El polen, otro factor que influye en la calidad del aire y la salud en el Valle de Aburrá
El polen, otro factor que influye en la calidad del aire y la salud en el Valle de Aburrá
Un estudio realizado por el Grupo de Estudios Botánicos y el Grupo de Alergología Clínica y Experimental, ambos de la Universidad de Antioquia, mostró que el aire en esta zona del departamento contiene altas concentraciones de polen, similares a las registradas en zonas templadas del mundo. La investigación también evidenció que varias especies presentes en la atmósfera de la ciudad pueden causar alergias y síntomas clínicos en la población.
Polen de Cecropia peltata, de nombre común yarumo, uno de los árboles de mayor incidencia en las alergias respiratorias en los habirtantes del Valle de Aburrá. Foto: Alex Espinosa
Cada vez que respiramos llenamos nuestros pulmones de aire —un promedio de medio litro por cada inhalación en reposo en una persona adulta—, un acto inconsciente con el que obtenemos el oxígeno necesario para mantener con vida nuestro cuerpo. También inhalamos diferentes contaminantes derivados de las actividades humanas, en especial en las ciudades, muchos de ellos en forma de material particulado, técnicamente denominado PM. Y, además, ingresan a nuestro organismo partículas de polen.
Por eso, el profesor Fernando Alzate Guarín, del Instituto de Biología de la Universidad de Antioquia, no vacila en decir que «respirar es morir un poco», al presentar el resultado de un estudio de doctorado sobre la contaminación biológica en el aire del Valle de Aburrá, que se adelantó en la Universidad de Antioquia durante más de cinco años y en el cual participaron investigadores del Grupo de Estudios Botánicos —Geobota— adscrito a la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales—, así como del Grupo de Alergología Clínica y Experimental —Gace— de la Facultad de Medicina.
Alzate, doctorado en Biología y coordinador del Geobota, acompañó el trabajo propuesto en 2019 por Alex Espinosa Correa, estudiante de doctorado en Biología de la UdeA, a quien le llamó la atención el hecho de que las investigaciones sobre la contaminación biológica del aire en Colombia eran escasas. También se vincularon al proyecto alergólogos de la Facultad de Medicina y del grupo Gace de la UdeA, así como del Hospital Alma Máter, donde se analizó el componente clínico de esta investigación.
Algunos de los hallazgos de la tesis doctoral «Estudio aerobiológico en la ciudad de Medellín, Colombia: Una variable biológica de la calidad del aire en una ciudad altamente contaminada», de Espinosa Correa, ya están disponibles en la revista científica Grana, de palinología y aerobiología, y en la revista sobre medio ambiente Science of the Total Environment.
Durante el período de toma de muestras se identificaron 26 tipos de polen, entre los cuales el más abundantes es el de la familia Cecropia y se reconocieron tres patrones de concentración: uno con un solo pico de máxima concentración —noviembre-marzo—, correspondiente a tres familias de plantas, otro con dos picos —diciembre-enero y abril-septiembre—, de múltiples familias, y un tercer patrón exclusivo de Cecropia con tres picos —diciembre-enero, abril-mayo y julio-agosto—.
«La presencia de partículas de polen en la atmósfera no es tenida en cuenta por las autoridades locales como uno de los factores para declarar las emergencias por calidad del aire o para fijar políticas de salud pública», anotó Espinosa Correa.
La recolección de muestras aéreas empezó en junio de 2019 y concluyó en septiembre de 2022, para lo cual se empleó un muestreador o captador tipo Hirst —que aspira aire a través de un orificio y lo lleva hacia una película adhesiva, donde quedan las partículas que están en la atmósfera—, instalado en la terraza de la Sede de Investigación Universitaria —SIU—, en el centro de Medellín, con el que se cubren entre 25 y 30 kilómetros a la redonda, lo cual hizo que se analizara el aire en la mayoría de los municipios del Valle de Aburrá.
Un ambiente cargado de polen todo el año
La investigación de Alex Espinosa Correa estableció que «la carga de granos de polen en la atmósfera de Medellín se mueve entre 43 608 y 51 536 granos por día y por metro cúbico, lo cual representa valores más altos de lo esperado, y similares a los registrados en zonas templadas del mundo, donde se supone se tiene mayor carga polínica».
Además, la gran diferencia es que en el Aburrá este fenómeno es permanente, no estacional como sucede en las regiones templadas del norte y del sur del planeta, que están entre los trópicos y los polos y que tienen un régimen definido de cuatro estaciones al año.
Según el estudiante «los picos de concentración diaria se observaron en los meses posteriores a las temporadas de lluvias, principalmente entre diciembre-enero y julio-agosto, mientras que los picos de concentración horaria ocurrieron alrededor del mediodía»; aunque en la noche, generalmente a partir de las 10:00 p.m., hay un incremento de la emisión de polen de una planta en particular, el yarumo.
Esta especie nativa, de nombre científico Cecropia peltata, junto con el árbol del pan, Artocarpus altilis —nativo— y el urapán, Fraxinus uhdei, —introducida en el país en los años 80 del siglo XX— son las que producen mayor sensibilización y síntomas clínicos en las personas del Valle de Aburrá, es decir, causan alergias. «En total, se identificaron y describieron 26 tipos polínicos diferentes durante todo el periodo de muestreo», informó Alzate.
