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Y que ¡Dios nos libre!

05/06/2020
Por: ​​​​​​​Rosa Angélica Zapata Gutiérrez, egresada y empleada UdeA

«...Conocemos la importancia del autocuidado y del cuidado del otro, así que a nuestra casa le adaptamos un espacio para el esparcimiento, además de los recursos tecnológicos para informarnos, entretenernos y hacer los deberes cotidianos, como estudiar y trabajar, le adaptamos el espacio para el deporte...»

El concepto de libertad cobró vida en los últimos meses para la mayoría de las personas a nivel mundial.  Desde el uso del tapabocas, la necesidad de desplazarnos hacia otros lugares, salir de compras, hacer deporte o un simple esparcimiento familiar, hasta el cumplimiento de nuestra labor para ganar el pan de cada día.

Las mujeres musulmanas están obligadas a usar velos, los que decoran sólo parte de la cara llamados hiyab o shayla y los que tapan la cabeza y el cuerpo pero dejan descubierto el rostro llamado chador, velos que cubren el rostro, la cabeza, las manos y el cuerpo completamente, llamados hiyab y burka.

En el islam existen dos vertientes una se basa en que las mujeres deben cubrir su cuerpo y su cabeza totalmente al entrar en la pubertad, la otra sostiene que si bien esto no es un mandato, al menos deben utilizar el hiyab como una práctica obligatoria, este atuendo es considerado como símbolo de religión y femineidad. El término hiyab significa: “Esconderse de las miradas” o “poner distancia”.

Lo anterior,  explica por qué el uso del tapabocas se ha vuelto obligatorio, porque además de protegernos de las “gotitas” de saliva que salen de la boca al hablar, nos distancia, nos encubre y además nos inhibe para entablar relaciones interpersonales.  

Lo cierto del caso es que el tapabocas hacía parte del uniforme utilizado por algunas disciplinas, como el caso del área de la salud, laboratorios, y en general personas que estaban expuestas a los químicos, virus o bacterias, entre otras amenazas a la salud.

En ese orden de ideas, el tapabocas es un atuendo reglamentario en estos tiempos de la Pandemia del Covid 19 y aunque no nos guste, es una forma de presentación del autocuidado y del cuidado del otro.

Pasemos al siguiente plano del concepto libertad, que se nos hizo más difícil de interiorizar, es el de asimilar el mundo desde adentro. El confinamiento hizo que cada familia o cada núcleo familiar (porque algunas personas vivieron el confinamiento en soledad) tuviera que asimilar el mundo desde adentro, aún para quienes salían a trabajar porque se interrumpieron los viajes y cerraron todo el comercio y los acopios de dispersión.

Los medios de comunicación se encargaron de propagar el mensaje: “Convierte tu casa en una ciudad” y esta frase se acopló a las circunstancias, porque cada hogar se convirtió en una ciudad, cuya arquitectura permitía ver el mundo desde adentro, a través de las ventanas, los balcones, los patios o las terrazas y para saber que estaba sucediendo se utilizan los medios de comunicación, los cuales nos informan con noticias, teorías y suposiciones, que nos han exigido el máximo de nuestra salud mental.

Conocemos la importancia del autocuidado y del cuidado del otro, así que a nuestra casa le adaptamos un espacio para el esparcimiento, además de los recursos tecnológicos para informarnos, entretenernos y hacer los deberes cotidianos, como estudiar y trabajar, le adaptamos el espacio para el deporte. 

En mi caso agradezco a los monitores de PROSA de la Dirección de Bienestar, que nos orientan para el deporte en casa, a través de los medios que nos proporciona la Universidad de Antioquia.

Todo lo anterior, sumado a los deberes como empleados, porque a decir verdad, tener empleo en los últimos meses es una de las más grandes riquezas, primero porque tienes unos objetivos claros en tu rutina, segundo porque la ocupación de alguna manera te hace gozar de cierta plenitud y salud mental. Tercero, porque sabes que puedes con todo, que tienes el control de la casa y que tu familia está protegida.

Algunos para no tener que enfrentar el virus, prefirieron hacer las compras desde la casa a través de internet, otros salíamos a hacer el mercado para ahorrarnos lo del domicilio y sobrecostos, cada vez que teníamos pico y cédula, hicimos caminata y nos enfrentamos al riesgo de salir a la calle. 

Lo más duro ha sido el uso del tapabocas, porque además de encubrir el rostro, es demasiado molesto. De manera que pudimos presenciar un poquito cara a cara la transformación de nuestro pequeño mundo desde afuera.

Empieza junio  con buenas noticias porque se ha abierto nuevamente el comercio en gran parte, ejercicio que el Gobierno Nacional ha estado haciendo desde mayo, es un alivio saber que se empieza a mitigar el déficit alimentario en la población, porque el trabajo reactiva la economía no solo del país sino también de las familias. 

Por último, lo que se nos recomienda es continuar con el distanciamiento social utilizando todas las recomendaciones de bioseguridad para evitar una nueva cuarentena …y que ¡Dios nos libre!


Nota

Este es el espacio de opinión del Portal Universitario, destinado a columnistas que voluntariamente expresan sus posturas sobre temáticas elegidas por ellos mismos. Las opiniones aquí expresadas pertenecen exclusivamente a los autores y no reflejan una opinión o posición institucional de la Universidad de Antioquia.

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