar este cuerpo de agua como unidad de planificación, ya que hasta ahora en Medellín ha primado una perspectiva predominantemente urbanística», afirmó Análida Rincón Patiño, doctora en Planeación Urbana e investigadora de la Escuela del Hábitat de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín.

Desde 1999, Medellín se planteó como una ciudad compacta —que debe crecer hacia adentro, proteger sus montañas laterales y, con ello, los cauces de la cuenca del río—. Sin embargo, el despliegue estructural se ha dado a la inversa: se han ocupado áreas que no deberían haberse intervenido, con lo que se afectó el paisaje de la ciudad y aplazó ese ideal de ciudad interior más densa, sostenible, equitativa y competitiva, comentó Jorge Pérez Jaramillo, arquitecto, consultor y encargado de la formulación del Plan de Ordenamiento Territorial —POT— 2014-2027.

Alternativas


Los desbordamientos de quebradas, un problema crónico en el Área Metropolitana, son una de las consecuencias de la expansión urbana.

Aunque los POT de los últimos 22 años se construyeron a partir de un crecimiento urbano desmesurado y con miras a proteger el patrimonio natural y social de este territorio, sería muy difícil deshacer los hechos arquitectónicos que marcaron el rumbo del Valle de Aburrá.

Ante ese panorama se han dado estrategias como Parques del Río, que en sus inicios planteó un sistema ferroviario y peatonal que conectara ecológicamente el interior de la ciudad y evitara la expansión urbana: «Esta propuesta es una de las razones para afirmar que Medellín tiene trazados los caminos para mitigar los efectos de la emergencia climática, pero por diversos motivos no se ha implementado integralmente», explicó Pérez Jaramillo.

El río es mucho más que ese canal que divide y cruza a Medellín. Desde su nacimiento en el Alto de San Miguel, en Caldas, hasta su convergencia con el río Grande en Puente Gabino, Santo Domingo, sus aguas recorren 104 kilómetros y reciben la influencia de cerca de 65 afluentes hídricos.

La propuesta de incrementar áreas de parques sería una solución para mitigar los desbordamientos del río y las quebradas: «Con un lote de parque grande se puede diseñar una llanura de inundación artificial para que retenga aguas que no queremos que afecten otros sectores de la ciudad. Si uno tiene que escoger entre que se inunde un parque, un barrio o se desborde el río dentro de la ciudad, la primera opción es la mejor», expresó Salazar Villegas.

Añadió que es importante que la ciudadanía y la administración comprendan que la apertura de parques pavimentados en vez de ayudar, agudizan el problema de las inundaciones, ya que la tierra —zonas destinadas a árboles y jardines— retiene el agua, mientras que el asfalto acelera la llegada de esta al río.

El académico de la UdeA apuntó otra alternativa: «Techos o azoteas verdes» para recoger aguas e impactar el desarrollo sostenible en los territorios. Explicó que estas cubiertas tendrían jardines que absorben agua. Además de aminorar la probabilidad de inundaciones, la ciudad estaría abasteciéndose de «cosechas de lluvias» o aguas que podrían reutilizarse para regar jardines, lavar carros y desarrollar actividades que no requieren su potabilización.

El reto con la estrategia es que, si la implementa una persona, no tendría un impacto generalizado; pero si se trata de una decisión de un barrio o una comuna completa, aportaría una solución.

El reto que la ciudad tiene hoy es revisar sus dinámicas de habitar el territorio, ya que el río está conectado con todo y todos: de la preservación del sistema ecológico depende el bienestar de este cuerpo de agua, de los ecosistemas urbanos y, cómo no, de los individuos.

 

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