Donar células madre: seguro, necesario y todavía un reto en Colombia
Donar células madre: seguro, necesario y todavía un reto en Colombia
Donar sangre y órganos salva vidas. En Colombia, sin embargo, la donación de células madre hematopoyéticas todavía enfrenta retos no solo por las limitaciones en los registros nacionales de donantes, sino también frente a los mitos sobre el proceso de donación, un procedimiento hoy seguro y sencillo que, gracias a donantes voluntarios, es clave en la supervivencia y calidad de vida de pacientes con ciertas enfermedades de la sangre.
En el mundo existen cerca de 84 registros de donantes adultos de células madre hematopoyéticas, que reúnen a más de 43 millones de personas inscritas. Foto: Freepik
Cada año, más de un millón de personas en el mundo son diagnosticadas con enfermedades de la sangre tanto cancerosas —la leucemia, el síndrome mielodisplásico, el linfoma o el mieloma múltiple— como las no relacionadas con el cáncer, entre ellas la anemia aplásica o las inmunodeficiencias primarias y otras afecciones congénitas de la sangre, que afectan la calidad de vida y amenazan la supervivencia.
Aunque existen tratamientos médicos que permiten controlar estas enfermedades e incluso en algunos casos curarlas, con frecuencia la única opción potencialmente curativa es el trasplante de células madre hematopoyéticas —conocido comúnmente como trasplante de médula ósea—.
«Las células madre hematopoyéticas son células inmaduras ubicadas en la médula ósea que dan origen a las células que componen la sangre y el sistema linfoide. Al madurar, se transforman en glóbulos rojos —que transportan la hemoglobina y, con ella, el oxígeno hacia los tejidos—; plaquetas —células pequeñas encargadas del proceso de coagulación—; y glóbulos blancos —que forman parte del sistema inmune y nos protegen, principalmente, de infecciones y enfermedades como el cáncer», explicó Andrés Garcés Arias, médico internista y hematólogo, líder del Programa de Trasplantes de Progenitores Hematopoyéticos del Hospital Alma Máter y docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia.
De acuerdo con Garcés Arias, los trasplantes de células progenitoras hematopoyéticas son opciones terapéuticas que buscan curar o mejorar la probabilidad de supervivencia y calidad de vida de pacientes con ciertas enfermedades de la sangre. «En algunos casos se emplean células madre hematopoyéticas provenientes del mismo paciente —trasplante autólogo— y en otros casos se emplean células madre hematopoyéticas de un donante sano —trasplante alogénico—, generalmente un familiar con cierto grado de compatibilidad genética, aunque también es posible emplear un donante no emparentado», explicó.
Para saber si una persona puede ser donante de células madre hematopoyéticas para un paciente específico, se deben realizar pruebas de compatibilidad basadas en el sistema HLA —Antígeno Leucocitario Humano—, una especie de «documento de identidad» de las células. Esta compatibilidad genética entre el donante y el receptor es fundamental para minimizar riesgos de rechazo inmunológico.
«La probabilidad de que un hermano completo —del mismo padre y madre— sea 100 % compatible con el paciente es del 25 %, por lo tanto, la mayoría de los pacientes no cuentan con un hermano completamente compatible. Sin embargo, los avances en las últimas décadas, en los tratamientos y específicamente en las técnicas de inmunosupresión, han permitido desarrollar trasplantes seguros con donantes emparentados con una compatibilidad del 50 %. Este tipo de donantes se denominan haploidénticos, y pueden ser hermanos completos, hermanos medios, padres e hijos. Aun así, aproximadamente el 20 % de pacientes no cuentan con ningún donante apropiado dentro de su familia y requieren buscar donantes no emparentados como única opción para acceder a un trasplante», explicó Garcés Arias
Los pacientes que no cuentan con ningún donante familiar dependen de personas altruistas dispuestas a ser donantes no emparentados, lo que evidencia la importancia de contar con registros nacionales e internacionales de donantes de células madre hematopoyéticas. No obstante, la falta de información y la persistencia de mitos sobre el procedimiento dificultan que esta red de solidaridad crezca.
De acuerdo con Paola Cendales Rodríguez, magíster en Salud Pública y líder del Registro Nacional de Donantes de Células Progenitoras Hematopoyéticas —Dar Células— del Instituto Distrital de Ciencia, Biotecnología e Innovación en Salud —IDCBIS—, en el mundo existen alrededor de 84 registros de donantes adultos de células madre hematopoyéticas, que en conjunto suman más de 43 millones de personas inscritas. Sin embargo, a pesar de esta cifra, la probabilidad de que un paciente en Colombia encuentre un donante compatible sigue siendo significativamente baja.