Espinosa Correa resaltó que «Medellín tiene una gran cantidad de granos de polen en el aire todo el tiempo y muchos de estos pueden causar problemas a algunas personas alérgicas, que deben ser incapacitadas por el sistema de salud, pero aquí estos granos no están identificados aún como un problema de salud pública constante».
«Identificar los tipos polínicos mayoritarios en la atmósfera, en este caso del Valle de Aburrá, permitirá producir extractos para aplicarlos en los pacientes y obtener un diagnóstico más acertado, a partir del cual se les puede hacer un tratamiento más adecuado», enfatizó Alzate,
Este muestreador Hirst estuvo por más de tres años en la terraza de la Sede de Investigación Universitaria, para recolectar muestras de polen del Valle de Aburrá. Foto: Alex Espinosa
Un paso muy importante para la medicina
Además del aspecto biológico, la investigación tuvo un componente clínico, en el cual médicos especialistas en alergología del Hospital Alma Mater y de la Facultad de Medicina de la UdeA, en colaboración con expertos de la Universidad del País Vasco, evaluaron el impacto del polen sobre pacientes con alergias.
Este enfoque multidisciplinario permitió no solo identificar los tipos de polen presentes, sino también correlacionarlos directamente con la sintomatología alérgica en la población.
La médica Ruth Helena Ramírez Giraldo, pediatra y alergóloga clínica, coordinadora del posgrado de Alergología, sostuvo que a diferencia de Europa y Estados Unidos donde el polen es la principal fuente de enfermedades alérgicas en Colombia la principal causa suelen ser los ácaros.
Aunque en Colombia hay muchas hierbas y árboles que también están en zonas templadas de la Tierra, «debemos tener en cuenta que nuestras plantas se comportan de manera diferente a las de Europa o Estados Unidos (…) La mayoría de los granos de polen que respiramos son nuestros y somos una población genéticamente muy diferente a las de otras partes del mundo y por eso, probablemente, reaccionamos de manera diferente ante esta situación», agregó Ramírez Giraldo.
La situación a la que se refiere la coordinadora de la especialización en Alergología Clínica de la UdeA es que los estudios anteriores al que se menciona en este artículo indicaban una menor prevalencia de alergias al polen en Colombia—entre 12 % y 15 % de la población afectada— en comparación con otras latitudes —del 40 % al 60%—, y la investigación actual no muestra cambios sustanciales en este aspecto.
En este sentido, el alergólogo Jorge Sánchez, médico del Hospital Alma Máter y docente de la Facultad de Medicina de la UdeA, sostuvo que «los resultados vistos en esta investigación nos han cambiado nuestra concepción sobre el problema, nos sacan de la concepción de que sea solamente por los tipos de polen que tenemos, también parece haber algo relacionado con la población»
Agregó que «esto nos sugiere otra hipótesis a estudiar: puede ser que, debido a la alta y constante exposición que tenemos a los diferentes tipos de polen, se haya creado una alta tolerancia a los mismos, lo cual es una protección contra las alergias».
Alergias, un problema con diferentes fuentes
Los seres humanos pueden sufrir alergias por diferentes fuentes, como insectos y otros animales, por alimentos y por elementos presentes en el aire, como agentes químicos y polen, en el cual se centró la investigación de los científicos de la UdeA.
Según los cálculos de los investigadores, cada persona del Valle de Aburrá aspira en promedio unos 63 granos de polen cada hora, pero esto no es fácil de percibir a simple vista, pues el tamaño de estos oscila entre 10 y 150 micras, según la especie. Para hacerse una idea, un cabello humano, en promedio, tiene un grosor de 75 micras. En el caso de las personas intolerantes a alguno de estos elementos, un solo grano de polen es suficiente para disparar la alergia.
«Las alergias más asociadas a granos de polen son de tipo respiratorio: rinitis alérgica y asma. En países con estaciones se denominan rinitis y asma estacionales, sin embargo, para nosotros, que estamos en el trópico, pueden comportarse de manera perenne», explicó la médica Ruth Helena Ramírez Giraldo.
La docente e investigadora señaló que los pacientes detectados o las personas con sospecha de enfermedad alérgica por polen deben ser direccionados a alergólogos, con el fin de hacer pruebas y poder determinar el alérgeno causal.
Para estas pruebas, «en el país, los médicos hacen el diagnóstico de alergias con estuches de polen exóticos, por lo general de Argentina, España o Norteamérica, y a mucha gente le dan un resultado negativo, porque no hay muestras de acá. Por eso necesitábamos saber cuáles tipos de polen están aerovagando en la atmósfera de Medellín», indicó Fernado Alzate Guarín.
En ese sentido, el médico Jorge Sánchez, agregó que «si tenemos la capacidad de producir extractos de fuentes que se encuentra en nuestro ambiente, vamos a tener una independencia científica y no vamos a depender de las importaciones. Además, hay algunas plantas que solo las tenemos acá y por eso es muy difícil conseguir esos productos en otras partes del mundo».
Portal U de A - Redes Sociales - WCV(JSR 286)
Portal U de A - Datos de Contacto (Noticias) - WCV(JSR 286)
Portal U de A - Comentarios de Facebook - WCV(JSR 286)
Listado Lo más popular
-
Academia Sociedad Cultura
Biblioteca de la UdeA se enriquece con herencias de intelectuales
19/05/2025