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Opinión

Para la hartera electoral, la comunicación política

06/03/2023
Por: Andrés Camilo Palacio Vélez. Profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia

«En las contiendas locales, y en las nacionales, se hace cada vez más imperativa la profesionalización de la política y la puesta en práctica de la comunicación política como un vehículo que conecte la ciudadanía, ya no con el Estado, incluso cuesta que se logre ahora con los partidos, sino conectarla con aquellos problemas que, por masificarse, se convierten en potenciadores de políticas públicas».

Sin aún superar las elecciones presidenciales y legislativas del año pasado, porque se conservan aún las expectativas, porque se recrudece la necesidad del rechazo al electo o porque a diario hay escándalos nuevos propiciados por y en contra del Gobierno, ya se empiezan a escuchar en las conversaciones, a publicar en las redes o a leer en los titulares ¡Qué hartera otro año electoral!

Y es comprensible esta expresión dado que, por estas fechas, en donde aún nada es claro porque se están transando los avales, organizando los equipos, gestionando recursos, líderes y apoyos, hay un fenómeno que a nadie le pasa, ni dejan pasar, desapercibido; nacen, y a veces mueren en su parto, las campañas de reconocimiento. Aquellas candidaturas que se presentan, sin estar inscritas siquiera, por muy diversos motivos; unas por desconocidas, otras porque pretenden imponer los temas de la agenda, candidaturas que «se miden» para viabilizar las adhesiones y coaliciones, otras que toman cualquier hecho noticioso o viral para que su nombre sea pronunciado.

Sumado al ruido de nuestras administraciones, se está en un espacio preelectoral sumamente ruidoso, convulsionado, desorganizado y que fomentan en la medida en que consideran que, como en las carreras de F1, hacer bulla hoy define la posición en que iniciará la competencia. De aquí la relevancia de hablar en este contexto de comunicación política. ¿Aparecer más significa mayor probabilidad de triunfo? Pero además ¿aparecer más, en un contexto que hostiga a la gente, es conveniente? ¿Es el ruido lo que presiona a los decisores de avales? Si el objetivo es que recuerden su nombre, la estrategia es muy sencilla, baile mal en Tiktok; pero si el objetivo es posicionarlo, bien valdría hacerse todas estas preguntas antes de siquiera pensar en candidatizarse.

No solo la información, el presupuesto, la reputación y el reconocimiento son bienes de suma valía en la campaña política. El timing, el momento, en que se realiza una acción puede determinar la eficacia o no de una estrategia. En este ambiente convulsionado y de hartazgo pareciera que la premisa es «viral a como dé lugar», pretendiendo tomar las banderas ya sean de indignación, rechazo o hartazgo, corriendo el riesgo no de representar mejores posibilidades, sino personificando lo que es indignante, lo que la gente quiere rechazar y de lo que la población está harta. No tan viral como la covid-19, pero igual de molesto.

Tener presente que para todo hay un tiempo específico en la campaña, es igual a decir que hay qué interpretar a la población, dejar de encasillarla en las problemáticas de siempre; la contienda electoral hace mucho rato dejó de ser la promesa de tapar huecos, poner techos y hacer promesas vacías. Estos elementos ya no movilizan, solo logran apretones de mano, falsos elogios y malos comentarios al dar la espalda.

En las contiendas locales, y en las nacionales, se hace cada vez más imperativa la profesionalización de la política y la puesta en práctica de la comunicación política como un vehículo que conecte la ciudadanía, ya no con el Estado, incluso cuesta que se logre ahora con los partidos, sino conectarla con aquellos problemas que, por masificarse, se convierten en potenciadores de políticas públicas.

En este momento, apartadas las campañas que de verdad reconocen vocación de poder, han de hacer una lectura de la coyuntura, de las expectativas y emociones de la población para conectarse con la lógica ciudadana en la resolución de los problemas, en entender cómo la población los concibe y qué elementos acepta como lo realmente posible para solucionarlos; Es tiempo de reconocer la potencia de la comunicación política para fortalecer la democracia y dejar de lado el pensarla como un asunto meramente propagandístico o manipulador. Para la hartera electoral, la comunicación política… al igual que para la democracia.

 

 


Notas:

1. Este es el espacio de opinión del Portal Universitario, destinado a columnistas que voluntariamente expresan sus posturas sobre temáticas elegidas por ellos mismos. Las opiniones aquí expresadas pertenecen exclusivamente a los autores y no reflejan una opinión o posición institucional de la Universidad de Antioquia.

2. Si desea participar en este espacio, envíe sus opiniones y/o reflexiones sobre cualquier tema de actualidad al correo columnasdeopinion@udea.edu.co con el asunto «Columna de opinión: Título de la columna». Ver criterios institucionales para publicación.

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