«Los registros que más aportan donantes a nivel mundial son el alemán y el estadounidense. En Latinoamérica, en cambio, hay pocos registros activos, por lo que estamos escasamente representados en la base de datos internacional. Esto significa que la mayoría de los donantes disponibles tienen una composición genética muy distinta a la de los latinoamericanos, lo que reduce de manera importante la probabilidad de que, por ejemplo, un colombiano encuentre un donante compatible», explicó Cendales Rodríguez.
Teniendo en cuenta que los registros de donantes funcionan bajo el principio de solidaridad internacional —es decir, están integrados en una única base de datos global que permite buscar donantes en todo el mundo—, es fundamental aumentar la representación genética de Latinoamérica. Esto solo es posible si más personas de esta región se registran voluntariamente como donantes de células madre hematopoyéticas.
Donar no duele ni afecta la movilidad
Debido a que las células madre hematopoyéticas se fabrican en la médula ósea, muchas personas creen, erróneamente, que donar estas células requiere de punciones lumbares dolorosas o que puede dejar secuelas físicas como la pérdida de movilidad, idea que suele estar relacionada con una confusión común entre médula ósea y médula espinal.
«La médula ósea es un tejido blando que se encuentra dentro de algunos huesos, principalmente los planos como los de la pelvis, las vértebras, el esternón y el cráneo, allí es donde se encuentran las células madre hematopoyéticas que se renuevan constantemente, trabajando como una fábrica que produce células sanguíneas. Por otro lado, la médula espinal es un tejido nervioso, protegido por la columna vertebral y que funciona como una especie de cable complejo que conecta señales nerviosas entre el cerebro y el resto del organismo», explicó Garcés Arias
Donar células madre hematopoyéticas no tiene ninguna relación con la médula espinal, por lo que no representa ningún riesgo para la movilidad. Aunque una de las formas de obtener las células madre hematopoyéticas sigue siendo a través de aspiración directa de médula ósea —técnica que se realiza bajo anestesia general mediante una punción en los huesos de la pelvis—, gracias a los avances médicos, hoy la forma más común de recolectarlas es a través de las venas, mediante medicamentos que movilizan estas células desde de la médula ósea, hacia la sangre periférica. La extracción se realiza por vía intravenosa, un procedimiento similar a la donación de sangre en el que se extraen solo las células hematopoyéticas necesarias y el resto de la sangre se devuelve al cuerpo.
«Se trata de un procedimiento seguro y sencillo. Unos días antes de llevarlo a cabo, se le suministra al donante medicamentos que ayudan a que las células madre hematopoyéticas dentro de la médula ósea empiecen a proliferar y a circular a través de los vasos sanguíneos. Luego, como en una especie de donación de sangre, a través de un procedimiento llamado aféresis, se extraen predominantemente las células madre hematopoyéticas y el resto de los componentes de la sangre se le devuelven al donante. En pocas semanas, el donante habrá recuperado plenamente las células progenitoras hematopoyéticas donadas, y no tendrá ninguna secuela», explicó Garcés Arias.
El primer paso es registrarse como donante
Cuando una persona decide convertirse en donante de células madre hematopoyéticas, no significa que la donación se realice de inmediato. El primer paso es inscribirse en un registro de donantes que se encargará de tomar una muestra de sangre o de mucosa bucal para obtener la información genética. Estos datos se almacenan en una base de datos global —de manera anónima—, donde queda disponible para ser consultada en caso de que algún paciente en el mundo necesite un donante.
«Es importante tener presente que la probabilidad de que un donante voluntario no emparentado sea compatible con un paciente es muy baja, incluso el donante puede llegar a la edad máxima de donación, que son 60 años y nunca ser llamado para ser donante», comentó Cendales Rodríguez
En caso de que una persona inscrita en el registro resulte compatible con un paciente, será contactada para confirmar si aún está dispuesta a donar. Si ratifica su intención, se le realizan varios exámenes médicos para comprobar que su estado de salud es adecuado para el procedimiento. Si todo está en orden, se lleva a cabo la recolección de las células, las cuales son transportadas hasta el lugar donde se encuentra el paciente que las necesita.
En Colombia, el Registro Nacional de Donantes de Células Madre Hematopoyéticas está a cargo del programa Dar Células, que actualmente cuenta con cerca de 13 000 personas inscritas. Por ahora, la toma de muestras para identificar el HLA se realiza en Bogotá, pero quienes vivan en otras ciudades pueden hacer la preinscripción a través del sitio web del programa. Está previsto que próximamente se habiliten nuevos puntos de recolección en distintas regiones del país.
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