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Opinión

Alonso Ríos, escultor

10/06/2022
Por: Julián Aguilar, docente UdeA

A propósito de la reciente muerte del maestro Alfonso Ríos, el profesor Julián Aguilar con sus palabras y el maestro Eddier Tálaga con su pintura, expresan sus sentimientos de gratitud a quien fuera uno de los más prolíficos escultores y gestores de la Facultad de Artes de nuestra Universidad.   

Hace más de treinta años conocí al maestro escultor Alonso Ríos, hombre amable, sencillo y conversador. Artista con obra reconocida, profesor gestor de la Facultad de Artes, con quien muchas veces, entre un tinto y otro, conversamos, y algo me contó de su vida y trayectoria como escultor.

Conservo en mi biblioteca dos libros autobiográficos que me regaló: A golpes de cincel en la memoria, y, Los Ríos cuentan. Por su jubilación, y por el posterior gran encierro al que la angustia de muerte nos obligó por dos años, no volvimos a encontrarnos. Hace poco me enteré de su reciente fallecer, y quiero recordarlo en agradecimiento a su generosidad y deferencia. En esos libros dejó su imagen tallada con palabras como ser humano y artista, y mejor leerlos contemplando sus esculturas.

Muy temprano comenzó su formación como dibujante, pintor y escultor. Siendo muy joven conoció al maestro Rodrigo Arenas Betancur quien lo contrató como jefe del taller de fundición, y con quien trabajó por lo menos diez años fecundos para ambos. Ciudad Universitaria en construcción al final de los años sesentas del siglo pasado, alberga esculturas de ambos maestros.

Ese taller de fundición funcionó en la que hoy es la sede de investigaciones de la Universidad de Antioquia. En sus entrañas fueron creadas dos esculturas del maestro del Uvital, su Prometeo-Cristo cayendo, en el centro del patio del bloque administrativo; desde ese punto mirando al occidente, la emblemática, El hombre creador de la energía, que se yergue sobre su pedestal en flor en medio de una fuente contigua a la Biblioteca central, al Teatro universitario y el Museo. El uno, reconocido ya, contrataba, concebía y diseñada; el otro, su mano derecha, se encargaba de dirigir la delicada fundición de cada obra.

     
Maestro forjador del futuro    Luis Fernando Vélez      Sembrador de estrellas 

Tres esculturas del maestro Ríos existen hoy en la sede central de la Universidad: El sembrador de estrellas, agachado en su labor en una fuentecita en la Facultad de Ingenierías. Escultura esta que por su tamaño y peso es un hito en la muy antigua técnica del vaciado a la cera perdida. En un jardín contiguo a la Facultad de Educación, un Maestro forjador del futuro, lector silente bajo la sombra de un árbol, mirando a lo lejos y, en conversación amable con los difuntos. La tercera, cerca de la fuente y el teatro, entre chiminangos, esa cabeza del abogado y antropólogo profesor Luis Fernando Vélez, asesinado en diciembre aciago de 1988. Ese homicidio que acabó con su vida sagrada y digna privó a la Universidad de Antioquia de un hijo grande, irremplazable. Hay en esa mirada, en esos labios, en esa cara toda, un ademán indescifrable para mí, que a veces interpreto como la tragedia del hecho de sangre que lo segó.

Pintura del maestro Eddier Tálaga

Tomaré algunas palabras del maestro Alonso, para concluir esta cuartilla: “El arte es una forma de acrisolar el espíritu… no intenta ofrecer una simple verdad. …el arte es una forma de vivir. …Yo trato de expresar a través de una infinidad de materiales… lo que pienso… cuando estoy frente al material en bruto lo contemplo durante mucho tiempo, pienso y voy anotando o dibujando las ideas que se me ocurren y voy haciendo con algo así como una meditación con aquella materia a la que voy penetrando con mi mirada y con mi imaginación, de modo que cuando elaboro la obra lo hago con placer, no como si fuera una lucha, para al final, comunicar ese mismo placer a quienes contemplan la pieza terminada.” P. 61, A golpes de cincel en la memoria.

Con el maestro pintor Eddier Tálaga me puse de acuerdo para él hacer un cuadro, y yo escribir unas palabras recordando a nuestro amigo fallecido.


Notas:

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