Pescadores y UdeA construyen conocimiento
Pescadores y UdeA construyen conocimiento
De la mano de los pescadores artesanales del Golfo de Urabá, investigadores de la Universidad de Antioquia construyeron lineamientos para que la Gobernación de Antioquia los use como insumo para una política pesquera sostenible en la región.
Fotografías del proyecto LOPEGU. Infografía: Felipe Uribe, Vicerrectoría de Investigación.
Puede sonar extraño, pero Antioquia es un departamento marítimo: tiene la segunda costa más larga sobre el Caribe, después de La Guajira, y cuenta con los más extensos manglares del norte del país. Y es también un departamento pesquero.
Pero, como expresó Gabriel, líder pescador artesanal de Turbo, “aquí se ha vivido siempre de espaldas al mar”. Esta indiferencia ha quedado en evidencia ante la grave crisis pesquera que atraviesa la región: una significativa disminución del recurso, que ha dejado sin trabajo o en precarias condiciones a decenas de pescadores.
“Se hacen muchas intervenciones que no funcionan porque no están bien basadas en investigaciones”, afirmó por su parte Carlos, pescador de San Juan de Urabá. “Ahora sabemos que las principales causas de la crisis son las malas prácticas pesqueras de los mismos pescadores, la pesca industrial y la contaminación de los ríos, que nos traen pesticidas y sedimentos al Golfo, y hay que tomar medidas y acciones basadas en información clara”.
Para ello, con recursos del Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación del Sistema General de Regalías de la Gobernación de Antioquia, investigadores de la Universidad llevaron a cabo, desde 2014 hasta 2016, el proyecto Lineamientos prioritarios para la formulación de un ordenamiento pesquero del Golfo de Urabá —LOPEGU—, una mirada integral a los problemas y perspectivas del sector, desde la óptica de los pescadores y con acompañamiento de la Autoridad Nacional de Pesca —AUNAP—.
En tres componentes de investigación se recopiló información socioeconómica, biológica, política, nutricional y ambiental, siempre de la mano de las comunidades y los pescadores.
“Se buscó una construcción participativa de lineamientos y recomendaciones para el ordenamiento pesquero y propuestas de actividades económicas alternativas viables que puedan ser usados por la Gobernación de Antioquia y la AUNAP para el fortalecimiento del sector”, afirmó Jenny Leal Flórez, líder del grupo de Investigación en Sistemas Marinos y Costeros —GISMAC— y coordinadora general del proyecto.
Conocimiento colectivo para políticas a futuro
Quizás lo más destacado en esta aventura científica fue el alto grado de compromiso de los pescadores con la investigación, hasta el punto de que se convirtieron en parte integral del proceso. “Aprendimos muchísimo de los pescadores y vimos cómo se generó el conocimiento entre ambas partes”, comentó el investigador Juan Felipe Blanco Libreros, especialista en manglares, líder del grupo Ecología Lótica y Estuarina —ELICE—.
Por ejemplo, para el componente social y etnográfico, realizado por investigadores del Instituto de Estudio Regionales —INER—, se realizaron talleres y actividades de construcción y apropiación social el conocimiento, con 25 comunidades y 700 participantes de cuatro municipios: Turbo, Necoclí, San Juan de Urabá y Arboletes.
Así, se crearon redes de confianza que permitieron “recolectar información etnográfica para la comprensión de dinámicas socioambientales de la pesquería y caracterizar las condiciones socioeconómicas de las comunidades que subsisten de esta actividad”, según indicaron los investigadores.
Se detectaron así las fallas en las iniciativas anteriores, como asociaciones y proyectos productivos, con la idea de que esta información fortalezca las políticas futuras. Los mismos pescadores formularon alternativas económicas: piscicultura; siembra y cuidado de bosques de manglar; cría de cerdos, gallinas y otros animales; limpieza de playas y ecoturismo.
La información se complementó en el componente de monitoreo pesquero, que realizó 1279 registros de desembarco pesquero en la región y detectó cuáles son las especies de peces, crustáceos y bivalvos más importantes para la actividad, los principales métodos de pesca, las especies más amenazadas y las prácticas que generan esta amenaza.
Para apoyar estas alternativas y soluciones, el componente de recursos pesqueros exploró aspectos nutritivos de los peces, información biológica y de productividad de los caladeros (sitios de desembarco), el papel de los manglares en la pesquería y dos estrategias productivas: uso de microalgas en acuicultura y productividad para el pargo rojo.
El componente contó con el trabajo los grupos de investigación Estudios del Territorio, Alimentación y Nutrición Humana, Biotransformación y Microbiología Veterinaria, además de los mencionados GISMAC y ELICE.
Un complejo socioecosistema
El proyecto describió por primera vez el golfo de Urabá como “un gran socioecosistema, en el que es fundamental la relación entre el manglar y la actividad pesquera”, como señaló Juan Felipe Blanco Libreros. “Los manglares, principalmente los del Delta del Atrato, sostienen la actividad pesquera del Golfo tanto por las especies a las que proveen alimento, hábitat y salacuna, como por las muchas áreas cercanas al manglar que son sitios de pesca”.
Con tan diversas miradas, los cosechadores del mar tienen ahora claras las causas y consecuencias de la crisis. “Tiende a desaparecer la pesca artesanal por culpa de la sedimentación y el calentamiento del agua”, comentó don Gabriel. “Con la sedimentación los manglares quedan en tierra, los pescados no pueden llegar a desovar en los manglares”.
Más importante aún, tienen ya estrategias para sugerirles a las autoridades. “Si se hace una veda debe ser basada en estudios, por especie y por temporada; que no se pesquen ciertas especies durante ciertas épocas”, indicó Carlos, de Arboletes. “También hay que delimitar las desembocaduras de los ríos y los manglares, porque deben ser sagrados, y controlar la contaminación de los ríos”.
El macroproyecto, según el profesor Blanco Libreros, hace un llamamiento al cuidado de estos ecosistemas como base del recurso: “La política pesquera tendrá que propender por la conservación del manglar en asocio con la autoridad ambiental y promover proyectos productivos para evitar la tala del mangle durante épocas de vedas o baja producción pesquera”.