Detectan olas de calor marinas en el Caribe colombiano
Detectan olas de calor marinas en el Caribe colombiano
Blanqueamiento de corales, afectaciones a las dinámicas pesqueras, acidificación del océano y aumento en la mortalidad de especies, son algunos de los impactos de las olas de calor marinas en los ecosistemas. Investigadores de la UdeA —con pares de Chile y España—, identificaron en el Caribe colombiano evidencias de este fenómeno asociado al cambio climático. El análisis de datos desde 1981 hasta el 2024, abre un prometedor campo de estudio en el recién creado Instituto de Ciencias del Mar de la UdeA.
El Golfo de Urabá, además de ser un atractivo turístico, se proyecta como un laboratorio natural clave en las investigaciones sobre las olas de calor marinas en Colombia. Foto: Imagen de referencia / Antioquia es mágica / Gobernación de Antioquia.
Hay evidencias de la presencia de olas de calor marinas —OCM— en el Caribe colombiano. Esa es la conclusión a la que llegó un grupo de investigadores de la UdeA, quienes vienen indagando el fenómeno en conjunto con expertos de España y Chile. «En el Golfo de Urabá se han experimentado varias OCM en los últimos años, desde leves hasta moderadas. También podemos deducir, de acuerdo con los análisis preliminares, que el fenómeno se ha extendido a zonas como La Guajira», explicó Lennin Flórez-Leiva, líder del grupo de investigación Océanos, Clima y Ambiente —OCA— y profesor del Instituto de Ciencias del Mar de la UdeA, ubicado en el Campus de Turbo.
Relacionadas con las consecuencias del cambio climático, las olas de calor marinas son picos bruscos de temperaturas, que pueden durar varios días y que pueden incidir en las dinámicas y condiciones de los ecosistemas marinos. Para identificar las OCM en el Caribe colombiano, los investigadores utilizaron ciencia de datos mediante un análisis de la información satelital del comportamiento marino en la región desde el año 1981. «Son datos confiables con los que hicimos un promedio climatológico desde 1981 hasta 2024, que en el caso del Golfo de Urabá y sus zonas costeras, arrojó que la temperatura promedio de la superficie marina está entre los 28 °C y 29 °C», precisó Wilberto Pacheco Paternina.
Pacheco Paternina es oceanógrafo de la Universidad de Antioquia y, actualmente cursa el magíster en Ingeniería Marítima, Adaptación y Riesgos por la Universidad de Valparaíso —de Chile—, en el cual planteó como proyecto de investigación «Olas de calor marinas en el Caribe colombiano». A esto se sumó que, en mayo del 2024, varios investigadores de la UdeA participaron en un taller sobre olas de calor marinas ofrecido por el Departamento de Geociencias de la Universidad de Concepción. «Al ver la importancia del tema nos surgió la idea de extender los estudios al Caribe colombiano, exactamente al Golfo de Urabá y La Guajira», contó Flórez-Leiva.
Los datos permiten establecer que las OCM en el Caribe colombiano se vienen presentando entre dos y tres veces en el año, con un grado centígrado por encima de la temperatura promedio y con una periodicidad de entre siete y nueve días. «Quiere decir que dichas olas son entre leves y moderadas, y cumplen, según la literatura, con el criterio de duración mínima que es de cinco días», acotó Vladimir G. Toro-Valencia, profesor del Instituto de Ciencias del Mar quien se unió al proyecto como asesor.
«Con base en lo hallado, empezamos a explorar otras líneas de investigación y verificar si las OCM en el Caribe colombiano tienen que ver con el debilitamiento de los vientos en la superficie del mar, un fenómeno conocido como stilling y ampliamente relacionado con el calentamiento global», señaló Shalenys Bedoya-Valestt, estudiante de doctorado en el Centro de Investigaciones sobre Desertificación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Valencia, en España.
No es un fenómeno aislado
Por el reverdecimiento de las aguas del mar Caribe colombiano, presentado en varias temporadas del año, se podía deducir que se estaban presentando olas de calor marino, pero ya existe una evidencia con los datos analizados. «La investigación nos ha permitido conocer los valores anómalos y nos pone alerta sobre una realidad que es la presencia de OCM en Colombia, sobre lo que se ha trabajado muy poco», dijo Pacheco Paternina.
«Es tener claro que no estamos aislados y que el cambio climático nos está afectando en aspectos fundamentales, relacionados con las olas de calor marinas como: el blanqueamiento de corales y la pérdida de algas asociadas; el cambio en las dinámicas pesqueras; la acidificación del océano; la disminución del oxígeno disuelto», detalló el profesor Flórez-Leiva.
Además de los profesores Flórez-Leiva y Toro-Valencia de la UdeA y Bedoya-Valestt del Centro de Investigaciones sobre Desertificación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Valencia España, al trabajo de Wilberto Pacheco Paternina se unieron Catalina Aguirre Galaz de la Escuela de Ingeniería Civil de la Universidad de Valparaíso, Chile, y Gonzalo Saldias de la Universidad del Bio-Bio, también del país austral.
El trabajo investigativo se extenderá a todo el Caribe colombiano y tiene como próximo reto evaluar con mayor exactitud lo que sucede en La Guajira y establecer las principales características del comportamiento de sus aguas marinas. «Así como no podemos ser ajenos a las condiciones que se dan en el Océano Atlántico y como afectan al mar Caribe, queremos saber qué pasa en el Pacífico de nuestro país, porque estamos en un mismo sistema, que está siendo afectado de manera general por el cambio climático y, en este caso en particular, será muy importante responder preguntas como por qué, dónde y cómo se generan las OCM», recalcó Toro-Valencia.
Bedoya-Valestt, por su parte, señaló que también buscarán conocer los impactos de las olas refrigerantes —aquellas por debajo de la temperatura promedio— que también causan grandes afectaciones en los ecosistemas y dinámicas de las comunidades costeras. «Queremos establecer la relación que tienen los campos de viento que en La Guajira provocan movimientos de agua desde el fondo hasta la superficie», anotó.
Imagen satelital del Golfo de Urabá. Foto: Laboratorio de Análisis y Ciencia de Imágenes. Centro Espacial Johnson de la NASA / Wikipedia.
Una prometedora línea de investigación
Según explicó Pacheco Paternina, el análisis no solo se ajusta a la investigación de su maestría, sino que también pone a los científicos colombianos a analizar sobre cómo nos adaptamos a las OCM en el Caribe, una realidad que representa un riesgo inminente. «En países como Chile y Perú tienen claros los efectos de las OCM y del cambio climático en sus aguas marinas, sin embargo, en Colombia este es un comienzo, pues lo que estamos aportando son análisis nuevos, en medio de fenómenos poco estudiados», relató.
Por ello, las evidencias logradas en esta investigación representan una nueva línea de estudio que coincide con la creación, el año pasado, del Instituto de Ciencias del Mar de la Universidad de Antioquia, adscrito a la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. «Para el nuevo Instituto de Ciencias del Mar es fundamental entender nuestros ecosistemas marino-costeros, avanzar en el entendimiento del cambio climático y de las OCM en nuestro territorio», advirtió Toro-Valencia.
«Tener al Instituto como soporte será crucial para estudiar la incidencia puntual de fenómenos como las OCM y, desde ya, para ponernos en el mapa internacional de las grandes investigaciones, a través de contactos con otras universidades y centros científicos», resaltó Flórez-Leiva, quien amplió que la nueva dependencia de la UdeA espera formular planes de mitigación al cambio climático, con una alta proyección social, y entender como minimizar las consecuencias, en este caso, de las OCM.
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